Urbanismo en Ciudad Real: 40 años de extravío (34)

Marzo, crucial, denominé una pieza del 25 de febrero de 2021, par a dar cuenta de la afirmación enigmática, vertida por el presidente regional García Page a propósito de las venturas y desventuras de la ciudad. Eso sostenía el presidente regional García Page, el pasado día 19, a propósito de la reunión del comité de seguimiento del Plan Modernizador 2025. Donde se daban cuenta de un cúmulo de previsiones y de firmas de convenios varios, en el emprendimiento de las finalidades previstas en los objetivos del mencionado Plan Modernizador 2025. También, en proximidad del cambio rotatorio de alcaldía, pactadas por él mismo con Ciudadanos, como prueba de cierto desvarío político.

En ese mes crucial –de crucero, de encrucijada o de crucifijo, vaya uste a saber–

García-Page “anunciaba que el mes que viene tendrá lugar la presentación oficial del proyecto de remodelación del hospital del Carmen, que acogerá el futuro centro administrativo de la Junta de Comunidades en Ciudad Real, y la firma del convenio para la ejecución del tramo sur de la Ronda”.

Y esta es parte de la cuestión que viene moviéndose en redes sociales, al menos, desde septiembre de 2019. El traslado de todas las dependencias administrativas de la Junta de Comunidades a la Ronda del Carmen –antiguo Hospital Provincial– comportará el consiguiente vaciamiento de las actuales dependencias actualmente ocupadas. Y consecuentemente, el abandono de los edificios, que se sumaran a los actualmente en entredicho; sin haber se establecido un posible uso o destino de estos. Y ya sabemos a dónde conducen los vaciamiento de uso. Por más que el presidente de la Diputación Provincial –y otro factótum junto a García Page de tal modelo planificador– afirmara tan solemne como arbitrario y prepotente: “que las sedes que dejara vacante la Junta de Comunidades, sería asumidas por la Diputación  Provincial para sus propias instalaciones”.

Los promotores del debate en contra de ese traslado señalan ya los problemas de decadencia comercial del centro ciudadano, para añadirle ahora, la decadencia de funciones administrativas. En un gesto que contradice las actuales inversiones municipales. centradas en peatonalizar el centro y hacerlo accesible, cuando se está trazando la rúbrica de cierto vacío funcional y económico. Baste ver como nota de actualidad la entrevista de Pedro Pintado, con el alcalde Cañizares (Ciudad Real. Capital de la Mancha, agosto 2024). Donde deja claro la falta de idoneidad de la Ciudad administrativa. “No encontrábamos nada positivo en ello y se lo dijimos a la Junta”, al margen de la ubicación de una área administrativa en un enclave residencial, sin haber mediado el cambio de uso urbanístico, de Hospitalario a Administrativo. Para concluir: “Tenemos las mismas instalaciones de la Junta que teníamos antes, pero  gastando 40 millones más, No vemos la apuesta de futuro por la ciudad”.

Podrá objetarse que todo ello –todas esas decisiones y todas esas trasformaciones propuestas– estaba contenidas en el repetido Plan Modernizador 2025, por lo que no debería de haber sorpresas en la ciudadanía. Lo que no queda claro es el valor normativo del Plan Modernizador 2025, en la medida en que este recogía un conjunto de decisiones inversoras de un acuerdo interadministrativo. De eso escribí en 2018, cuando nació a la luz el Plan Modernizador 2025. “Visto desde hoy la historia de planificación local, cuenta ya con un importante recorrido histórico constatable. Otra cuestión que considerar será la presunta eficacia de tales instrumentos de ordenación urbana y su grado de cumplimiento y eficacia final Algún día habrá que hacer ese balance histórico del Planeamiento urbano local y provincial, por no hablar de otras instancias superiores que viajan desde los Planes Provinciales de Servicios Técnicos de los años sesenta y setenta, a Normas Subsidiarias Provinciales (1980), pasando a los Planes Provinciales de Cooperación Municipal de la misma década; hasta los más recientes Planes Territoriales y del Medio Físico, producidos ya al amparo de la pretensiones de las diferentes legislaciones autonómicas, de la mano de las variadas LOTAU que han existido.

Sólo en el caso de Ciudad Real capital hemos contado con hasta seis instrumentos planificadores, desde el temprano PGOU de 1963 al PPCR de 1968, desde el PGOU de 1976 (adaptación a la nueva Ley del Suelo de 1975), hasta su revisiones y modificaciones de 1987 y 1997. Incluyendo el no nato, pero si iniciado y redactado el Avance, POM de 2010, recientemente decapitado. Junto a ellos, habría que citar el Plan estratégico 2005-2015 o la iniciativa EDUSI 2017-2022. Para completar el bucle melancólico de las Planificaciones Prometidas, el pasado día 26 asistimos al nacimiento de otra realidad nueva, denominada sutilmente Plan Modernizador 2025. Plan que ni es un Plan Urbanístico y Territorial, ni es un Plan Económico de las administraciones concertadas”.

Más aún proseguía ese recuento de torceduras cruciales: “Por ello algunos se preguntan ¿qué cosa será el paquete rojo con lazo y celofán, llamado Plan Modernizador Ciudad Real 2025? Aquí en estas páginas ya se han producido opiniones relevantes (Antonio Fernández Reymonde y Alberto Muñoz) que cuestionan desde la elaboración misma (¿por qué se externaliza la redacción del Plan y por qué se ha producido la adjudicación sin la publicidad requerida por la legislación de Contratos Públicos?; ¿por qué no se ha creado una Oficina Técnica del Plan, participada por funcionarios de las administraciones concertadas?) hasta el supuesto proceso de participación ciudadana. Incumpliendo, claramente, el doble mantra esgrimido por el gobierno municipal de Participación y Transparencia. Nadie de los aludidos y otros más de los comentaristas a sus textos, reconocen haber sido contactados. De igual forma que se ha hurtado el conocimiento del documento, hasta el momento mismo de su presentación en sociedad. Cuando bien cierto es, que toda la lógica formal de la tramitación de los documentos Planificadores públicos cuenta con ese tipo de garantías en el procedimiento aprobatorio. Se presentan el Avance del Plan, se somete a Información Pública, se atienden las reclamaciones relevantes, se procede a su Aprobación Administrativa y se anuncia en el DOCM y en el BOE. Aquí todo el procedimiento normal y usual se ha omitido. Y por ello, se elaboran secretamente unas directrices de algunos de los problemas (¡sólo algunos!) comunes y sabidos por todos, y se les dota de contenido económico, sin compromiso de gasto”.

Y de aquí la derivada consecuente. Si un Plan Modernizador, un Plan Urbanístico o un mero Plan de Obras Globales, no captura ni representa la idea de la ciudad necesaria –en sus transformaciones y en sus consolidaciones–; si se elabora de espalda a los diferentes colectivos ciudadanos y se confecciona con procedimientos técnicos poco transparentes; no estaremos en presencia de un verdadero Plan de la Comunidad, sino ante un Plan Personalista del gobernante de turno. Por más que esos gobernantes no se sienten en la silla municipal de la Alcaldía y hayan asumido –casos de García Page y de Caballero Serrano– un protagonismo que no les corresponde, más allá de las aportaciones financieras que hayan podido otorgar en la definición de las inversiones.

La tentación de dejar huella del paso mortal por la tierra es un asunto común de todo el pasado de reyes, papas y gobernante diversos. Y así lo han afirmado múltiples obras y decisiones en la historia. Y por ello hablamos de la Roma de Julio II, del Madrid de Carlos III o del Paris de Hausmann. En otra escala menor –y escasamente comparable en lo formal y en lo cualitativo– cuando un Alcalde adopta decisiones controvertidas –que acabarán rebotando en el tiempo posterior, y siendo padecidas por los paciente ciudadanos– se dice con ironía, que está queriendo dejar su firma en piedra o en argumentos administrativos muy discutibles. Y así el Madrid de García Lomas, la Barcelona de Porcioles o el Ciudad Real de Martínez Gutiérrez.

No sé si el resultado formal final de la ciudad derivada del Plan Modernizador 2025, será la Ciudad de Zamora y Page o será otra cosa. Lo que sí parece cierto es la repetición de la secuencia del protagonismo personal o del excesivo personalismo con que se conjuga la política. Hubo ya imágenes que hablaban de la Ciudad de Lorenzo Selas, de la Ciudad de Gil Ortega y de la Ciudad de Rosa Romero. Por ahora sólo sabemos que Marzo será un mes crucial, de igual forma que Abril es el mes más cruel, según citaba Thomas S. Eliot. Pues eso, crueldad en la ciudad una vez más.

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