Almodóvar del Campo albergó con gran satisfacción entre organizadores, ponentes, colaboradores y público muy especialmente, una jornada divulgativa sobre el Yacimiento Arqueológico de Sisapo bajo el sugerente nombre ‘Ad cenam cum Sisaponensibus’.
Una acción promovida por el equipo de arqueólogos para exponer en charlas celebradas en la planta superior del Mercado, trayectoria, hitos y realidad actual del enclave, con el magno colofón, luego a la noche, de una cena romana en el patio del Hotel Rural ‘Sisapo’.
Cita en torno a la cultura y la gastronomía romanas en Sisapo que abrió el alcalde, José Lozano, para reconocer públicamente la gran labor que viene realizando el equipo que integran Mar Zarzalejos, Patricia Hevia, Germán Esteban, Mª Rosa Pina y Juan Ángel Ruiz, con la aportación que a esta jornada realizaba también Enric Colom.
No en vano, la labor continuada durante varias décadas, en diferentes fases, hacen del lugar “una de las joyas del patrimonio histórico que existe en nuestro amplio término municipal” y, por eso, renovó el apoyo a cuantas iniciativas científicas le sean planteadas.
Al respecto, llamó a “a la colaboración entre Administraciones para que cada una, en la medida de sus respectivas posibilidades, podamos atender como se merece un enclave muy querido en Almodóvar del Campo desde que fuera localizado por primera vez”.
Entre las aspiraciones referidas a lo largo de la jornada figuran los deseos de ver el enclave pasando al dominio público, paso imprescindible para alcanzar mucha mayor financiación a través de partidas europeas y que este “maravilloso yacimiento”, como también lo calificó Zarzalejos, sea un espacio plenamente visitable para todo tipo de públicos.
Mar explicó lo trascendental de recuperar acciones específicas de conservación y mantenimiento que se dejaron de realizar hace una década en este enclave, una línea de trabajo para la cual el Ayuntamiento planteó un proyecto ante el Gobierno regional.
Algo que pondría en ese valor a Sisapo porque, dijo la arqueóloga, “tenéis un yacimiento muy importante en vuestro territorio, que puede convertirse en un hito, no solo de conocimiento histórico, de conocimiento cultural, sino también en un hito de riqueza”.
Hasta en tanto pueda financiarse el proyecto del plan de empleo elaborado por el Ayuntamiento, siguiendo las directrices del equipo de investigadores, al menos la labor prospectiva sí ha podido continuar a través de las sucesivas campañas estivales.
Éstas han sido posibles al mantener partidas económicas la Junta de Comunidades, si bien, como refirió Mar Zarzalejos, es “inestimable también el aporte del Ayuntamiento de Almodóvar del Campo, la colaboración del Vicerrectorado de Investigación de la UNED y también lo que vamos consiguiendo gracias a la obtención de proyectos nacionales”.
A lo largo de las charlas, el equipo expuso cómo han ido avanzando los conocimientos sobre el yacimiento desde que, allá por los años 80 del pasado siglo, se iniciaran trabajos verdaderamente científicos con Carmen Fernández Ochoa y Alfonso Caballero Klink.
Mar Zarzalejos Prieto: ‘La biografía histórica de Sisapo: Una historia de 1.200 años’
Así, desde estos orígenes, la también catedrática de Arqueología en la UNED trazó una visión general de los hitos más fundamentales de la historia de Sisapo, para presentar entre otros hallazgos los vestigios de un altar taurodérmico recientemente documentado.
Un elemento que, como dijo, abunda a la consideración tartésica de este yacimiento enclavado junto a la pedanía de La Bienvenida, zona de interés para esta cultura en su búsqueda de riquezas mineras como plomo o el cinabrio del que se obtiene mercurio.
Por otros elementos encontrados, el equipo ya pudo documentar este enclave del Valle de Alcudia como región de expansión en la civilización de Tarteso, aunque su acceso total en Sisapo queda en estratos inferiores a los hasta ahora investigados, más allá de la primigenia muralla que sustentaría luego la romana, ésta ya con estructuras ‘casamata’.
Y como ciudad de Roma, Mar recordó que así aparece citada por Plinio en unos escritos donde también refería que de aquí se aportaban importantes rentas, motivadas sobre todo por ese cinabrio tan apreciado como el más caro colorante del que se obtenía el ‘rojo pomeyano’ y el mercurio que permitía amalgamar metales nobles como el oro y la plata.
Por último, apoyada en recreaciones 3D, presentó el interior de estancias de la icónica ‘Domus de las Columnas Rojas’, la vivienda aristocrática de unos 1.400 metros cuadrados estructurada a partir del peristilo central y en la cual han aparecido mosaicos y estanque.
Pero también, refirió la ponente, restos de alimentos que consumían sus moradores, carnes principalmente como son las de gallina, conejo y liebre, cerdo, cabra, ovejas y mucha caza, con especial querencia de cocinado a la parrilla.
Patricia Hevia Gómez: ‘Sisapo después de Sisapo: Evidencias sobre las ocupaciones tardías en el sector central del valle de Alcudia’
Patricia Hevia, gracias a su reciente tesis doctoral, ha podido alumbrar una etapa histórica muy poco conocida en este ámbito, el período tardoantiguo, siglos V y VI después de Cristo, cuando descomponen los sistemas económico y social de la Roma imperial.
Pese a ser una época con escasos restos patrimoniales, al haber sido tomados como cantera para construcciones posteriores, la arqueóloga puso de manifiesto el valor cultural que entraña la zona, en particular con la presencia de muestras de terra sigillata hispánica tardía y restos de una fábrica para la fabricación de útiles con huesos animales.
Tras esta introducción de contexto, la investigadora de la UNED centró su intervención en la necrópolis de la época en cuestión que fue descubierta en el año 2007 a raíz de las obras de modificado del trazado de la carretera que discurre junto a La Bienvenida.
Una necrópolis planificada, del que se percibe un hogar asociado con pozo, y que se ubica muy cerca de la iglesia de esta pedanía y del cementerio de pastores que son ya muy posteriores, donde se localizaron 28 individuos enterrados en diez tumbas reutilizadas.
Junto a los huesos se encontraron junto a los huesos ajuares como pendientes de bronce bañados en plata y otros adornos, en un número mayor al de otras necrópolis en esos siglos V y VI, mostrando Hevia una comparativa de enterramientos de La Bienvenida con otros en las comarcas de Almadén y Dehesa de Castilseras o el río Tirteafuera.
Hevia, quien también forma parte del organigrama de Patrimonio Histórico en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, quiso asimismo compartir con los asistentes su esperanzadora tesis de que la iglesia de la Virgen de las Candelas pueda tener resquicios de un templo anterior, cristiano, pero incluso de época visigoda como el localizado en el yacimiento sito en la carretera entre Almadén y Almadenejos.
María Rosa Pina Burón: ‘Aspectos sobre el abastecimiento de productos alimenticios a Sisapo y su territorium a través de las ánforas’
Por su parte, María Rosa Pina, mostró los resultados de la tesis doctoral con que en 2018 recogió una parte muy concreta de la vida cotidiana en Sisapo como era el comercio de productos de alimentación del que se surtían los moradores de la ciudad. Un análisis pormenorizado basado en el principal envase comercial en aquellas épocas, ánforas romanas, habiéndose encontrado restos de 172 unidades de 26 tipos diferentes.
Envases no retornables, empleaban sobre todo en transportes marítimos y fluviales, cuyo diseño optimizaba espacios para trasladar así grandes magnitudes de vinos, aceites y salazones de pescado, con capacidades variables de hasta incluso de 100 litros las de mayores dimensiones y de procedencias principalmente extrapeninsulares, sobre todo de Italia, del Norte de África y de zonas de Ulterior durante los siglos II y I antes de Cristo.
En el siguiente periodo, siglos I a III después de Cristo, se aprecia un aumento del volumen de las importaciones y una intensificación en el tráfico comercial terrestre, coincidiendo con un aumento demográfico y la generalización del consumo de productos elaborados, en algunos casos de lujo, para los moradores más pudientes.
Al parecer, hacia el siglo II se reducirán al mínimo las importaciones itálicas y predominan, según restos de ánforas ya de manufactura andaluza principalmente, los productos peninsulares, siendo con mucha diferencia la Bética la principal proveedora con salazones gaditanos y vinos y aceites de oliva del Guadalquivir; de la Tarraconense también llegaron a Sisapo algunos vinos, así como de la Lusitania, que también aportó salazones.
Y finalmente, María Rosa, quien mostró una imagen del Museo de Ciudad Real donde se guardan varias ánforas, algunas de las cuales procedían de La Bienvenida, completó esta evolución histórica con datos ya en consonancia al declive de la presencia romana, que provocará un drástico descenso de las importaciones, apareciendo envases de fondo plano que apuntan a la producción local y regional.
Germán Esteban Borrajo: ‘Las excavaciones arqueológicas en La Bievenida: Una historia de cuatro décadas’
Por último, como integrante del equipo que estudia Sisapo, Germán Esteban abordó las intrahistorias sobre las intervenciones de excavación sistemáticas que han vivido en primera persona a lo largo de unos 33 años, clasificando sus diferentes etapas.
Tuvo una referencia inicial al cura de La Bienvenida, Edistio Silvestre quien, allá por 1953 puso en aviso sobre el valor que podían tener los restos que quedaban a la vista, dando así pie a una primera intervención de la mano del profesor Tomás García de la Santa, quien ya apuntó al lugar como Sisapo, refirió también el ‘hoyo santo’, habló del peristilo descubierto en la emblemática ‘domus’ y de las bases de columnas existentes.
E igual que Mar Zarzalejos, habló de Fernández Ochoa y Caballero Klink sobre las primeras intervenciones plenamente científicas, en la década de 1980, la realización de los estudios con la técnica de ‘cuadrículas’ en el terreno, la obtención de los primeros datos acerca de los restos materiales existentes y la plena identificación del lugar con la Sisapo romana.
Luego habría una etapa de transición, de 1990 a 1994, cuando ya se incorporó Zarzalejos y los por entonces arqueólogos y estudiantes en fase de formación, para aplicar cortes estratigráficos que permitieron marcar una secuencia arqueológica completa desde los siglos VIII antes de Cristo a II de nuestra era, determinando orígenes tartésicos e ibéricos.
Y el también miembro de Arqueología y Patrimonio Calendas, explicó seguidamente la considerada como etapa plena, de 1995 a 2010, en la que se produjo el “gran avance en la investigación del yacimiento”, con hitos como la exhumación de importantes restos arqueológicos y la realización de gran número de publicaciones científicas, además de realizar en paralelo trabajos de restauración, conservación y acondicionamiento del yacimiento, gracias a que fueron contratados arqueólogos, restauradores y operarios.
Completaba su alocución Germán con la etapa entre 2011 y la actualidad, donde por una parte hay continuidad en el avance de conocimientos arqueológicos, como el área donde se concretará un complejo productivo romano y un edificio tartésico orientalizante, pero se sufre el cambio de estrategia al reducirse en el número de técnicos y operarios, además de ser imposible realizar de trabajos de restauración, conservación y mantenimiento, pese a aportaciones como las que irá realizando el Ayuntamiento almodovareño.
A cenar con los sisaponenses
Esta acción de divulgación, que tenía lugar el sábado 25 de noviembre y cofinanciada por el Vicerrectorado de Investigación, Transferencia y Acción Divulgativa de la UNED y una línea del Ministerio de Ciencia e Investigación, con la colaboración del Consistorio, la ADS Valle de Alcudia y la Junta de Comunidades, tuvo por la noche un particular clímax.
Fue el banquete didáctico y temático que daba el nombre a la jornada, ‘Ad cenam cum Sisaponensibus’, para el cual se tuvo por emplazamiento el Hotel Rural ‘Sisapo’ “por su configuración arquitectónica” que recuerda la de la domus descubierta en La Bienvenida.
Así lo dijo Mar Zarzalejos, quien agradecía a la titular del alojamiento, Conchi Sánchez Tello, su disponibilidad al facilitar las zonas del atrio y de las galerías para albergar a los 52 comensales, en un ambiente que quiso ser reflejo de usanzas y menús de la civilización referente durante la jornada.
“Hemos planteado la adaptación de una serie de platos del recetario antiguo, intentando un poco que exista una cierta afinidad con los gustos actuales, pero son respetuosos con la tradición romana que conocemos bien a través de las fuentes escritas”, apostillaba la arqueóloga y catedrática de la UNED.
El menú, realizado y servicio por el también restaurante local La Merina Negra, se abrió con una ‘Gustatio’ de aperitivos al centro tales como aceitunas especiadas y paté de oliva, jamón serrano y cecina de ciervo, queso a las hiervas y curado, moretum de quesos, oliva elixa (huevos en aliño), crema de lentejas y castañas, gustatio martialis y pan romano.
Como ‘Prima mensa’ o plato principal, se pudo escoger entre carne cocinada de ostia (solomillo de cerdo en salsa) y atún en salsa de frutas a la miel y como postres o ‘Secundae mensae’ hubo pastel de membrillo, manzana asada y queso y bandeja de frutas, todo ello acompañado de vinos romanos, cervezas y agua.
Sánchez Tello significaba que estos platos están basados “en un recetario de la época, con productos que no hemos probado nunca, con sabores diferentes”, con el aliño de que cada uno de ellos era interpretado por el propio equipo de arqueólogos para poner en contexto a las personas que fueron partícipes.
Y manifestaba por su parte la satisfacción de haber podido contribuir a la realización de la jornada, valorando también el potencial de desarrollo que para la comarca entraña el yacimiento arqueológico, reclamando su puesta en valor en un afán común que debe atañer a todas las Administraciones competentes.
Se completaba así el otro objetivo de la iniciativa, “ilustrar de una manera amena e inteligible esas claves culturales que encierra la celebración de una cena, explicando qué comen los romanos y cuáles son las pautas culturales de sus mecanismos de comensalidad”, en palabras de la responsable del equipo de investigación de Sisapo.