Piscina de la Dehesa Boyal de Puertollano: Cerrada por vacaciones

Manuel Valero.- Pues va a ser un varapalo para quienes en verano solemos visitar la piscina de la Dehesa Boyal, una magnífica instalación integrada en la naturaleza que forma parte de un centro naufragado de ocio estival, con ribetes pedagógicos y educativos… hasta que poco a poco se fue  descascarillando. Únicamente la piscina resistía pese al abandono que circundaba el entorno inmediato. Quienes la frecuentábamos veíamos la decadencia de un proyecto magnifico en su concepción y orígenes que el tiempo ha envuelto en inactividad y ruinas.

Aun así el bañista seguía camino de la piscina donde todo quedaba atrás apenas pagaba la entrada: la perspectiva de un amplio espacio natural, generoso en árboles, sombra y césped, un vaso de piscina de diseño adaptado a las necesidades de los bañistas, un solárium que nunca se utilizó (?), personal de seguridad y socorristas y un chiringuito acorde con el todo y bien mimetizado. Y sin embargo no era rentable, al parecer, para quienes se atrevían a enfrentar desde la iniciativa privada la temporada de baños, porque desde otra perspectiva… ¿debe un servicio público básico como una piscina en verano tener la rentabilidad como principal objetivo? ¿No basta con que un servicio básico sea lo menos oneroso posible para las cuentas municipales?   

Uno, que ya digo se ha prodigado bastante por el lugar, observaba que el chiringuito apenas tenía vida y que el paraje nunca estaba masificado, lo cual es de agradecer para el bañista aunque empresarialmente sea un contratiempo. Es decir, dejando a un lado el complejo de ocio, la piscina pese a los problemas, era un buen sitio para una jornada de baño, bocata, cartas… y siesta.

Y se ha cerrado. Ya hace un año que gobierna el PP y justo es reconocer que el cierre de la piscina es responsabilidad exclusiva del actual equipo de gobierno que ha tenido tiempo suficiente para gestionar su apertura desde el punto de vista administrativo, de reparaciones, etc. Y si no puede ser, asumiendo el coste de su funcionamiento -dos meses y medio al año- que para eso una piscina municipal es un servicio público y cercenar servicios públicos no es un buen modo de gobernar. Puertollano tiene suficiente población a la que una sola piscina pública, Maria Luisa Cabañero se le quedará pequeña, como si se produjera la regresión a los tiempos en los que el Poblado gozaba de tres piscinas perfectamente clasificadas en ingenieros, empleados y obreros, y en el pueblo, tan solo una privada, la de Solis, hasta que se hizo la Olímpica.

Si es por una mera cuestión económica es un error cancelar la piscina, porque es reducir el servicio público veraniego por excelencia.

Si unimos la suerte de la piscina a la suerte del complejo integral, otro, porque no es tan fácil reflotarlo por ser un problema mayor, y eso puede llevar a la clausura sine die de la zona de baño. No vale esperar a revitalizar el conjunto para darle nuevos bríos a la piscina porque eso supone sellar una opción pública de relax estival y hurtar de su gozo a los ciudadanos.

Y desde la explotación empresarial, tal vez la piscina no está lo suficientemente bien atendida para atraer bañistas. Desde el punto de vista gastronómico u hostelero, o de transporte, dado que hay que desplazarse ex profeso a la zona, o de actividades de juegos acuáticos para la chiquillada, o de animación para el público en general, o puede que haya  escasa promoción, o  falta de un emprendedor o varios  que se aventuren en ponerla en el disparadero. Una vez recepcionada en perfecto estado de revista. Bastante ha hecho el grupo AMIAB, vinculado a personas con discapacidad  las últimas temporadas.

El hecho es que quizá una de las mejores piscinas púbicas de la provincia va a mantener sus puertas cerradas como una prolongación insólita del invierno y  que los ciudadanos no vamos a poder disfrutar de ese servicio que pagamos doblemente, con nuestros impuestos y la entrada al recinto. En todo caso, el Ayuntamiento es subsidiario dada la titularidad de la infraestructura que presta un servicio público, insisto una vez más en lo de servicio público. Cerrarla se presenta como un atajo fácil que limita la oferta de esparcimiento en esta calurosa época del año, que viene amenazando con torturar termémetros.    

Pasado un año se vislumbra que la realidad cruda de una ciudad como la nuestra le ha salido al encuentro al alcalde Miguel Angel Ruiz, sin que ello desmerezca lo realizado hasta ahora ni que le falte empeño y capacidad en cumplir con la totalidad de su programa o casi, cuando vuelva a examinarse ante los ciudadanos dentro de tres años. Pero el tiempo de margen ya ha pasado. No se trata de que acabado el primer año de mandato, se abra la veda para el degüello o la crítica obsesivo-compulsiva, pero sí para un análisis ciudadano y democrático del trabajo del equipo que obtuvo la mayor confianza de sus paisanos para gobernar en mayo de 2023.: acabar cosas, iniciar otras, plantear proyectos de futuro y llevar todo esto a la opinión pública a través de una buena política de comunicación. Hacerse fotos con todo bicho viviente está bien que para eso se es la primera autoridad de la ciudad, pero uno hubiera preferido unas cuantas fotos de menos y que la Dehesa Boyal abriera este año las puertas de su magnífica piscina, por ejemplo.

PD.- Y luego que se reactive todo el entorno. Sólo así, con la puesta en marcha de toda la infraestructura, aulas, cabañas, restaurantes, jardín botánico  y piscina, podría el PP justificar que por un año hayamos tenido que prescindir de piscina montaraz. Difícil, pero… ¿y si sí? 

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