Manuel Valero.– El Gobierno local de Puertollano nos ha salido animalista rompiendo así el molde que ubica a los defensores acérrimos de los animales irracionales en un lugar más propio de la izquierda. No es que tenga que ser así, pero la experiencia dice que los animalistas de acción están más cerca de los antisistema que de los fachas de toda la vida. Más que nada porque a éstos, los fachas, les encanta la caza y las tardes de toros según establece el tópico. Dos actividades en las que los animales montaraces mayores y menores y el bóvido bravo acaban saliendo con los pies por delante en su inútil enfrentamiento con el hombre. El hombre salvaje, como era un salvaje, también los cazaba para zampárselos, El hombre moderno, según el tratado de la estética ideológica, que lo sigue haciendo, cazar y ver los toros con puro y copa, o sea, todo un prurito de vida saludable, tiene bigotillo, usa gomina, y vota al PP. Algunos me dicen que a Vox porque en el PP son unos blandos.
En el caso del Bos primigenius Taurus resalta la deriva tauromáquica de la Iberia secular que aun sobrevive en la Maestranza o La Ventas entre otros lugares luego de que se extinguiera la reverencia que en la antigüedad tenían hacia el bravo, culturas pretéritas como la micénica, la egipcia o la romana. O los apaches al bisonte que son parientes lejanos. A los romanos les gustaba embadurnarse con la sangre de la bestia cornúpeta después de una batalla. Teseo se las tuvo que ver con el Minotauro el hombre-toro que fue antes que el hombre-lobo. Por lo demás nuestros antepasados tenían hacia los animales el mismo cariño que hacia los esclavos, es decir, ninguno, siempre y cuando los animales no sirvieran para otra cosa que para adornar el plato. Con todo, Caligula nombró senador a su caballo con la misma displicencia que mandaba matar a su sombra.
Pues bien, acabada esta circunvalación retórica que en realidad no sé muy bien a qué viene, resulta que los patos dueños de la laguna que lleva su nombre en las Pocitas del Prior van a ser alimentados por el Ayuntamiento de Puertollano con un menú rico en vitaminas y minerales a base de salvado, soja, grasas y aceites. Bienestar animal de derechas. Me pregunto qué habrán pensado los animalistas de España al conocer la insólita noticia de que un Ayuntamiento del PP dará de comer a las anátidas con cargo al presupuesto. Igual tampoco muestran acuerdo por eso de la diferencia ideológica pero de tener los patos y las patas cuá-cuá y voto no se lo pensarían dos veces. Qué cosas. En este mundo dislocado y en este panorama nacional más agrio que el vinagre llama la atención leer noticias así, incluso a sabiendas de que no faltará quien argumente que más dinamita y menos papeo para los patos y más condumio para los necesitados. Como el Ayuntamiento tiene prevista una cantidad estimada de 20.000 al año pero pagará sólo por lo consumido por el parque anátido local, no parece que con ese dinero puedan hacerse maravillas.
Cabe también la posibilidad de que el menú gratis atraiga a otras aves que se percaten del chollo y acudan raudas y rasantes al bonito charcón que gozamos al norte de la ciudad y que el crotoreo de las cigüeñas, un suponer, no deje dormir a los vecinos de las 600.
Curiosa noticia y simpática decisión se diga lo que se diga. Eso sí, habrá que avisar a los impenitentes alimentadores de animales, a esos amables jubilados y jubiladas que se hacen amigos de las palomas, los pájaros y los patos, que dejen de contribuir al engorde, pues tan mala es la hambruna como el empacho. Y como remate final andarse con ojo no vaya a ser que aumenten los furtivos en busca del pato gordo y sabroso. Puede también que a raíz de la buena vida patera la población de animales tales se incremente contribuyendo así a la caída del precio de la carne de pato, que está por las nubes ya que puede que en caso de superpoblación el Ayuntamiento regale a cada vecino un pato bien gordo sobre todo si se acercan elecciones. O los exportemos sin que se enteren los gabachos. Comm, il faut.
