La España profunda y la profunda España

Jesús Millán Muñoz.- Existe una España profunda, no es como la de hace cincuenta años, ni como la de hace cien años, ni como la de hace doscientos años, pero existe una España profunda…

Lo lamentable es que todo el mundo la olvida, pero no crean que solo lo hacen, los de las grandes capitales, sino incluso de las capitales medianas. He hecho la prueba algunas veces, y, en ciudades de mediano tamaño, capitales de provincia, les he indicado a algunos conocidos han visitado ustedes tal zona que dista de ellos cincuenta mil metros, han recorrido alguna vez tal  carretera de segunda o de tercera asfaltada, han visitado, aunque sea la plaza del pueblo de tal sitio, especialmente, lugares dónde terminan los asfaltos y a partir de ahí o allí, solo existen los caminos, y los montes o llanuras interminables. Y, casi todo el mundo me indica que no.

Pueden que esas personas hayan viajado a Norteamérica, a diversos lugares de Europa, algunos por otros continentes, pero no han visitado, un paisaje o paraje, que quizás esté a cien kilómetros o menos de su domicilio habitual. Existen rincones casi olvidados, que pisas sus suelos y sientes, que quizás, los últimos que estuvieron fue una familia neolítica que pasó por aquel lugar. Ciertamente, no es verdad. Pero, es una imagen y metáfora que es importante.

Debemos cambiar de mentalidad, para estimar cada terruño provincial o regional o comarcal, hay que conocerlo medianamente… Somos diferentes, pero todos somos diferentes, en una casa viven y habitan cinco, y cada uno es diferente al otro. Cada comarca y sus habitantes y sus piedras y sus verdes son diferentes a las otras, cada provincia, cada región, cada nación-Estado. Pero las diferencias son siempre menos que las similitudes…

He escrito algunas veces, usted, tiene dos semanas de vacaciones al año, o en días mezclados o combinados. Pues vaya una semana a dónde quiera, dentro o fuera de la Península, o vaya a su segunda residencia, pero deje unos días al año, a visitar parajes y lugares que pueden estar muy cerca de usted, quizás cincuenta mil metros, quizás cien mil metros, que quizás, nunca haya ido, quizás dentro de su provincia, quizás un poco más lejos. Y, eso sí, los autóctonos traten bien a los inquilinos foráneos, trátenlos bien, en los precios, que una cerveza/chocolate/refresco le valga lo mismo que al paisano que nació allí, y, que ni siquiera ha ido a la mili, a otra ciudad, como a esa persona, de fuera de España o de dentro, que ha caído por allí. Seamos éticos y morales, porque el verdadero turismo es el que se propaga de voz y oído…

Existe una España profunda porque nosotros hemos hecho de la España, una España profunda. Todos y entre todos. Los que viven en sus zonas y comarcas, porque sientes vergüenza, cuándo comparan lo suyo, con lo que existe en las grandes capitales. Porque evidentemente, un pueblo de mil habitantes o de cien, no puede compararse en muchas variables y vectores con uno de un millón o de tres millones. Pero todos tenemos algo que es diferente a lo de los demás. Todos hemos caído en un lugar. Todos tenemos que apreciar lo de todos. Porque es la forma y manera de ser y de estar en el mundo. A veces, olvidamos algo que siempre estamos oyendo en las palabras escritas, aquellos movimientos filosóficos de Heidegger, y sus descendientes. La existencia es toda existencia, y, no solo la de los teatros de Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, La Coruña…

Un artículo de opinión literario, es eso, es algo en el que alguien ofrece una opinión con su nombre, no es un texto académico, ni universitario, ni siquiera un ensayo, sino una mezcla de ideas populares, costumbristas, tomando un hecho de ayer o de siglos que permanece hoy, algo de otros saberes, y la idiosincrasia del textuador o escribidor –queda bien el neologísmo de texto, textuador, el que hace textos-. Por eso, cuando toco este tema, ahora llamada España deshabitada, vaciada, despoblada, etc. Cosa que viene de generaciones, no solo de ahora, en cada uno de esas ochocientas hormiguitas-palabras, siempre digo una medio tontería o una media verdad. Yo, aquí, sugiero a cada zona o comarca o pueblo, que disponga de algo típico, digo yo, que lo envíen como regalo una caja a cada uno de los senadores o congresistas regionales, nacionales, y, a las Autoridades Máximas, del Estado y del Gobierno. Para promocionarlos.

Y, las Autoridades Máximas, siguiendo un orden cíclico, compren para sus despensas oficiales, productos típicos de todas y cada una de las zonas de las regiones que administran. Creo que sería una forma y una manera de promocionar nuestros productos. En las fiestas oficiales, poner, una comida o un postre o algo típico de cada zona de nuestro terruño e irlo cambiando por otras… Bueno, no será una gran idea que cambie el mundo, pero quizás, sería ese pequeño acento o esa pequeña coma, que hace que una frase sea de una manera o sea de otra…

España hizo tanto, tanto hizo España que se deshizo en la cristalización y materialización. En ningún lugar, se percibe dicha realidad, de ese enorme esfuerzo después de una enorme y gran carrera, en ningún sitio se percibe tanto como en esa España profunda y profunda España… Paz y bien y verdad y veracidad y bondad y pan… Porque al final de eso estamos hablando de pan, aunque no lo hayamos mencionado hasta ahora…

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img