Cuando el dedo no nos deja ver la Luna

Paula Fernández.- Ya han pasado veinte días desde que el Presidente de Argentina visitó España para participar en un acto de Vox, junto con todos los representantes de la ultraderecha europea, y ahora que queda apenas una semana para el 9-J es el momento oportuno para que analicemos con rigor lo que realmente significan los cantos de sirena de esos representantes de la ultraderecha, y del error que comenten los que los “blanquean” como hace Feijoo.

La primera reflexión  es que para influir, para marcar el rumbo de las cosas, hay que votar. Y para decidir el voto no basta con advertir de la amenaza autoritaria y regresiva, solo con el mantra de “que viene el lobo” no vale. Conviene manejar datos y argumentos en lugar de creer en bulos y “realidades alternativas”. 

La incontinencia verbal de Milei, perfectamente calculada, (y el conflicto diplomático provocado con el Gobierno de España) que nadie piense que fue un desliz. Distrajo de las peligrosas maniobras de la reunión de Madrid

Si venir a un “país hermano” a insultar al presidente de gobierno es muy grave, debería preocuparnos mucho más el contenido de sus afirmaciones y el encendido aplauso de los asistentes al mitin, que seguro son usuarios de las ventajas que nos ofrece un estado fuerte y protector.

El máximo dirigente argentino focalizó su discurso en lo “destructivo que puede llegar a ser implementar las ideas del socialismo”, “abrir la puerta al socialismo es invitar a la muerte. Va contra la naturaleza humana”.

El eje central de su discurso es “ la aberración que supone la intervención del estado en la vida de las personas, la aberración de la justicia social” , para él la idea de la justicia social atenta directamente contra la libertad y la propiedad del individuo, es siempre injusta, hay que erradicar esa idea de que “hay que cuidar a la gente desde la cuna hasta la tumba”; la única tarea del estado es defender la propiedad privada de los individuos.

El mandatario argentino afirma que debe ser  el mercado el que  encuentre «las mejores soluciones» y para ello “hay que retirar al Estado parasitario de la vida de las personas y dejar que los ciudadanos sean libres, para asociarse libremente, para elegir qué producir y a quién emplear».

Por ejemplo para Milei el Estado no debe hacer nada ante una muerte por hambre: “Alguien lo va a resolver”

Pero no fue sólo Milei: el primer ministro húngaro,  Viktor Orbán en el mensaje que envió grabado a Madrid, definió cual es el objetivo de la extrema derecha, que no es otro que el “de ocupar Bruselas”. No se trata de destruir la Unión Europea, sino de rehacerla para que se ajuste a la visión de la extrema derecha.

Es mucho lo que nos jugamos el 9-J, nos jugamos los avances conseguidos en los últimos años, nos jugamos el derecho a la educación ( en Argentina un diputado de Milei ya ha dicho que la educación de los niños no tiene que ser obligatoria, los padres pueden elegir si sus hijos o hijas estudian o trabajan para ayudar a la familia, como en el S XIX), nos jugamos el derecho a la sanidad universal, nos jugamos el derecho a la protección en el trabajo, nos jugamos el derecho a seguir disfrutando de una sociedad más justa y equitativa como la que hemos construido en el último siglo.

Y si alguien cree que los derechos conseguidos son irreversibles y no hay marcha atrás basta con recordar lo que pasó en Castilla la Mancha.

Mª Dolores de Cospedal llegó al poder prometiendo mas empleo, menos deuda, y más trasparencia , y cuando dejó el Gobierno regional había despedido a 3000 profesionales sanitarios, y Castilla la Mancha tenía más paro, más deuda, menos servicios públicos y menos calidad de vida.

Por eso porque nos jugamos mucho, escuchemos con atención lo que de verdad nos están diciendo los líderes de la ultraderecha. A los líderes de la derecha me gustaría escucharles alguna propuesta para Europa porque aparte de decir que hay que echar a Pedro Sánchez y  que Georgia Meloni puede ser una buena compañera de viaje, no les hemos escuchado nada.

 Y quiero terminar como empecé:  para influir, para marcar el rumbo de las cosas, hay que votar. Y para decidir el voto hay que saber que es lo que queremos para nosotros y para nuestros hijos e hijas, mas justicia social, más igualdad de oportunidades, más derechos para todos y todas, no sólo para unos pocos, y esto sólo puede garantizarse desde el PSOE.

Los socialdemócratas europeos tiene que ser más desde este 9 de junio, los “zurdos” de los que reniega Milei tenemos que garantizar los derechos sociales en Europa.

Relacionados

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img