La efímera e inestable vida –por todo lo comentado antes y lo que irá apareciendo– del PGOU-97 aprobado, pese a algunas actuaciones puestas en marcha, como la urbanización del Polígono Industrial Avanzado (PIA) verificada en Pleno (Lanza, 19 de mayo de 1999) reflejan la situación del desarrollo de este. “El parque se localiza en el margen derecho de la carretera de Carrión y se subdivide a su vez en dos sectores, una primera fase que se construirá en el primer Cuatrienio del Plan General de Urbanismo y la segunda que completará la zona industrial y que verá la luz en el segundo cuatrienio”. Es decir, en ese momento de aprobación del PIA se mantienen la programación de los dos cuatrienios del plan y se presume su vida hasta el 2007 como mínimo. De la misma forma que las certezas de continuidad y eficacia del PGOU-97 se tambalean con visibilidad en la reunión del Ayuntamiento con la APEC, del 2 de septiembre de 1999 y con la finalidad de introducir modificaciones sobre el contenido del plan. Reunión que concluye con esa certeza declarada: “Representantes de los colectivos de arquitectos, técnicos, promotores y constructores mantuvieron ayer una reunión con el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital, Gabriel Miguel, en la que acordaron 56 modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ciudad Real, aprobado el pasado año”.
El clima municipal sosegado de finales de 1999 se va tensando a medida que se aproximaban las elecciones Generales del año 2000. Y se podían escuchar afirmaciones como las de: “Se han instalado en la cátedra de la mentira y como no tienen nada que decir a la gestión se agarran a la falsedad”, dijo Gil-Ortega, quien reiteró que están estudiando la posibilidad de crear una televisión municipal como gran logro comunicativo, (Lanza 12 enero 2000). A la par que “El Equipo de Gobierno Municipal tiene previsto modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en la calle Juan Ramón Jiménez de la capital, [otro cambio más] vía que une el campus universitario y la carretera de Carrión y en la que se viene desarrollando obras desde hace varias semanas. Este periódico pudo saber ayer que la modificación del PGOU se debatirá hoy en el transcurso de una comisión especial de Urbanismo”.
El 18 enero 2000 se publicaba el inicio del proceso administrativo para la adjudicación de las parcelas del PERI de Renfe, con un indudable impacto en el mercado inmobiliario que comenzaba a desperezarse tras el periodo de suspensión de licencias. Días más tarde, el 1 de febrero, se daba cuenta del progreso urbanizador en la citada zona Sur: “El concejal de Urbanismo, Gabriel Miguel Mayor, anunció ayer que el pasado jueves dos empresas, una madrileña (Magenta) y otra con sede social en Plasencia (Cáceres), presentaron en el Ayuntamiento sendos programas de actuación urbanizadora (PAU) que afectan a más de 600.000 metros cuadrados ubicados a ambos lados del futuro hospital de la capital. Miguel Mayor, que calificó el hecho de ‘una buena noticia que llena de satisfacción desde el punto de vista político’, explicó que ambos programas afectan al área sur de Ciudad Real. En concreto, uno de ellos se ha elaborado para la zona denominada ‘Pata de gallina’, área que está ubicada entre la carretera de Aldea del Rey y el hospital. El proyecto incluye la construcción de 1.430 viviendas que se levantarán en 303.461 metros cuadrados… hacia la carretera de Puertollano, en el paraje de Herrerías, se proyectan construir 1.405 viviendas en un total de 302.062 metros cuadrados. El responsable de Urbanismo agregó, por otro lado, que estos dos programas llevarán a que exista más suelo disponible en Ciudad Real, lo que debe contribuir a que haya más competencia, a que se abarate el suelo y a que los precios, al menos, se mantengan”.
Pero no era oro todo lo que relucía, como se vería con la problemática –abierta y no resuelta– de los llamados Diseminados, parcelas construidas sobre Suelo No Urbanizable, en demanda de infraestructuras y servicios. Un viejo problema no resuelto tampoco con el PGOU-97, heredero de viejos empeños del PGOU-88 por definir el llamado ‘Núcleo de población’ como factor delimitador en el proceso de ocupación/construcción de suelos no urbanizables, y que en Ciudad Real se había resuelto con la categorización de una clasificación como Suelo Urbanizable No Programado en 1987. Que a la postre no había tenido operatividad alguna. Y así en el Lanza 5 de febrero, se daba cuenta de que se remitiría al Ayuntamiento de Ciudad Real, “a la mayor brevedad posible, los estudios que han realizado dos empresas sobre la situación de los ‘diseminados’ por encargo del propio Ejecutivo autónomo, administración que ha corrido conlos gastos de la elaboración de los informes. Así lo aseguró ayer a este periódico en la mañana de ayer un portavoz autorizado del director general de la vivienda…En concreto, uno de los informes, se basa en la problemática que presenta el suelo rústico de La Poblachuela, mientras que el restante consiste en un estudio urbanístico sobre la situación en que se encuentran las viviendas de diseminados construidas en la carretera de Aldea del Rey, Las Casas, El Vicario y La Atalaya…puesto que los propietarios de inmuebles levantados en zonas catalogadas en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ciudad Real como zonas de ‘diseminados’ exigían para que se desbloquee la situación que padecen los vecinos afectados. Como se sabe, son alrededor de 500 personas las que esperan algún tipo de salida para poder edificar en sus propiedades, en unos casos, o para hacerse acreedores de unos servicios que consideran que deben prestarse…La Junta exigirá que el Ayuntamiento de Ciudad Real se adapte, llegado el momento de adoptar una solución, a la Ley del Suelo de Castilla-La Mancha y a las distintas normas urbanísticas que permanecen vigentes en la actualidad”. Así las cosas, el consistorio “deberá decidir las actuaciones a realizar, aunque, a priori, es muy posible que la única solución, y así lo refieren los estudios elaborados, resida en modificar la calificación de los terrenos de ‘diseminados’ en el Plan General de Ordenación Urbana”.
La adjudicación de las parcelas del PERI de Renfe se resolvería, finalmente, en el Pleno del 15 de febrero de 2000, sesión en que emergió el verbo progresista: “Pidió –el portavoz socialista Naharro–, igualmente, que los acuerdos a los que se han llegado con las constructoras se cumplan con el fin de que las calidades y fachadas contribuyan a dar un aspecto agradable, dinámico y de verdadera ciudad”. Circunstancia que habría que agregar a las derivadas de “la Ley de Ordenación de la Edificación [que] se aplicará en todas las viviendas que soliciten licencia de construcción con fecha posterior al día 8 de mayo” (Lanza, 13 de marzo de 2000). El 19 de mayo, podíamos leer que “el concejal de Urbanismo, Gabriel Miguel Mayor, reiteró ayer a los propietarios de parcelas de la Atalaya, zona contemplada como de diseminados en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ciudad Real, que el Ayuntamiento de la capital no puede correr con los gastos que supone la urbanización de los terrenos próximos al Parque Forestal…que los afectados a raíz de que la Junta cambió la legislación habían acudido a la concejalía de Urbanismo a informarse, fue rotundo al afirmar que cada unidad de ejecución corre con sus gastos”. En el momento presente existen en marcha –según esa fuente– Actuaciones urbanizadoras para más de 400 viviendas, Sector Pata de Gallina, Carretera de Piedrabuena y Ronda de Toledo. De igual forma, el 20 junio de 2000, “la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Ciudad Real está analizando ya la mejor forma para la adjudicación de parcelas a las empresas que deseen instalarse en el Parque Tecnológico que se está construyendo en la capital”. Estos aspectos eran los más visibles de la dinámica del PGOU y los menos problemáticos en su funcionamiento. Aunque en paralelo, se seguía con las denominadas Grandes Infraestructuras, que escapaban a la programación misma del Plan. Esa es por otra parte, la afirmación de Alejandro Moya en el trabajo citado antes, cuando fija: “A finales de los 90 y al margen de cualquier previsión de planeamiento y por tanto al margen de las previsiones del PGOU, se propone al sur del municipio la ejecución de un aeropuerto”.
Conclusión similar podría establecerse con el Destino de Ocio –una de sus denominaciones entre Parque Temático, Reino de don Quijote– al norte de la ciudad, que había tenido una presión sostenida para su incorporación desde la lejana propuesta de 1994 sobre el predio de Valcansado, que firmaría Bernardo Ynzenga, y que acabaría teniendo acogida como Proyecto de Singular Interés en 2006. Igualmente, al margen de las previsiones del PGOU. Todo ello, tuvo plasmación en el Debate organizado por el Colegio de Arquitectos (El Día, 6 febrero 2003) en donde hubo opiniones encontradas, y que vistas desde hoy sorprenden. El 30 de noviembre de 2005, Santiago Hernández, en El País, daba cuenta del milagro en ciernes: “Con el reclamo del cuarto centenario de Don Quijote, la suerte aterrizará en las llanuras manchegas procedente del desierto de Las Vegas. La compañía Harrah’s Entertainment Inc., líder mundial de casinos que se fundó en el año 1937 en Las Vegas (Estados Unidos), ha elegido Ciudad Real para su desembarco en Europa, donde pretende instalar un casino que se llamará Reino de Don Quijote, un proyecto de ocio que atraerá una inversión de 567 millones de euros y que puede generar más de un millar de empleos, dato este último sin confirmar por los promotores”… “El proyecto Reino de Don Quijote, con un capital de 128 millones de euros, está participado por 14 entidades públicas y privadas de la región. Desde Caja Castilla-La Mancha hasta Gravillas Santa Cruz, pasando por Autocampo, Foromed, Valcansado o Acmire, figuran como socios de esta aventura empresarial con el ánimo de seguir interviniendo en la misma. El proyecto tendrá una repercusión económica de inversión en la región de 3.232 millones de euros hasta el año 2014. El calendario fija el comienzo de la construcción en 2006 y se espera que se inaugure a comienzos del año 2008. El complejo, además del casino, contará con un hotel de 850 habitaciones, centro de convenciones, un teatro con 3.500 localidades y un área de spa, con gimnasios, salones de belleza y piscinas. El casino se levantará sobre una parcela de 11,5 hectáreas que está situada al norte de Ciudad Real, a 3,5 kilómetros del centro, lindando con la carretera de Ciudad Real a Toledo (N-401), muy cerca de la estación del tren AVE y del futuro aeropuerto, lo que en aquellos lares se denomina como la futura milla de oro”. Pues eso, Milla de oro, Milla de plomo.