Urbanismo en Ciudad Real: cuarenta años de extravío (6)

Hay un singular Balance de época, de Peris Sánchez, una vez abandonada la nave municipal y su pase a la OGI de la Universidad, el 17 de agosto, con su pieza Planes de historia (Lanza,30 de agosto de 1995), que quiere ser un recuento hacia atrás. “La democracia parece traer en sus inicios una nueva dinámica de actuación y desarrollo. urbanístico de acuerdo con las figuras legales del planeamiento vigente. La valoración de la ciudad construida en este período no es especialmente positiva para Ciudad Real. Con una arquitectura de escasa calidad y unos aprovechamientos excesivos se produce, con la conjunción de una ‘cultura desarrollista’ y una actividad constructiva basada en elevados beneficios, una destrucción de la ciudad existente y la construcción de una nueva ciudad despersonalizada”. Reflexión que continuaba y se colmataba con la aportación continuada del 31 de agosto. “El resultado de estos años [los referidos a 1991-1995, en los que el autor había sido concejal en activo como portavoz del grupo socialista] ha supuesto la modificación más importante de la ciudad en todo el siglo. Con sus errores y aciertos, nuestra ciudad ha experimentado una evolución importante y significativa en los últimos años, sin duda gracias a la gestión y al impulso municipal”. Todo ello, en el mismo momento en que se anunciaba el corte del suministro de agua de 12 horas al día en la ciudad. Como muestra de las descompensaciones reales y nulamente planificadas y que se producían, además en pocos meses esos cambios complacientes y significativos subrayados se verían limitados en sus efectos.

Otra paradoja del verano fue la reunión de munícipes con el grupo GEDECO, promotor de la alegación de Valcansado en aras de integrar su plan al PGOU y con ausencia del Gerente de Urbanismo y un concejal rumiando su dimisión que se materializaría el 20 de octubre, conocida en el Pleno del 28 (Lanza 30 septiembre, 1995). “El proyecto Valcansado fue discutido el pasado jueves por sus promotores y varios concejales del Ayuntamiento de Ciudad Real, entre ellos, el de Urbanismo, Emilio Velado quien en declaraciones a este periódico no abrió el semáforo municipal a esa ambiciosa urbanización que tendrá una importante influencia sobre el mercado de la vivienda, pero tampoco lo cerró definitivamente. A la reunión asistieron el gerente de GEDECO en Madrid, el representante de la empresa en Ciudad Real y el arquitecto redactor del proyecto, Bernardo Ynzenga. Por parte municipal acompañaron a Velado, Vicente Gallego, Gabriel Miguel Mayor y Juan Ramón Barba. Según informó Emilio Velado pidió tiempo a los promotores para estudiar en profundidad el proyecto, y las últimas sugerencias de quienes lo animan cuales son una cesión de una importante superficie de terreno colindan al Parque de la Atalaya que fue calificada por el representante de Urbanismo como elemento novedoso”. Con ello, se iniciaría un significativo tira y afloja que terminaría en 2006, con el conocido como Plan de Innovación del Reino de don Quijote, que no dejaba de ser una modificación de los criterios del PGOU aprobado. Junto a ello, se produciría la polémica sobre ‘la paralización de la construcción’. Consecuencia de la suspensión de licencias que comporta todo proceso de tramitación del planeamiento; de lo que ya hemos llamado Urbanismo lento, consecuencia de tramitaciones morosas que se dilatan en el tiempo. Y así se comentaba ‘la imprevisión en las decisiones’ aludiendo a que numerosos planes de urbanismo de ciudades y localidades importantes como Ciudad Real, Puertollano, Valdepeñas, Daimiel aún están en trámite lo que ha contribuido a paralizar el sector de la construcción (Lanza, 15 febrero 1996). Incluso la acusación vertida de forma torticera, al señalar: “A juicio del Partido Socialista, dicha preocupación, compartida con muchos sectores afectados por los problemas acarreados con el retraso del Plan General de Ordenación Urbana, es fiel reflejo de la falta de responsabilidad y de capacidad del Partido Popular a la hora de resolver los grandes temas y dar solución a los problemas reales que más afectan a los ciudadanos (Lanza,23 febrero 1996).

El 5 de marzo se concluye el informe sobre las alegaciones presentadas por parte de la Comisión Especial de Urbanismo [creada al respecto], la comisión aprobó con los votos favorables del Partido Popular calificar una parte de la finca de Valcansado como suelo Urbanizable no programado. Urbanismo se quitó ayer dos pájaros de un tiro. Si por lado dictaminaba la alegación estrella de cuantas se han presentado al Plan Urbanística, por otro daba él carpetazo a cuantas alegaciones se recibieron, más de un centenar”. Dejando establecido el referido informe, el caso de Valcansado establecido como suelo urbanizable no programado. Una vez que GEDECO había hecho saber las importantes cesiones que se verificarían con la actuación propuesta y los beneficios derivados para la ciudad. “El proyecto’ Valcansado es conocido por la opinión pública de la capital, porque viene apareciendo de manera periódica y ocasional en los medios de comunicación y fue echado para atrás por la anterior Corporación [la de 1991-1995] dada su magnitud. La macro urbanización llegó incluso a presentarse a los periodistas: casas y parcelas de distinta superficie, infraestructura, viales; zonas de ocio… un todo dentro de otro todo que fue en su día calificado como una ciudad dentro de otro otra ciudad”, se podía leer en Lanza el 6 de marzo. La decepción del grupo promotor Avantis GEDECO, era descrita al día siguiente en los medios, haciendo ver las presiones que se habían producido para frenar su iniciativa. Por más que se fijara, por parte de los empresarios del sector “la necesidad de “conformar la ciudad y luego los anejos, teniendo claro que Valcansado era mucho más que un simple anejo”.

En paralelo se producía la lectura de los primeros pasos de la urbanización de los terrenos de RENFE y del futuro Hospital general como “la apertura de la ciudad hacia el Sur”, por boca del Gerente Moyano (Lanza 15 marzo), frente al pretendido tirón hacia el Norte de GEDECO y la operación de Valcansado. Una apertura hacia el Sur a la que se acabaría agregando, posteriormente, los nuevos Juzgados, por más que el acuerdo de Justicia con el Ayuntamiento, fijara como primera ubicación los terrenos de la antigua cárcel (Lanza, 28 marzo 1996).

El 22 de junio y celebrando la efeméride del primer año de gobierno popular, Gil Ortega propone que, una vez aprobado el PGOU –ya conocido como retrasado al haberse ampliado lois plazos de alegaciones– se realice un estudio de márquetin para vender Ciudad Real, como atracción para inversores. Idea recurrente del alcalde, como veremos en años posteriores, por más que los resultados fueran siempre escasos y no ajustados al relato oficial. El Extra de Construcción del 28 de junio de 1996, no dejaba de evidenciar viejos síntomas del pasado que se había borrado por boca de algunos notables. “Ya son pocos [los viejos edificios], pero siguen conviviendo con los monstruos de la modernidad, con la renovación de los planes de urbanismo y con el mismísimo Tiempo”. Monstruos modernos y planes de urbanismo, como síntoma de las imposibilidades del planeamiento. El 21 de julio se anunciaba la aprobación provisional del PGOU para el mes de mayo, bajo la advocación enfática de “Nuevo plan para 100.000 habitantes”, como muestra de la sobrevaloración de datos, tanto de suelo como de población. En ese relato de la ciudad cien milenaria en habitantes, se inscribe la posición del presidente de los constructores, que sostuvo entonces, de forma contradictoria, que se debería de haber redactado un nuevo PGOU, cuando al mismo se criticaba la lenta tramitación. Por ello, citaba: “que, aunque el nuevo PGOU incluye, desde luego, puntos positivos. el PP podría haber optado por ‘comenzar de cero’ y elaborar un nuevo texto urbanístico que se adecuara a los tiempos neoliberales que vivimos” (Lanza 3 agosto 96). Tiempos raros y, por ello, tildados de neoliberales como argumento del expansionismo urbano; aunque en evitación de autorías y exclusivas, se repitiera una y otra vez, como un soniquete “que el Plan de Urbanismo aprobado por la Corporación el pasado lunes no es de nadie y es de todos”. Sólo una verdad a medias y con la pretensión de repartir la paternidad entre grupos políticos, colectivos interesados, constructores, propietarios de suelo y la propia ciudadanía. En una demostración de que las derrotas nacen huérfanas y las victorias tienen muchos padres. Padres que no ha podido evitar que el Plan de los próximos ocho años, se ya llamado como Plan del año 2.000 (Lanza, 16 agosto).

Eso emerge en la entrevista del mismo día, de Manuel Valero a Gil Ortega. “¿EI Plan aprobado el lunes lo considera usted liberal o social? R.- Los planes no tienen esos calificativos, me atrevería a decir, trasnochados: el Plan es el Plan posible”. Aduce el periodista el modelo aplicable al debatido Valcansado, llamado modelo Rivas-Vaciamadrid, de promoción de los propietarios promotores Avantis GEDECO: “Sí, yo ha le visitado. La visita fue extensiva a todos los grupos municipales. La urbanización viene a ser un pueblo, lo que era antes una manzana hoy se ha convertido en una ciudad muy interesante con sus chalés de lujo, sus chalés de clase media, con sus viviendas de protección oficial, industria, zonas recreativas y deportivas, etc. Ah, y el gobierno de Rivas Vaciamadrid es de Izquierda Unida”. Todo aclarado y en plenas ferias de agosto.

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