Con emotividad y enorme alegría, Cándida Espinosa Ramón, vecina de Almodóvar del Campo durante prácticamente toda su vida, celebró ayer tarde su cumpleaños número cien rodeada de varias generaciones de familiares y parientes.
La longeva residente, que tuvo la oportunidad de reunir a tantos allegados cercanos que le profesan su amor y cariño en torno a una fecha tan redonda como la del 5 de agosto de 1924, vivía también el momento con la felicitación del Ayuntamiento y su alcalde.
Las ediles Carmen Santos, Virginia López, Lidia Paz y Yolanda Molina, le llevaron una tarta, un ramo de flores y la felicitación escrita de José Lozano, a quienes pusieron voz Antonio y Vicente, dos de sus cuatro bisnietos, además de Jimena y Martina.
Cándida, nacida en Villamayor de Calatrava pero afincada en Almodóvar del Campo ya desde bebé, ha dedicado prácticamente toda su vida activa a ser entregada ama de casa, cuidando de sus hijos y, posteriormente, de sus padres y suegros.
Una vida que no estuvo exenta de dificultades, considerando que de los nueve hijos que tuvo, solamente tres viven, habiendo sido en cualquier caso la propia familia una constante fuente de fortaleza para Cándida, junto con su marido dedicado a trabajar en la factoría petroquímica de Puertollano y también de camarero en el Casino.
Él, con ascendencia almadenense aunque natural de Almodóvar del Campo, fallecía hace siete años cuando sumaba 95 de edad y muchísimas décadas de matrimonio con Cándida, compartiendo vida en alegrías y afrontando esos vaivenes que llegaron.
Ella, al cuidado de sus hijos, ha sido la menor de cinco hermanos, también ya fallecidos y atesora en su corazón las alegrías de ver cómo luego han ido llegando al mundo cuatro nietos y los cuatro bisnietos antes referidos.
Ayer tarde unos y otros, generaciones vivas y felices que le han sucedido, celebraron su centenario con el deseo de seguir teniendo de cerca el ejemplo que Cándida Espinosa Ramón ha venido ofreciendo a lo largo de su vida.