Por José Belló Aliaga
Vivimos tiempos convulsos, de desconcierto e incertidumbre, de conflictos bélicos y de muerte, de desolación constante. Asistimos impotentes a la implantación a nivel global de nuevos valores basados en el poder macroeconómico de las multinacionales, bajo el poder fáctico de políticas impuestas, subsidiarias de esos perversos poderes transnacionales. Todo parece indicar que la humanidad está a la deriva, sin rumbo conocido por la mayoría de nosotros, que nos sentimos frágiles, temerosos y desubicados, apáticos y desmotivados, sin poder dar un golpe de timón y evitar el previsible naufragio que nos aguarda a la mayoría.
La poesía como tabla de salvación
Quizá sea el momento adecuado para echar mano de la poesía como tabla de salvación o, al menos, utilizarla como la última trinchera desde la que luchar contra la barbarie y las intransigencias absolutistas, contra la dictadura de la desazón. Porque, como afirmaba Gabriel Celaya, “la poesía es un arma cargada de futuro”:
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Que hablen los poetas, que a través de su poesía han de inocular confianza, fortaleza y esperanza a los hombres, ángeles fieramente humanos, como sentenció Blas de Otero:
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Así pues, es preciso trocar la dura realidad para conseguir un mundo más benigno y, si es preciso, morir en el “campo del amor”, porque, como también escribió el citado poeta vasco, uno de los principales representantes de la poesía social y comprometida:
Si me muero, que sepan que he vivido
luchando por la vida y por la paz.
Apenas he podido con la pluma,
apláudanme el cantar.
Si me muero, será porque he nacido
para pasar el tiempo a los de atrás.
Confío que entre todos dejaremos
al hombre en su lugar.
Porque los vates, trovadores y juglares son la voz del pueblo y en sus versos resuenan los sueños e ilusiones de todos los que habitamos y sufrimos este maltrecho mundo.
“Y los poetas cantarán nuestras gestas…”.
Recital poético y musical de Poetas por la paz
Con este espíritu, expresado más arriba, poetas, compositores y cantantes se dieron cita en Espacio Ronda, calle Ronda de Segovia 50 de Madrid, en el Recital poético y musical de Poetas por la paz, acto promovido por Espacio Ronda y el Grupo Sial Pigmalión , presentado y coordinado, por Armando Lozano, Marisol Esteban y Basilio Rodríguez Cañada.
Recital poético y musical de Poetas por la paz, en Espacio Ronda, Ronda de Segovia, 50
Participaron, por orden de intervención: Vicente Araguas; Alain Atouba; Luisa Ballesteros; Ángeles Castillo Núñez; M.ª Ángeles Cantalapiedra; M.ª Pilar Cavero Montori; José Luis Pardo; M.ª Antonia García de León; Inma Jiménez Jorquera; Paty Liñán; José Luis López Amigo; José Luis Marín Aranda; Álex Flórez; Socorro Mármol Brís; Gloria Nistal; Ana Ortega Romanillos; Gloria Nistal, en representación de Adelaida Porras; Cristian Báez; Antonio Portillo; Abdo Tounsi y José Gerardo Vargas Vega, acompañado por Sol de Diego.
José Belló Aliaga
Pies de foto
Foto 1: El Recital poético y musical de Poetas por la paz, tuvo lugar en Espacio Ronda, calle Ronda de Segovia 50 de Madrid
Foto 2: El acto fue presentado y coordinado, por Armando Lozano, Marisol Esteban y Basilio Rodríguez Cañada
Foto 3: Armando Lozano
Foto 4: Marisol Esteban
Foto 5: Basilio Rodríguez Cañada
Foto 6: Vicente Araguas
Foto 7: Alain Atouba
Foto 8: Luisa Ballesteros
Foto 9: Ángeles Castillo Núñez
Foto 10: M. ª Ángeles Cantalapiedra
Foto 11: M. ª Pilar Cavero Montori
Foto 12: José Luis Pardo
Foto 13: M. ª Antonia García de León
Foto 14: Inma Jiménez Jorquera
Foto 15: Paty Liñán
Foto 16: José Luís López Amigo
Foto 17: José Luís Marín Aranda
Foto 18: Álex Flórez
Foto 19: Socorro Mármol Brís
Foto 20: Gloria Nistal
Foto 21: Ana Ortega Romanillos
Foto 22: Cristian Báez
Foto 23: Cristian Báez al piano
Foto 24: Antonio Portillo
Foto 25: Abdo Tounsi
Foto 26: Sol de Diego, José Gerardo Vargas Vega, Marisol Esteban y Basilio Rodríguez Cañada
Foto 27: Cristian Báez, en primer término. Al fondo, Álex Flórez
Foto 28: Grupo de participantes en el acto