«Estamos fabricando los instrumentos que nos van a sustituir»

Este mes de noviembre finaliza en la Biblioteca del Estado con una charla imprescindible de Honorio Velasco Maillo: «Un viejo problema no resuelto: los límites de lo humano”
Honorio es catedrático del Departamento de Antropología Social y Cultural de la UNED desde 1989, anteriormente profesor adjunto en la misma universidad y en la Universidad Complutense. Profesor Invitado para Postgrado y Doctorado en numerosas universidades españolas e hispanoamericanas. Conferenciante en muchas universidades españolas y algunas de los Estados Unidos como University of Illinois at Chicago Circle, Cornell University o la University of California Berkeley.

Entro en la sala de la Biblioteca y veo a Honorio sentado a la mesa enfrascado con su portátil ultimando las imágenes que sobre su charla va a mostrar.
Ascensión, de ACMA, que está preparando el escenario me lo presenta y veo en él a un intelectual, antropólogo, con un gran sentido del humor…

«En los limites de lo humano»
¿es un viejo tema de la antropología? Comienzo preguntándole.

Aún no tenemos claro – responde nuestro gentil antropólogo – en la evolución cuando se produjo el paso de los homínidos a lo que conocemos hoy como ‘homo sapiens’.

¿Porqué es complicado esto?

Es complicado porque cada día aparecen nuevos restos lo que hace difícil la tarea de la clasificación taxonómica.
Tenemos claro – continúa – que en 130000 años en África han podido surgir seres que reconocemos como ‘homo sapiens’ pero no estamos seguros desde cuándo estaban…

¿No hay entonces un solo homo sapiens?

Seguramente no, y como llamaron muy sabiamente los de Atapuerca, siempre hubo un ‘homo antecesor’
Por ello habrá que ir rellenando está especie de puzzle imposible de las piezas que van apareciendo y que hay que ir encajando.
Así que tenemos ese limite sin resolver… concluye.

¿Me estás confirmando que el limite es antropológico?

Así es y ese es el primer límite que enfrentamos.
Pero supongo que me hablarás de más límites, pues hablamos en plural…
Efectivamente, tenemos un segundo límite que es bastante más atractivo – dice sonriendo – y es el que nos dice que los seres humanos tenemos la aspiración de superarnos y constantemente estamos poniéndonos a prueba, por ejemplo en el tema deportivo que es un claro ejemplo de superación de los seres humanos. ¡Siempre con el interés puesto en quién correrá 100 metros lisos en una milésima de segundo menos o saltar altura un milímetro más que el anterior! y no sólo en este campo sino en otros donde hay records increíbles como en la apnea o records de subida en altura sin oxigeno, entre otros.
Este tipo de límites podría estar entre lo humano y lo super humano aún está indefinido.
Por último el otro límite que también está aún sin definir y es el cómo la especie humana puede ser sustituida…

¿Hablamos de inteligencia artificial?

Pues sí, o por ejemplo los robots, los ciborgs,…
Nosotros estamos fabricando los instrumentos que nos van a sustituir.

¿Y todo esto tiene límite?

Lo que tiene es un futuro incierto.
Aquí la especie humana está comprometiendo su futuro.
Una inteligencia artificial que es capaz de reproducir un guión de una película con más perfección que los mismos guionistas…

¿Todo esto nos lleva a una distopía? ¿A un mundo apocalíptico?

Bueno de momento – dice de nuevo con una leve risa – somos muchos millones de seres humanos 7000 millones que no se pueden sustituir fácilmente por máquinas…
Pero algo es evidente. Necesitamos grandes inversiones en genética, nanotecnología cibernética,…

Después de oírte, me da la sensación de un cierto pesimismo, ¿me equivoco?

Por un lado cabe el pesimismo total y esto es innegable.
Cualquier opción cabe.

¿Alguna esperanza para terminar está charla y que pueda irme… algo tranquilo sin tanta ‘espada de Damocles’?

¡La esperanza en este aspecto no tiene garantía científica y yo como buen antropólogo confío en que el espiritu humano sea capaz de afrontar estos desafíos y repito y me reafirmó que como antropólogo tengo fe en la especie humana…!

Le doy las gracias por estos interesantísimos minutos y de nuevo entre risas me dice: «ya te he dado mi conferencia».