Antonio Luque Martin de Consuegra.– El motivo de que se escriba este artículo es advertir a todas las personas mayores y sus familias de Puertollano que se puedan encontrar en esta situación de vulnerabilidad para que tengan cuidado con esta mujer.
El sábado 7 de octubre, mi madre, Ascensión Martín de Consuegra, fue a su habituación para hacer un gesto sencillo y habitual como es escoger de su caja de joyas unos pendientes. Para su sorpresa no encontró dos de los estuches con sus pendientes. Al seguir buscando en el cajón donde los guardaba preocupada, su intuición la hizo mirar en otro cajón donde guardaba otras joyas y pertenecías de mi padre recientemente fallecido en marzo.
Ahí descubrió que todos los estuches estaban vacíos, solo quedaban los papeles que envolvían las joyas, no estaba su reloj de oro, ni la esclava, ni sus anillos también de oro. Además de estas, se encontraban otras joyas familiares de gran valor sentimental como anillos de boda de su madre, anillos de sus tíos, las cuales tampoco estaban en sus correspondientes cajas. Las joyas robadas ascendían a un valor aproximado a los 6.000 euros.
Era primera hora de la mañana del sábado. Como nadie más había entrado en la casa ya que yo resido en Madrid, llamó a la persona que mi madre tenía contratada para la limpieza, para ayudarla con la compra, y a su pareja para arreglos en casa, etc. y la única que entraba en casa habitualmente y por tanto sospechó de ella inmediatamente.
Esta señora, de 1,65 de estatura, pelo rubio teñido liso y fino con mechas, persona gruesa y ancha, ojos azules y piel muy blanca rosácea, habla con voz muy suave y dulce. Tiende a adular a las personas que están a su alrededor convenciendo así de su confianza. Venía a nuestra casa a diario desde el mes de mayo de 2022, ayudando a mi padre para moverlo con la silla de ruedas ya que desde 2020 su enfermedad de párkinson había avanzado de forma agresiva impidiendo que pudiera andar o moverse con normalidad, también ayudaba a mi madre con las tareas anteriormente mencionadas y siguió trabajando en nuestra casa desde entonces.
La semana cuando mi madre denunció los hechos, el miércoles, esa mujer y su pareja habían estado reparando desperfectos de la cocina, y colocando las lámparas de la habitación donde mi madre duerme y donde estaban guardadas las joyas.
La pareja había permanecido durante mucho tiempo a solas en la habitación, mi madre nunca ha estado encima de ella o de su pareja ya que tenía total confianza en ellos, y siempre habíamos pensado que se trataba de buena gente que necesitaba un trabajo para vivir honradamente.
La mujer acudió rápido a la llamada de mi madre. Le dijo que iba a denunciar la desaparición de las joyas, y que la única persona que había estado en la casa eran ella y su pareja. Esta dijo que si la iba a denunciar, que si iba a dar a la policía sus nombres, mi madre le dijo con calma que ella solo iba a denunciar dicha desaparición, ya que era trabajo de la policía resolver tal asunto. La mujer empezó a ponerse nerviosa, recibió un WhatsApp de su pareja que la esperaba abajo en el coche, a lo que cambió el tono y se marchó visiblemente alterada.
Esa mañana recibí una llamada de esta mujer tratando de advertirme de que mi madre estaba mal, que estaba perdiendo la cabeza porque dormía muy mal, que la había acusado de algo muy grave. Yo me quede preocupado y en shock. Envidentemente, dudé de ella, conozco a mi madre y hablo con ella todos los días y me pareció más que sospechoso. Llamé a mi madre , que estaba entera y tranquila después de venir de la comisaría de policía y me lo contó todo. No teníamos duda de que podía haber sido uno de la pareja o los dos.
El lunes siguiente el inspector judicial llamó a mi madre para decirle que habían encontrado parte de las joyas robadas en una casa de empeños, un «compro oro» de Puertollano. El inspector llamó a mi madre para mostrarle las joyas robadas para ver si las reconocía, las cuales estaban todas desmontadas sin sus piedras preciosas y los anillos cortados en algunas de sus partes , pero mi madre las reconoció todas.
A continuación le dijo el inspector que efectivamente había sido esta mujer la que había estado robando las joyas, pero no fue en un solo día como creíamos. Tristemente había empezado a robar a mi madre desde finales de mayo o principios de junio, ya que tenían probada constancia de día y hora que había estado llevando las joyas para venderlas en dicho compro oro. Así, tras la denuncia, se puso en marcha el dispositivo para poder acusarla y ser llamada ante la policía judicial.
Al ser probados los hechos, estamos a la espera de juicio para poder resolver esta grave situación dolorosa en muchos aspectos: robo de recuerdos de valor sentimental, valor de joyas y el duro golpe de que alguien de confianza a la que habíamos cogido cariño y mi madre ayudaba además adelantándole dinero, haciéndole compras de comida para su familia, etc. Había abusado de la confianza de una persona mayor, recientemente viuda y que vive sola.
Pero no solo eso, personas que conocen tanto a mi madre como a esta señora, han dado fe de que no robó por necesidad ya que no se encontraba en una situación tan precaria, ya que la veían desayunar fuera a menudo, ponerse lujosas manicuras, y peinados de peluquería. Recientemente se dejó ver por nuestra zona del barrio y hablando con una conocida de mi madre, dijo con total calma, ya que salió a referencia el tema de por qué no venía a casa de mi madre, que ella tenía ganado el juicio, que estaba muy tranquila, sin decirle a dicha persona conocida a qué se debía el juicio.
Queremos Ascensión Martín de Consuegra y yo, Antonio Luque Martin de Consuegra, agradecer públicamente a la Policía Nacional y a los inspectores judiciales su gran y rápida labor en resolver este caso y el impecable trato con mi madre que se ha sentido protegida y bien tratada por su parte en todo momento habiendo sido informada debidamente del desarrollo de dicho caso.
Buenas Antonio, siento mucho lo acontecido y empatizo mucho con vuestra situación, hace unos años tuvimos una vivencia muy similar a la que cuentas, coincide incluso con los rasgos de esta persona, en nuestro caso ha sido denunciada. Si me lees, no dudes en escribirme, te he dejado un comentario en las publicaciones que han hecho en Facebook compartiendo la noticia
Ojo con algunas yo kis que tienen una palabrería que no veas. Este pueblo otra cosa no pero menuda universidad de mangantes tenemos. Gentuza de los coj ones
Les damos trabajo,un techo,y mira como nos lo pagan.