“Malos libros, la censura en la España moderna” explora la historia de los libros prohibidos hasta el siglo XIX

Por José Belló Aliaga

La Biblioteca Nacional de España acoge hasta el 11 de febrero de 2024 la exposición “Malos libros, la censura en la España moderna”, con 94 obras originales, de las cuales 87 pertenecen a la BNE.

La muestra se ha realizado en el marco de un proyecto de Prueba de Concepto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, que desarrolla el Seminario de Estudios sobre el Renacimiento de la Universidad Autónoma de Barcelona (2023-2024) bajo la dirección de María José Vega. El proyecto, titulado Censura, expurgación y lectura en la primera era de la imprenta. Los índices de libros prohibidos y su impacto en el patrimonio textual, reúne un equipo de quince investigadores procedentes de seis universidades españolas (UAB, UAM, UB, UCM, UdC, USAL) y de cuatro universidades de Italia, Francia, Alemania y República Checa.

Presentación a los medios

La directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos Aramburo, ha destacado en la presentación a los medios que es “la primera vez que se exponen todos los índices de libros prohibidos” y que esta exposición es importante porque “conviene reflexionar sobre lo que pasó durante un periodo tan largo de nuestra historia para que esto no ocurra nunca más en la cultura española”. “Cortar la libertad de pensamiento es cortar la libertad individual del ser humano y eso es un hecho grave, fundamentalmente en las sociedades democráticas”, ha recordado.

Exposición “Malos libros, la censura en la España moderna”, en la Biblioteca Nacional de España, que explora la historia de los libros prohibidos hasta el siglo XIX

Según ha explicado María José Vega, catedrática de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Barcelona, fundadora y directora del Seminario de Estudios sobre el Renacimiento de la UAB, esta exposición es plenamente actual porque “la censura no es solamente un ejercicio por el cual se prohíbe un libro u otro, sino que es una manera de intervenir en las conciencias, un instrumento de control social, de creación de convicciones”. Estos instrumentos “cambian con el tiempo, pero no siempre desaparecen con el tiempo: adquieren otras formas”.

“La censura más poderosa es la que hemos interiorizado. Cuando hemos interiorizado los criterios censorios, la censura no solo alcanza a modificar el pasado, sino que moldea el futuro, moldea nuestro pensamiento y nuestra escritura”, ha dicho.

Índices, expurgos y un homenaje al Quijote

Organizada como si de un libro se tratase – con preámbulo, epílogo, dos capítulos y un intermedio- esta exposición propone a los visitantes un original recorrido.

A modo de preámbulo, una imagen clave: El autor entrega su obra a la malicia de los tiempos. De aetatibus mundi imagines (c. 1545-1573), de Francisco de Holanda. La imagen reúne, con el libro en su centro, conceptos cruciales para comprender los procesos de censura, expurgación y control de la lectura. La expresión Malicia de los tiempos era distintiva del lenguaje de los censores y aparece repetidamente en los índices de libros prohibidos.

La primera sección de la exposición expone la colección completa de los índices de libros prohibidos españoles, tanto los prohibitorios como expurgatorios, que rara vez pueden contemplarse juntos. Abarca desde el primero, de 1551, hasta el último, de 1790. Les acompañan algunos otros índices (portugueses, romanos, antuerpienses). Todos proceden de fondos de la BNE.

En la segunda parte encontramos esos libros víctimas del expurgo -que recorta o tacha selectivamente pasajes de un manuscrito o un impreso -, y podemos observar las huellas del castigo y la mutilación: páginas recortadas o directamente arrancadas, tachadas, encoladas o entintadas.

Entre ambas secciones, un intermedio, tomado del capítulo VI del Quijote como parodia de la actuación inquisitorial: «Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo». Un cuadro de Antonio Muñoz Degrain retrata a ‘Don Quijote leyendo uno de sus libros de caballería favoritos’, condenado a la hoguera por sus inquisidores, el cura y el barbero.

El epílogo nos lleva hasta la Constitución de 1812, que en su artículo 371 reconocía la libertad de imprenta, y a un curioso ejemplar de la BNE: el índice que recoge los libros que formaban parte de la Biblioteca del Consejo de la Inquisición.

Dos piezas invitadas únicas

En una exposición como esta no podían faltar dos piezas únicas afectadas por la censura y conservadas de forma extraordinaria y azarosa. Las instituciones que las custodian no las prestan, pero han permitido su reproducción para esta muestra.

La primera de ellas es la nómina de Barcarrota, un amuleto mágico impreso, de forma circular, perteneciente a la Biblioteca de Barcarrota y reproducida por cortesía de la Biblioteca de Extremadura. Esta biblioteca fue tapiada a mediados del siglo XVI para proteger a su dueño de la persecución inquisitorial y ha preservado hasta nuestros días un valioso conjunto de libros prohibidos además del amuleto, una pieza manuscrita y recortada sobre papel cuyo texto está construido sobre una carta apócrifa de Jesucristo con fórmulas y signos a los que se atribuía un carácter mágico y protector (como la sucesión o nómina de nombres divinos, entre ellos el tetragrámaton, o el pentáculo). La BNE lo muestra de manera sorprendente e hipnótica.

La otra es un grabado erótico del llamado «Opúsculo Toscanini», el único ejemplar impreso que ha sobrevivido de la primera edición de los Dieciséis modos o Sonetos lujuriosos, que muestran dieciséis posiciones para el encuentro amoroso con sus correspondientes sonetos. El libro, fruto de un trabajo a seis manos del dibujante Giulio Romano, el calcógrafo Marcantonio Raimondi y el poeta Pietro Aretino, fue considerado obsceno y se convirtió en objeto de una destrucción sistemática. Se reproducen en esta exposición por cortesía del Archivio Giunti.

Sobre el proyecto

La muestra «Malos libros, la censura en la España moderna» supone el inicio de un amplio programa expositivo sobre el impacto de la censura en la cultura española durante los siglos modernos.

El proyecto INDEX tiene como objetivo realizar actividades de diseminación y transferencia del conocimiento dirigidas al público en general y al sistema educativo superior, mediante la cooperación con bibliotecas, archivos, Patrimonio Nacional y universidades.

Esta Prueba de Concepto propone un programa expositivo que aspira a difundir el patrimonio textual custodiado en las bibliotecas e instituciones participantes, que serán sede de las acciones de transferencia, y permitirá mostrar y evaluar ejemplares y colecciones afectados -y transformados- por la censura y la expurgación.

Las exposiciones se celebrarán en la Biblioteca Nacional de España, la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid y la Biblioteca General de la Universidad de Salamanca.

José Belló Aliaga

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