Eduardo Muñoz Martínez.- Aunque, obviamente, la primera Campaña contra el Hambre en el Mundo se celebra en 1959, organizada por las mujeres de Acción Católica, -movimiento que nace a iniciativa del Papa Pío XI, en 1931-, haciéndose eco del manifiesto de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, lanzando dicha campaña, que a partir de entonces se celebra cada año en la primera quincena del mes de febrero.
En consecuencia, en 1960 surge Manos Unidas, Organización no Gubernamental para la Ayuda, Promoción y Desarrollo de los países empobrecidos, creada en España, en el seno de la Iglesia Católica y trabajando con voluntarios, y voluntarias, lo que la transforma en una asociación pública de fieles, involucrados en la lucha contra el hambre, el subdesarrollo, la falta de instrucción, la erradicación de las causas estructurales que las promueven: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.
Manos Unidas, que goza de contrastada popularidad y credibilidad, además de una ampliación penetración social, trabaja a través de 72 delegaciones, -3 más que diócesis-, procediendo sus fondos económicos de la citada colecta anual, de cuotas de los socios y socias, de donativos, de diversos eventos que se desarrollan con tal fin…, etcétera, que permiten que su trabajo pueda centrarse en dos actividades complementarias: sensibilizar a la población para que conozca y sea consciente de la realidad de los países en vías de desarrollo y apoyar y financiar proyectos en África, América y Asia, para colaborar con el desarrollo de los pueblos del Sur.
Siguiendo con un poco de historia acerca de la ONGD, reseñar que en 1986 promueve, como cofundadora, la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales para el Desarrollo en España (CONGDE), asumiendo su presidencia; que, desde 1998, es miembro de pleno derecho de la Alianza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (CIDSE), constituida por catorce organizaciones de desarrollo católicas, establecidas en España y Norteamérica que dependen de la Conferencia Episcopal de cada país; apoya, desde 2021, movimientos contra el cambio climático, participando de la Cumbre Glasgow COP26 GLASGOW 2021; o que junto con Cáritas Española y el Centro de Investigación y Documentación Africanas (CIDAF), Manos Unidas funda en 2023, una nueva asociación, la Fundación SUR, que tiene por objeto el estudio e investigación de la problemática humana, social, económica y política de los países empobrecidos de África.
Tres mil euros de los de hoy, -quinientas mil de las antiguas pesetas-, recaudó Manos Unidas en su primera Campaña contra el Hambre, habiendo alcanzado en 2021, -los últimos datos que servidor maneja-, los casi cincuenta y un millones de euros, exactamente 50.823.998 euros, con los que se apoyaron 474 proyectos en 56 países.
Para concluir, añadir que Manos Unidas, cuyo compromiso con la transparencia se materializa en un informe anual de auditoría, pertenece al Consejo Pontificio «Cor Unum», que el Papa Pablo VI creó en 1971, para que le ayudara a cumplir con el deber de la Caridad, contaba, hace por ahora tres años, -hoy nos consta que son más -, con más de 83.000 «efectivos humanos», entre socios, colaboradores, voluntarios y profesionales contratados, no sobrepasando éstos, -los que cobran-, el número de 150, lo que prácticamente garantiza el destino final, poco menos de al cien por cien, de lo recogido por los diversos cauces.