La campaña 2023 en la zona de producción de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha ha finalizado con 280,81 kilos, lo que la sitúa como la más baja desde el año 2013.
La cifra supone una caída en la producción del 40,24% respecto a la cosecha del año anterior, que finalizó con 462,15 kilos, y es casi un 20% menor que la de 2021 que, hasta este año se situaba como la más escasa de la historia de la DOP. Asimismo, es un 49,1% inferior a la media de producción de los últimos diez años (2013-2022), que se sitúa en 571,58 kilos.
La presidenta de la Fundación Consejo Regulador Denominación de Origen (CRDO) Azafrán de La Mancha y el gerente, Valentina Cabra Carrasco y Pedro M. Pérez Juan respectivamente, han comparecido hoy en rueda de prensa en Toledo para dar a conocer el dato de producción de la cosecha de este año, que arrancó con bastante retraso debido a las altas temperaturas en las primeras semanas de octubre y cuyo resultado sitúa tanto al cultivo, como a la actividad comercial y al propio Consejo Regulador en una encrucijada.
Y es que, esta bajada en la producción ratifica que el sector sigue gravemente amenazado por los problemas históricos y estructurales que se vienen exponiendo desde hace años y que se ven agravados por el cambio climático, por lo que se hace necesario un plan específico dotado con el soporte económico necesario, que permita frenar el declive de la producción y su recuperación en el plazo más breve posible.
Así lo ha recordado hoy Valentina Cabra que ha puesto el acento en tres acciones que habría que resolver de forma urgente para dar un impulso al sector: la sanidad vegetal de los cormos; la mecanización y el relevo generacional. Sin embargo, y dado que no se encuentran instrumentos que den respuesta a estos desafíos, el Patronato del Consejo Regulador seguirá trabajando para seguir defendiendo la marca de calidad Azafrán de La Mancha en la medida de sus posibilidades económicas.
“La campaña ha sido más baja incluso de lo que preveíamos y la situación es grave ya que debido a esta bajada en la producción las empresas que se dedican a la comercialización del azafrán con DOP se están viendo obligadas a rechazar negocios muy interesantes porque no van a ser capaces de garantizar el suministro de la especia a lo largo del año”, ha dicho.
La bajada en la producción también afecta, y mucho, a la actividad del Consejo Regulador, cuya financiación depende de las cuotas de productores y envasadores. “En este escenario, desde el Patronato nos vemos obligados a reducir bastante las acciones de promoción de nuestra marca de calidad Azafrán de La Mancha, pero aunque son muchas las adversidades y que la tendencia no es favorable no vamos a cejar en nuestro empeño de seguir luchando, con las herramientas que tenemos, por la supervivencia de nuestro cultivo y de la marca de calidad”, ha afirmado.
Uno de los datos más significativos y que demuestra la caída en picado es el del rendimiento por hectárea que este año ha sido de 3,01 kilos, el más bajo también de los últimos diez años; supone una bajada del 32,44% con respecto a la cosecha anterior y es un 50% inferior a la media del periodo 2013-2022 (6,04%).
Además, también ha disminuido la superficie cultivada que ha participado en el proceso de producción. De 105,26 hectáreas en 2022 se ha pasado a 93,2 en este año 2023, por debajo también de las 95,44 has de 2021 e inferior también a la media 2013-2022, que está en 106,12 has.
Este año, 173 de los 250 productores inscritos en el Consejo Regulador han formado parte del proceso de inspección que permitirá que su azafrán se comercialice bajo la marca de calidad diferenciada Azafrán de La Mancha.