Un total de 175 agentes de la Policía Local de diferentes localidades de las cinco provincias de Castilla-La Mancha se han formado, desde el año 2016, en la prevención de los accidentes de tráfico que son provocados por el consumo de sustancias estupefacientes entre los conductores.
La formación de todos estos agentes de la Policía municipal se ha llevado a cabo en la Escuela de Protección Ciudadana de Castilla-La Mancha, organismo dependiente de la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, a través del curso de ‘Experto reconocedor de signos de las drogas en la conducción’, una actividad que tiene como fin dotar de conocimientos específicos a los policías locales, para que puedan reconocer y detectar el consumo de sustancias estupefacientes entre los conductores.
Hay que valorar la importancia de este curso para los policías locales, pues el consumo de drogas y cualquier tipo de sustancia estupefaciente ha registrado un importante aumento como causa de accidentes de circulación. Más de la mitad (51,9 por ciento) de los análisis a conductores que murieron en accidentes de tráfico en 2022 dieron positivo en alcohol, otras drogas o psicofármacos, según el Instituto Nacional de Toxicología.
En el año 2016 se puso en marcha esta actividad formativa, en la que han colaborado siempre la Jefatura provincial de Tráfico y el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Toledo, con el fin de lograr que los agentes municipales puedan disponer de la capacitación necesaria para reconocer aquellas situaciones en las que los conductores puedan estar bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Desde entonces, y contando a los 30 policías que han realizado el curso esta semana, son un total de 175 los agentes que se han beneficiado de esta actividad.
Conducir bajo los efectos de alcohol o drogas, una de las principales causas de siniestros
Concretamente, durante la presente semana se ha llevado a cabo la última edición de esta acción formativa, en cuya inauguración estuvieron presentes el director general de Protección Ciudadana, Emilio Puig; y la jefa provincial de Tráfico en Toledo, Eva María Moreno; quienes destacaron el avance que supone esta actividad para la seguridad vial en el interior de las poblaciones.
Ambos responsables institucionales señalaron que, en la estrategia de prevención de los accidentes de tráfico, una de las piezas claves es la detección de aquellas personas que conducen bajo los efectos de drogas y alcohol, pues el consumo de estas sustancias, junto las distracciones al volante y la velocidad inadecuada, son las principales causas de siniestros en la circulación vial.
En este sentido, el curso cuenta con una parte teórica y una práctica específica, en la que los agentes de Tráfico de la Guardia Civil enseñan a los policías locales a realizar las pruebas necesarias para detectar la presencia de drogas y sustancias psicotrópicas, adiestrándoles en el reconocimiento de los signos externos que la influencia que estas drogas tienen entre los conductores.
La formación teórica de este curso se ha basado en el conocimiento de los distintos tipos de drogas y sus principales características, las consecuencias del consumo de sustancias psicoactivas para la seguridad vial y el procedimiento a seguir durante una exploración.
Formación impartida por especialistas
Además, la parte teórica, que ha sido impartida por especialistas en la materia como la fiscal delegada de Seguridad Vial de Toledo, Silvia Casasus; y el médico especialista del área de Psicología Clínica, José Fernando Calvo; se ha centrado en el desarrollo normativo y penal del consumo de este tipo de sustancias en la seguridad vial, repasando las leyes y reglamentos existentes, así como su aplicación práctica en el atestado policial con el acta de signos; y en el procedimiento de la cadena de custodia de las pruebas preliminares, que se remiten a los laboratorios para su análisis.
Los agentes de la Policía Local que han participado en el curso proceden de las localidades albaceteñas de Almansa, Villarrobledo y la propia capital; las ciudarrealeñas de Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Argamasilla de Calatrava, Bolaños de Calatrava, Daimiel, La Solana, Manzanares, Membrilla, Puertollano y Villanueva de los Infantes; las alcarreñas de Cabanillas del Campo, El Casar y Guadalajara y las toledanas de Añover de Tajo, Casarrubios del Monte, Cobeja, La Puebla de Almoradiel, Madridejos, Méntrida, Mora, Talavera de la Reina y la capital regional; además de Cuenca.