Con la entrada ayer en su ermita, cayendo ya prácticamente la noche, san Sebastián pudo completar las celebraciones iniciadas el viernes para regar de fervor Almodóvar del Campo y abogar con esperanza desde su barrio por quienes padecen alguna enfermedad.
Actos que por primera vez contaban con el respaldo público de la Diputación Provincial de Ciudad Real, de la mano de su actual presidente, Miguel Ángel Valverde, quien de nuevo visitó la localidad para conocer y ensalzar tradiciones tan propias como sus candelarias.
Respondía así a la invitación cursada por el entorno de la Asociación de Vecinos del Pilar de Abajo y San Sebastián para, junto al alcalde José Lozano y otras autoridades locales, así como colectivos y particulares, participar primero en la ofrenda floral de apertura, en unos actos donde también fue protagonista la Policía Local, cuya comisaría se ubica allí.
Eran casi las ocho y media de la noche de un viernes cuyo preámbulo, tres horas antes, habían sido por primera vez los gigantes y cabezudos y luego, pese a la incertidumbre de la climatología, con alternancia de ligeros chubascos, pudo vivir gran parte de sus eventos.
A su llegada, Valverde expresaba su alegría por la oportunidad que se le había brindado para “estar cultivando estas tradiciones que, de alguna manera, le dan singularidad e identidad a un pueblo como Almodóvar, pero también a toda la provincia de Ciudad Real”.
En este sentido, también resaltaba la antigüedad con que esta población cabecera del Valle de Alcudia honra a san Sebastián, remontándose el presidente al siglo XVI “y que, por tanto, es uno de los más antiguos, no de Almodóvar si no de toda la provincia”, dijo.
Y al santo agradeció expresamente el presidente provincial “estas tan necesarias lluvias que son imprescindibles”, entonando así palabras de comprensión en un contexto festivo que, por la irrupción de los chubascos, posiblemente no se pudiera disfrutar en plenitud.
Ofrenda floral de la institución provincial con la que quiso representar, explicitó Valverde, “a toda la provincia de Ciudad Real”, en un acto donde junto a la del Ayuntamiento, la del cuerpo policial y varios de sus agentes encabezados por el subinspector jefe Juanra Romero y demás participantes, sobresalía este año la de la Hermandad de San Antón.
Una vez depositadas las varias decenas de ramos de flores a los pies de san Sebastián, que de nuevo esperaba en el salón vecinal del antiguo matadero, las autoridades se acercaron hasta la candelaria que empezaba a prenderse aprovechando el clareo de las lloviznas.
En este periplo entre emplazamientos, Miguel Ángel Valverde recibió agasajos del colectivo que organiza los festejos y cultos junto al Ayuntamiento, entregándole su presidenta, Isabel Corchero, la medalla del santo y, de parte de una vecina que tiene encomendada su salud al patrón del barrio, la pequeña insignia con su efigie.
También, al igual que también hicieron los propios policías locales, el presidente tuvo la oportunidad de encender uno de los dos toros de fuego que se soltaron y que, pese a resultar mansos por efectos de la humedad, pudieron ofrecer alguna que otra carrera.
La pirotecnia era uno de los alicientes estelares de la noche de esta candelaria de vísperas, estrenando el entorno de la ermita del santo como lugar desde los que lanzaron varios castillos de fuegos artificiales, refulgiendo sobre las llamas de la luminaria que dio calor.
La música también era otra de las propuestas incentivadas este año y, entre el elenco previsto sí pudo dar lo mejor de sí, al igual que en la procesión de ayer, la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Rescatado de Almodóvar del Campo.
En general, la del viernes tuvo una gran afluencia de público, que también fue obsequiado por vecindad con aperitivos y limoná, disponiéndose además puestos de churros o castañas añadas y agotándose las típicas rosquillas bendecidas de san Sebastián.
Y también fue destacable el acompañamiento ayer, en una jornada de cultos que dieron comienzo con diana a cargo de la banda de la Escuela Municipal de Música en los prolegómenos a la función solemne de mediodía y luego, por la tarde, con la procesión que discurrió entre el templo parroquial y la ermita.
Un desfile que fue aupado, a costal por segundo año consecutivo, por la cuadrilla juvenil de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad y en cuyo transcurrir hubo suelta de palomas, petalás, salves y altar, además de numerosos vivas al santo.
José Lozano, que también acompañó también estos momentos con que Almodóvar del Campo culminaba una semana marcada por sus ‘santos viejos’, que empezó el martes con san Antón, se congratulaba del buen hacer de barrios y vecinos en todas las celebraciones.
En particular lo hacía para quienes lo hacen posible en el Pilar de Abajo y San Sebastián, pero significaba la entrega análoga en torno a Santa Bárbara y San Antón, así como para con San Juan Bautista de la Concepción en febrero y San José en marzo.
Contextos de los que también se ocupa la edil Lidia Paz, a quien Lozano quiso agradecer también su labor, incluso en circunstancias familiares complicadas, por lo que valoró su grado de compromiso con la ciudadanía almodovareña.
El regidor quiso valorar asimismo el acompañamiento que quiso atender el presidente de la Diputación Provincial, significando que era la “primera vez”, algo que “es una señal de que Miguel Ángel Valverde está de lado y apoya a Almodóvar del Campo”.