El próximo sábado 14 de septiembre, a las nueve de la noche, el Parque ‘Huerta Asaura’ de Argamasilla de Calatrava acogerá la tercera edición del ArgaFest, el festival de tributos musicales que ha logrado consolidarse como uno de los eventos más esperados.
Este año, con entrada gratuita, la cita reunirá a reconocidos grupos tributo como Fuente de Energía, rindiendo homenaje a Estopa, Son de Rosas, en torno a La Oreja de Van Gogh; y Frágiles, rememorando los éxitos de Pereza y Leiva.
El edil de Festejos, Sergio Gijón, ha querido resaltar la gran acogida que ha tenido este festival desde su creación, pero, además, ha destacado el componente solidario que se ha incorporado y que esta edición será especialmente significativa.
“Nuestro ArgaFest 2024 va a tener también un carácter solidario, ya que durante el evento se realizará un sorteo benéfico, de un jamón, en apoyo a un menor de edad cuya familia materna reside en nuestra comarca, en Puertollano concretamente”, dice el edil.
La distonía, trastorno neurológico que provoca contracciones musculares involuntarias, limita gravemente las actividades diarias de quienes la padecen, tal y como es el caso del niño de 12 años a quien se quiere apoyar desde Argamasilla de Calatrava.
Por eso, señala Gijón Mona, “este pequeño necesita tratamientos específicos”, a cuyo sufragio va a contribuir la rifa referida, cuyos boletos se venderán a lo largo de todo el ArgaFest 2024 en un stand que va a facilitar el Ayuntamiento.
“Queremos que este evento, además de ser una celebración de la música y la convivencia, sirva para aportar nuestro granito de arena y apoyar a esta noble causa», añade Sergio Gijón desde el interés del equipo de Gobierno por respaldar este tipo de acciones.
En torno a esta enfermedad existe la Asociación Aludme Dystonia, declarada de utilidad pública y que colabora estrechamente con el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, donde más de 200 niños y niñas con distonía reciben atención especializada.
Este trabajo conjunto ha permitido no solo avanzar en la investigación para encontrar el origen genético de la enfermedad, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de tratamientos personalizados.
En la infancia, la distonía puede limitar actividades tan básicas como hablar, comer, beber, escribir, hacer deporte e, incluso, jugar y además la falta de control de los movimientos puede interferir en la adaptación escolar.
En el caso de personas adultas, quienes la sufren tienen serios problemas para trabajar, ya que, en la mayoría de los casos, el dolor y los movimientos involuntarios les impiden realizar tareas cotidianas y de autocuidado.