Ya está el personal metido de lleno en la juerga carnavalera antes de que llegue el tiempo cuaresmal. Los que la agitan antes de usar (la),los y las ganadoras de la agrupación Victoria que han puesto una pica en Jaen con su Eterno Febrero, los marchosos mentirosos compulsivosy pijofachas de Vaya Trola, otra de las comparsas históricas de la ciudad, andan por ahí zascandileando de bareto en bareto con sus chanzas y cantares críticos que van directos al hueso, sea quien sea la diana de sus dardos envenenados… de humor. Los de Agítese se fueron a Los Yébenes, los victoriosos febrerilescontentos por ganar en la capital andaluza y los de Vaya Trola recalaron en el Bar El Bomba para amenizar el aperitivo al personal. Es el carnaval.
Los troleros iban vestidos de clonados bertinesosbornes, o niños pijos de Serrano, o bigardos de la derecha sin complejos con vestimenta al uso y la bandera española como cinturón y dos botones al cuello. O sea. Puro, copa y toros, bueno, toros no había pero no era difícil imaginarse a la tropa con peluca en coherencia con la pijería y er taco en el bolsillo pidiendo el rabo. Así que durante casi dos horas se curraron en El Bomba la garganta de tanta letra que no dejaba títere con cabeza. Luego se fueron al Café Viena y luego… donde el cuerpo aguante.
La gente se ha tomado en serio, sobre todo después de la maldita pandemia, que hay que aprovechar el día de la carpeta, el carpe diem, vamos, porque la juerga es la vida instantánea. Puertollano se ha vestido de carnaval como tantos pueblos y ciudades de la provincia, la región y España, en espera del entierro del pez pilchardus, que es como, los listos gafapastas llaman a la sardina, que dicen que está muy malita. Pero mientras llega el miércoles sardinero y cenizo…marcha y música maestro, que estamos en carnaval. Y punto. Y final.