Salvador Jiménez Ramírez.- Doce años más tarde,—en 1927— “Siete Lagunas Altas de Ruidera”: Tinaja, Sampedra, Redondilla, Lengua, Salvadora, Ibáñez o Santos Morcillo, Berruecosa o Batana y La Colgada; en cuanto a sus cuatro quintas partes, (La Sampedra en su totalidad) asignándoles un valor de 42.000 pesetas, las vende la Sociedad francesa, con domicilio en París, en unión de otros bienes, por el precio de un millón de pesetas, al Excelentísimo Señor don Luis de Figueroa y Alonso Martínez, (hijo de don Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones) conde de la Dehesa de Velayos, (casado con Doña María Pérez de Guzmán el Bueno y Salabert) ingeniero y vecino de Madrid. Inscribiéndose el título de compraventa, el día dos de Diciembre de 1927. Fecha en la cual, se tramitaba expediente sobre la subasta de la pesca de las Lagunas de Ruidera en el Ministerio de Fomento.
Don Luis de Figueroa, en unión del Excelentísimo Señor don Antonio Fernández de Linares Nájera, marqués de Donadio; del Excelentísimo Señor don Álvaro de Figueroa y Alonso Martínez, (hijo de Romanones) abogado, marqués de Villabrágima; de don Agustín Hernández Francés, vizconde de Altamira (militar); del Excelentísimo Señor don Rafael de Bustos y Ruiz de Arana, duque de Pastrana; de don Alfonso Torán y de la Rad, ingeniero; de don Miguel Jiménez de Córdoba y Arce, abogado; de don Manuel Soto Redondo, ingeniero; de don José Martínez Acacio; de don Mauricio Tari Vollemhovem, diplomático, vecino de la Haya y de don Rafael Poit y Morales de Los Ríos, empleado y vecino de la Corte, —toda una estirpe de Excelentísimos, Ilustrísimos…—constituyeron la sociedad mercantil anónima, denominada Eléctrica Centro de España, para la producción de energía eléctrica, con un capital de tres millones de pesetas.
Las “Siete Lagunas Altas de Ruidera”, más “La Sampedra”, “Saltos de Agua”, “Unidades de Explotación”, bienes muebles y otras fincas del ámbito del Alto Guadiana o Lagunas de Ruidera, el año 1952, pasaron a ser propiedad de la Sociedad Anónima Eléctrica Centro de España. Y el año 1972, de Unión Eléctrica-Unión Eléctrica Fenosa-Gas Natural Fenosa.
“Los Romanones”, que era como se conocían y nombraban, coloquialmente, en estos parajes, a la familia de Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones, político, empresario, industrial e influyente y latifundista, también poseían más propiedades en la cuenca del Alto Guadiana. El conde de Romanones; título que le fue concedido el año 1893, y alcalde de Madrid, ministro, presidente del gobierno…, adquirió el caserío- latifundio “El Sotillo”, distante, aguas abajo, unos cinco kilómetros del “Real Sitio de La Magdalena” y alrededor de seis del Castillo de Peñarroya. La finca “El Sotillo” interesó a la familia por su relevancia como reliquia medieval; (hay villa romana en el sitio) figurando en la relación de términos de Alhambra, en 1217. Y también mencionado por Horacio III, entre las posesiones de las Órdenes Militares de Santiago y San Juan, en la Sexta Bula Confirmatoria y Concordia entre dichas Órdenes. En “El Sotillo”, lindero con el cauce fluvial del margen derecho, la familia solían pasar largas temporadas de holganza…; visitando y controlando las centrales hidroeléctricas.
Las centrales hidroeléctricas del Alto Guadiana, —nombradas corriente abajo—eran: “El Ossero” que comenzó a funcionar el año 1927, frenando la maquinaria el año 1972. La siguiente “Ruipérez”, que puso en marcha la maquinaria el año 1914, aguantando hasta el año 1976. La de “Santa Elena”, empezó a marchar el año 1909, cesando en la producción de energía el año 1972. La de “San Alberto”, abrió las compuertas en 1909-1910 y echó el cierre el año 1970. La de “Miravetes”, arrancó en 1906, parando en 1974. La última, la de “San Luis”, ubicada en la cota máxima-cola del embase de Peñarroya, marchó desde el año 1909, y paró en 1959, cuando el Pantano de Peñarroya comenzó a represar el caudal del Alto Guadiana.
Al contemplarse en el Plan Energético Nacional, la puesta en funcionamiento de pequeñas Centrales Hidroeléctricas; con la finalidad de reducir el consumo de productos petrolíferos, Navarro S. A., encarga a Abengoa S.A., la realización de proyectos para rehabilitar y poner en marcha, de nuevo, con punteros sistemas de automatización, cuatro centrales de las Lagunas de Ruidera.
Reunida la Comisión Permanente de la Junta Rectora del Parque Natural Lagunas de Ruidera, el día 31 de octubre de 1986; asistiendo representantes de Unión Eléctrica S. A. y Navarro S. A. Vistos los proyectos y sopesada la merma y alteración de la carga hidrológica del río, se analizaron las acciones y efectos sobre el medioambiente del Parque Natural; considerando que la nueva actividad hidroeléctrica, originaba un alto impacto ecológico negativo, siendo bajísima la parte positiva… Por lo que se informó desfavorablemente, “ya que era una actividad que, por su capacidad de modificación de la naturaleza iba en contra de los fines por los cuales las Lagunas de Ruidera se declararon Parque Natural…”.
Concluida la asamblea, en cordial plática, — petit comité—alguno de los asistentes sugirió la conveniencia de gestionar que, inmuebles y maquinaria de las centrales, se cuidaran y preservaran con la finalidad de mostrarlas al público como “piezas de museo”; e incluso ponerlas en funcionamiento de vez en cuando, cuando las condiciones hídricas del Alto Guadiana fueran óptimas…
Qué os hubiera costado. ¿Eh? Moraleja: “Juzgad cual la cotorra, el libro por la tapa que lo forra…”.
Extraordinarios artículos, de las centrales hidroeléctricas de Las lagunas de Ruidera, que tanto contribuyeron al desarrollo industrial y humano de tantos pueblos, grandes y pequeños de las provincias de Ciudad Real y Albacete aportando electricidad. Historia, propietarios, defunción y amortajaminto de las mismas….. Increíble pero cierto.