Ramón Castro Pérez.- «Veremos a ver», «el Bonillo es una nación», «Eloy cabrón» o «Farlopa» lucen en sus respectivas tapias sin que nadie, a pesar de los años, se atreva a encalarlas, condenando al olvido su mensaje. Estas que cito las he visto con mis propios ojos, no así la de «emosido engañado», que conozco gracias a las redes sociales.
Alguien las escribió por todos. Alguien se armó de un «spray» para expresar, sin rigor artístico alguno, lo que muchos ya pensaban. De ahí el consenso, tácito, nocturno, cobarde, satisfactorio, unánime. Cuando no hay réplica, la verdad es más verdad que nunca, aniquilando el espacio para el debate. Nadie querrá llevar la contraria a lo que es evidente. Nadie las borrará. Nadie escribirá sobre ellas. Nadie dedicará un minuto a pensar sobre un mensaje rotundo. Se ha escrito lo que fue un momento, lo que se sabe cierto, lo que todos temen, lo que ya no tiene vuelta atrás.
¿Cuál será la próxima? Motivos tenemos.