Concentración por el fin de la guerra en Gaza

A pesar del frio y la intensa niebla, el colectivo Pacifistas de Ciudad Real no ha querido dejar terminar el año sin solidarizarse con el pueblo de Palestina, atacado por el ejército israelí.
Varias decenas de personas han acudido a esta convocatoria para denunciar – según su comunicado – tanto el atentado de Hamás, como la desproporcionada respuesta israelí convertida en una genocidio sin precedentes y ante la pasividad cómplice de la comunidad internacional.
Critican asimismo la doble moral que los gobiernos que piden la paz a la vez que no dejan de vender armas a Israel.

COMUNIDADO:
«La guerra ha terminado (si tú quieres)
Podríamos aplicar este mensaje de John Lennon y Yoko Ono de 1969 para parar la guerra de Vietnam a los más de 150 conflictos armados existentes en la actualidad pero, tristemente, la actualidad nos lleva a Palestina.
Después de casi tres meses de conflicto armado en la franja de Gaza, Israel ha matado a más de 20000 personas, la mayoría civiles y niños indefensos, y destruido sistemáticamente edificios, infraestructuras sanitarias y de ayuda humanitaria, incluso colegios y ambulancias, mostrándose obscenamente en los telediarios lo que es la guerra con toda su crudeza y cómo esta se permite por parte de la mayoría de potencias internacionales. La mayor cárcel del mundo será ahora un lugar inhabitable durante varios años.
El ataque brutal de Hamas ha sido respondido de la manera vengativa y desproporcionada con que Israel ha actuado desde el principio en este conflicto histórico, que surgió en el mismo momento en que Gran Bretaña concedió a los judíos la tierra palestina, primer acto injusto de desposesión. No se trata de una guerra de Israel defendiéndose, sino de un conflicto provocado por la ocupación de Palestina. Entendiendo las causas históricas, era totalmente previsible lo que iba a ocurrir: la lucha armada no ha aportado nada desde el principio, las respuestas violentas se han sucedido una tras otras en una escalada intermitente que no han supuesto ninguna mejora real en las condiciones de vida y el autogobierno palestino, sino todo lo contrario.
El poder económico y militar ha sido clave en la opresión ejercida sobre el pueblo palestino y en la escalada del conflicto. El apoyo de Gran Bretaña, los EEUU y Europa ha dado carta blanca al colonialismo del estado ocupante de Israel y a la opresión del pueblo palestino. Pese a la evidencia de las injusticias y crímenes cometidos, las alianzas basadas en el comercio de armas impide que los gobiernos ejerzan una presión diplomática efectiva sobre Israel. La industria militar israelí ha sido apoyada desde el bloque de la OTAN con la participación industrial, científica y económica de España y hasta de Castilla-La Mancha: con dinero público español se han subvencionado componentes de misiles y otras armas fabricadas por consorcios israelíes en que participan empresas españolas. Somos más responsables en esta guerra de lo que pensamos. Cerca de nuestras casas y con nuestro dinero se están fabricando armas asesinas que caen en Gaza.
Pese a las resoluciones de la ONU y los acuerdos de paz de Oslo, el gobierno israelí ha continuado colonizando ilegalmente el territorio palestino y controlando el territorio, los movimientos y la vida de los habitantes con una represión militar y de segregación racial que no se permitiría a ningún otro país del planeta. Esta opresión sin salida es la causa principal de la respuesta violenta de parte del pueblo palestino a la ocupación. La intención de los israelíes actualmente es someter totalmente al pueblo palestino y a la resistencia armada para evitar nuevos ataques, aunque es fácil deducir que este no va a ser el efecto conseguido. El futuro después de este episodio se muestra mucho más inseguro al incrementar la inestabilidad del área y bloquearse las vías políticas noviolentas.
Tarde o temprano, con mayor sufrimiento para la población cuanto más tarde ocurra, terminará la guerra y deberá iniciarse un proceso de reconstrucción, que no nos atreve