Salvador Jiménez Ramírez.- Por la información que se nos acaba de facilitar por reputados y prudentes vecinos de la localidad de Ruidera, dos extrañas mujeres turistas, de procedencia latinoamericana —según los informantes—habían aparcado un vehículo junto a la puerta del camposanto y mientras una de ellas, teléfono en mano, vigilaba, la otra se encontraba en el interior del cementerio depositando los despojos en una sepultura, cubierta con una plancha de uralita, sin ataúd. Tenía sólo una cruz metálica en el interior, apoyada en una de las paredes de la fosa.
Personados en el lugar de los hechos y puesto el asunto en conocimiento del ayuntamiento, hemos podido comprobar in situ que las bolsas contienen un “bodrio” de los restos que aparecen en la foto. Entre ellos, y más perceptibles, varios puros habanos…
No se descarta que estas personas hayan utilizado el cementerio de Ruidera para algún tipo de ritual o aquelarre… Ya que el automóvil estaba estacionado pegado a los contenedores de residuos.