Pablo del Hierro presenta «Madrid, metrópolis (neo) fascista»

Vienen de tomar un café para mitigar un poco el frío de la calle. Les espero en el ‘Espacio Serendepia’.
Ellos son Pablo del Hierro y su acompañante y presentador del libro: «Madrid, metrópolis (neo) fascista», José María Barreda.
Pablo del Hierro es profesor de Historia Global en la facultad de artes y ciencias de la
Universidad de Maastricht, Holanda. Se especializa en relaciones internacionales e historia política del siglo XX, centrándose en movimientos de extrema derecha y el (neo)fascismo.
José María Barreda Fontes fue presidente de Castilla la Mancha entre 2004-2011.


Le pregunto primero a José María cual es el motivo de su estancia aquí, presentando el libro de Pablo.
«Estoy aquí atendiendo a la amable invitación que me hacen mis amigas Laura, madre y su hija Laura que está casada con Pablo que ha escrito un libro apasionante y esencial en el que describe la presencia e influencia tanto del fascismo como del neo fascismo en Madrid, después de la Segunda Guerra Mundial.»
Gracias José María.
Ahora hablo con Pablo que me responde a qué le ha motivado a escribir está gran historia documentada.
«Yo soy de Madrid y siempre me llamó la atención la dualidad en que se encontraba Madrid en los años 30 como símbolo del antifascismo, el Madrid del «No pasarán» o Madrid será la tumba del fascismo donde todo ese imaginario trascendió las fronteras, pero a la vez Madrid se convierte – por eso la dualidad, en un gran centro para la extrema derecha en los años 50, 60, 70 y parte de los 80″.
Pablo, tu libro es un documento histórico que incita a la reflexión…
«Bueno es difícil estudiar la extrema derecha ya que no existen fuentes primarias. Es un trabajo de muchos años…
Es un documento como me preguntas de documentos…
Madrid fue un centro de reunión de personajes del fascismo internacional».
Ante mi pregunta sobre que hay opiniones que afirman que nuestra transición estuvo mal hecha por el hecho de que durante años y hasta hoy tengamos legalizados partidos de extrema derecha en España. ¿Compartes esta afirmación?
«Es algo más complicado que eso. Es cierto que la transición pactada permite sobrevivir a la extrema derecha en ciertas condiciones y todo esto le facilita un tiempo y la capacidad legal de armarse ideológicamente.
Y fíjate, a mí me llama mucho la atención como la justicia española fue capaz de no perseguir y permitir textos de clara apología del nazismo y del fascismo, del franquismo e incluso del holocausto nazi.
Por Madrid y sobre todo por Barcelona entran muchos libros de estas características. Casos en los 80 como la librería Europa, el Círculo español de amigos de Europa, y en estos enclaves hay gente que se dedica a traducir textos de historiadores negacionistas del holocausto y a darles publicidad y esto hasta muy finales de los 90 no se empieza a perseguir en España.
Esto si que es un vacío en la Transición. Yo no diría por tanto que se hizo mal. Se hizo lo que se pudo, como te decía antes una transición pactada y la extrema derecha tiene voz y voto».
Para terminar esta lección de historia cuáles son para ti las similitudes y diferencias entre la extrema derecha de antes como Fuerza Nueva y la de hoy, encarnada en Vox…
«Pues mira no me había planteado esto asi. Ahora se abren archivos que hay tanto de Fuerza Nueva como de Blas Piñar y sí que hay similitudes como el ultranacionalismo, la xenofobia, esa fascinación por un pasado glorioso de corte imperial. Ahora Vox es un partido nuevo, amalgama de varias cosas pero con diferencias como ser más liberal. Fuerza Nueva era ultra religiosa y con carácter integrista. Blas piñar jamás habría permitido hechos como el ldivorcio. De hecho expulsaron a miembros por este hecho…
Pues muchas gracias por tu aportación histórica y por tu valiosa información.
Interesantes reseñas sobre el libro de Pablo:
«Vidas secretas, rutas de escape, negocios oscuros y violencia política (1939-1982),»
De la mano de Pablo del Hierro redescubrimos un Madrid que actuó como centro de negocios oscuros a menudo vinculados al mundo del arte, como refugio seguro para jerarcas fascistas donde la naciente justicia internacional no se aplicaba, como nodo de las rutas de escape –rutas de ratas— entre la Europa continental y Latinoamérica (y viceversa), y como punto de encuentro de una extrema derecha que no renunciaba al terror mientras aspiraba a incidir nuevamente en el futuro político de sus antiguos países.
Simultáneamente al Madrid vital y antifranquista, la capital española se consolidó como la gran urbe de la actividad y el imaginario neofascistas. Rescatar esa historia oscura y abyecta nos permite entender su papel como eslabón imprescindible que conecta la victoria franquista y la dispersión fascista post-1945 con los atentados ultras durante la Transición española y algunos de los amenazantes movimientos de nuestros días.
Los grandes regímenes fascistas europeos fueron derrotados en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, muchos de sus paladines lograron esconderse a la espera de tiempos mejores, escapar bajo nuevas identidades a terceros países o reciclarse como peones de la nueva Guerra Fría.
Toda esta diversidad de circunstancias convergió, en un momento u otro, en una misma geografía: Madrid. Así, mientras la España franquista intentaba borrar cualquier recuerdo de sus simpatías en favor de Hitler y Mussolini y realinearse como baluarte católico y anticomunista, la capital española ejercía de facto como la principal Metrópolis neofascista.

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