Por una calle para José Tomás Reina Rincón

Eduardo Muñoz Martínez.- Antes de iniciar la faena, utilizando el símil taurino, y porque creo que la ocasión lo requiere, en estos tiempos de tantas «sombrías» para la tauromaquia, quiero traer a la memoria a los que desde el siglo XII, no tengo datos anteriores, han llevado en su buen hacer en estas lides, el nombre de nuestra ciudad, de nuestra provincia, con orgullo y con prestigio, cómo «matadores de alternativa», por toda España y hasta más allá de sus fronteras.

Estos han sido, pido disculpas por si involuntariamente omito a alguno de ellos, «El Manchego», de la capital; «Cacheta», de Bolaños de Calatrava; «El Rerre», de Aldea del Rey; «Calatraveño», de Bolaños de Calatrava; «Alberto Torrijos», de Villanueva de los Infantes; «Domingo Castillo», de Valdepeñas; «El Lince», de Daimiel; «José Lerma», de Moral de Calatrava; «Paco Alcalde», de Alamillo; «Sánchez Puerto», de Cabezarrubias del Puerto; «Díaz Villalta», de Socuéllamos; «Rubio de la Puebla», de Puebla de Don Rodrigo; «Vicente Yesteras», de Manzanares; «David Parra», de Valdepeñas; «Reina Rincón», de Ciudad Real; «Luis Miguel Vázquez», de Daimiel; «Aníbal Ruiz», de Alcázar de San Juan; «Marcos Galán», de Alcázar de San Juan; «Jesús de Natalia», de Manzanares; «Emilio Huertas», de Santa Cruz de Mudela; «Félix Jesús Rodríguez», de Alamillo; y «Carlos Aranda», de Daimiel.

Espero sepan entender los lectores y aficionados a este llamado «Arte de Cúchares» que, a tenor de la extensión de esta relación, nombrar a todos los novilleros, a quienes hago patente mi respeto y reconocimiento, hubiese sido tarea poco menos que interminable.

Los vecinos, las vecinas, – por nacimiento o residencia -, de nuestra capital, especialmente las generaciones más jóvenes, quizá no sepan muy bien del todo quién fue, – y sigue siendo en las páginas más gloriosas de nuestra historia más reciente, José Tomás Reina Rincón. Por eso creo que es oportuno hacer el «paseíllo» por su biografía, breve, porque sólo vivió 22 años escasos, pero cuajada de momentos, de éxitos que, sin lugar a dudas, sobradamente merece la pena recordar y, en algunos casos, conocer.

José Tomás Reina Rincón nace en nuestra capital al tiempo que lo hacía, pura y hermosa coincidencia, el otoño de 1979, el 21 de septiembre, y casi en los albores del verano de 2002, aquel fatídico 2 de julio, es asesinado en Miraflores, en Perú, en un caso que conmocionó a la opinión pública.

Breve, ya lo indicaba antes, por desgracia fue su trayectoria, debutando con caballos el 31 de Marzo en Carrión de Calatrava, aunque otras fuentes darán este hecho, por error, en el 30 de enero de 1997. Veintitrés festejos en 1998, treinta y dos en 1999, en ruedos cómo el de la Real Maestranza de Sevilla, obteniendo el premio al Mejor Novillero de Castilla la Mancha, conformando la etapa novilleril de Reina Rincón.

Apoderado por Luis Lillo, Padre del también novillero Esteban Lillo, y Luis Palomeque, tomó la alternativa en Ciudad Real, en nuestro caso recientemente inaugurado, a día de hoy, gracias al esfuerzo y al trabajo, en su momento, de PSOE y Ciudadanos, aunque haya reabierto sus puertas en el gobierno de PP y VOX, el 7 de mayo de 2000, con Julio Aparicio como padrino y Uceda Leal ejerciendo de testigo, consiguiendo esa tarde una gran ovación y 2 orejas. Esta temporada participó en 8 corridas, cortando otros tantos apéndices auditivos, pisando alberos tales que los de Alcázar de San Juan o el de Almodóvar del Campo, además del capitalino.

En 2001 amplía horizontes, presentándose en Estepona, en la francesa ciudad de Arlés, en La Solana, en Gerona, y de nuevo en la que se abre a la calle Pedrera Alta. En 2002, a buen seguro que sin esperar el fatal desenlace, cruza el «charco», toreando en las Plazas de San Pablo y Chota, ambas en Perú, con un cómputo total de 6 orejas en dos tardes, fueron los días 23 y 26 de junio. Más o menos una semana más tarde, José Tomás Reina Rincón falleció en unas circunstancias tan extrañas que, me atrevería a decirlo, aún no están del todo esclarecidas.

Una calle para José Tomás Reina Rincón. Es una iniciativa que parte de la Federación Taurina Manchega, que preside el buen amigo Manuel del Moral, – Hijo de toda una institución,- cómo lo fue Diego del Moral Ollero -, a la que nos podemos unir, en su solicitud y reivindicación, cuántos y cuántas queramos. Para facilitar las cosas a la Administración, a nuestro Ayuntamiento, la federación ya ha pensado la calle en cuestión, justo la que se ha creado en los aledaños de nuestra Plaza de Toros.

Corridas – homenaje, lucimiento de alguno de sus capotes de paseo, esculturas… Vaya nuestro agradecimiento a Sánchez Puerto, Enrique Ponce, Finito de Córdoba, Vicente Barrera, Antonio Ferrera, Morante de la Puebla, Aníbal Ruiz, Daniel Luque…, pero, obviamente, el homenaje de los homenajes, ojalá pronto podamos pasar por ella, una calle con su nombre.

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