El rumbo desalentador de Castilla-La Mancha

Santiago Sánchez López. Economista y miembro del Consejo Político del PP-CLM.- Los últimos datos de empleo en Castilla-La Mancha, correspondientes al mes de diciembre de 2023, no sólo representan un reflejo de la volatilidad estacional propia de la campaña de Navidad, sino también de una problemática más profunda y estructural que afecta a la región. Las estadísticas de paro y afiliación son una llamada de atención hacia un rumbo desalentador que, bajo el gobierno socialista, parece más preocupante de lo que los números por sí solos parecen mostrar.

Tras cinco meses consecutivos de ascenso del paro, el leve descenso experimentado en diciembre, típicamente asociado a la estacionalidad navideña, no es motivo de celebración sino un recordatorio de la fragilidad de las políticas de empleo del gobierno regional que preside Page. Castilla-La Mancha ha visto cómo en el último semestre de 2023, más de 7.654 personas han perdido su empleo, una media de 42 personas al día. La desaceleración del mercado de trabajo en la región ha sido alarmante y no conviene disfrazar con triunfalismo un análisis que, cualquier responsable público responsable, abordaría con realismo.

El escenario se torna aún más gris cuando se observa la distribución demográfica del desempleo regional. Algo más del 65% de los parados son mujeres, una proporción significativamente mayor que la media nacional. Esta situación no solo habla de dificultades de empleabilidad sino de una desigualdad marcada que parece perpetuarse bajo la gestión socialista actual. Según Eurostat somos la región española con mayor brecha de empleo entre hombres y mujeres en 2022, una de las peores regiones de Europa, en lo que no es una cuestión coyuntural sino estructural.

Pero si algún dato muestra señales preocupantes es la contratación, que en la región ha seguido una tendencia muy negativa a lo largo de 2023. En diciembre se firmaron 8.597 contratos menos que el mes anterior, una caída del 16%; y 1.165 contratos menos que en diciembre de 2022, lo que supone una caída interanual del 2,54%. Estos números no solo son indicativos de un mercado laboral estancado sino también de la pérdida de oportunidades para muchos ciudadanos que buscan activamente mejorar su calidad de vida.

El carácter estacional de los datos de diciembre se confirma observando unos contratos temporales que suponen el 62% de los firmados en el último mes del año en la región, con una caída en los contratos indefinidos del 21% con respecto al mes de noviembre. Hace tiempo que la contratación indefinida ha dejado de ser sinónimo de empleo estable, del mismo modo que el paro registrado no es una medida representativa de los trabajadores que, deseando trabajar, no pueden hacerlo, por lo que hay que recurrir al ‘paro efectivo’. Éste se sitúa en la región en los 152.000 desempleados, a la espera de que la administración regional haga un ejercicio de transparencia e informe sobre los datos de los fijos discontinuos inactivos que hay en Castilla La Mancha.

En términos de afiliación a la Seguridad Social, a pesar de una leve subida en diciembre, el balance final es desalentador. Comparado con el mes de agosto, la región ha perdido 10.672 afiliados a final de año. Además, el número de autónomos también ha disminuido con respecto a diciembre de 2022, reflejando la falta de apoyo y confianza en el sector empresarial y emprendedor.

La disminución de empresas inscritas en la Seguridad Social es otro indicador preocupante. Con 568 empresas menos que en diciembre de 2022, 1.123 menos si se compara con diciembre de 2021, el tejido empresarial de la región muestra signos de debilitamiento. Esta pérdida de empresas no es solo una cifra; es la desaparición de oportunidades, de innovación y de desarrollo económico.

Este escenario dibuja un panorama con desafíos crecientes. Es obligatorio reconocer que detrás de cada número hay historias de personas que luchan diariamente por un futuro mejor. Estas cifras son un recordatorio de la urgente necesidad de políticas de empleo más sólidas, inclusivas y efectivas.

Desde esta perspectiva, es esencial que el gobierno regional reflexione y actúe. Las políticas de empleo deben ser más que medidas temporales y reactivas; requieren una visión a largo plazo que entienda y aborde las necesidades de la población. Es crucial invertir en formación, fomentar la igualdad, apoyar a las pymes y emprendedores, y crear un ambiente que, no solo haga propaganda sobre la atracción de inversión, sino que realmente la atraiga y también la retenga.

La inversión extranjera ha caído en Castilla La Mancha un 35% en los 9 primeros meses de 2023 con respecto al mismo periodo de 2022, la inversión en I+D por habitante en la región está entre las peores CCAA (un 65% inferior a la media nacional), al igual que sucede si analizamos los empleados de alta cualificación, esenciales para impulsar la competitividad y el valor añadido, donde nos situamos como la penúltima CCAA de España con un 28,43%, unas décimas superiores a las regiones de Turquía. Éstos son factores clave para impulsar el crecimiento y la creación de empleo a largo plazo y en todos ellos descarrilamos.

La responsabilidad de revertir esta tendencia no recae solo en el gobierno regional. Todos los actores, desde los empresarios hasta la sociedad civil, deben participar activamente en la creación de un mercado laboral más dinámico y justo. Sin embargo, es el liderazgo y la visión del gobierno lo que puede catalizar este cambio necesario.

En conclusión, la situación del empleo en Castilla-La Mancha es más que preocupante: es un llamado a la acción urgente. La complacencia no es una opción cuando el futuro de tantos ciudadanos está en juego. Es hora de que el gobierno regional adopte una postura proactiva y comprometida, con políticas económicas y fiscales enfocadas en generar crecimiento y progreso. El empleo no es solo un indicador económico; es el pulso de la prosperidad y bienestar de la región. Y en este momento, ese pulso es débil y requiere una intervención decidida y efectiva.

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1 COMENTARIO

  1. Economistas, señores de aspecto muy sesudo, que además de costarles a sus papás un buen dinero financiandoles unos cuantos años de carrera, no solo no aciertan a preveer una crisis, si no que a toro pasado tampoco son capaces de explicarla. Si la medicina como ciencia hubiera avanzado como la ciencia economica, la humanidad hace tiempo que ya no estaría sobre la faz de la tierra, menudo gurú, además usted que va a decir. La única ley cierta en su ciencia es, quien paga manda

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