Jesús Millán Muñoz.- Esta es la gran pregunta metafísica, la gran cuestión que siglo tras siglo, supongo que la inmensa mayoría de los humanos se han hecho y seguirán haciéndo/lo.
Además de toda la enorme cantidad de informaciones, emociones, sentimientos, noticias, temores, alegrías que los seres humanos sufren cada día, como un volcán que les echan en la cabeza ardiendo o con hielo. Los humanos, si se sientan en su sillón, o quizás, esperando en su vehículo, mientras ha ido al hipermercado, puede que de la mente-conciencia-cerebro más profundo, le surjan a borbotones las preguntas eternas: ¿qué soy y quién soy, qué me espera en la vida, existe vida después de esta vida para mí, existe Dios…? Preguntas eternas, retomadas por las tres famosas cuestiones del maestro Kant.
Ahora, algunos añadirían: ¿existe vida en la galaxia, existe vida y civilizaciones inteligentes en la galaxia o en otras?, ¿cómo es el universo, terminará el universo, existen universos paralelos…?
Hasta hace unas pocas generaciones, las grandes preguntas, las hacían los filósofos, los metafísicos, los teólogos, pero ahora, todas esas cuestiones, o, al menos, algunas, han entrado en la órbita de la Física, la Física Teórica, que hablan y dicen los entendidos…
Cierto es que para unas personas, estas grandes preguntas o cuestiones, son más presentes que para otras, pero es bueno, también encontrárselas en los periódicos, en los artículos. Me ha sido agradable encontrarme, una columna, del notable periodista y articulista Pedro G. Cuartango, publicada en elmundo.es, el día 22 de abril de 2009, titulada: ¿Por qué hay algo en vez de nada? Qué es en definitiva, la gran pregunta metafísica, que nuestro autor y columnista, nos recuerda que ya la hizo Leibniz -la influencia sobre mí, académica, me lleva siempre a citar, a dar al César lo que es del César, por eso cito artículos y autores de esas columnas…-.
Estimo que las grandes preguntas o metapreguntas, todo ser humano se las hace, una o mil veces en la vida. Puede que muchos las estudien y las analicen durante muchos años. O, diríamos es una campana y martillo que está detrás de su ojos y sus orejas, siempre y casi siempre. Entiendo y comprendo que para unas personas, parece que tienen más sentido metafísico o religioso o espiritual, y, otras parece que tienen menos…
Pero no es lo mismo creer o estimar que existen posibilidades de que después de esta vida, existe un Algo, una Eternidad para ti, como individuo, que pensar que no. No es lo mismo estar en un ateísmo o materialismo, sea del tipo que sea, que estar en una creencia de Trascendencia, sea en el matiz que sea…
En el museo o conmemoración Yad Vashem de Jerusalén, que es la entidad que recuerda y conmemora y homenajea a las victimas de la Shoa o Shoah u Holocausto, tienen una sección a los “justos entre las naciones o justos gentiles”. Que vienen a ser, unas miles de personas, -actualmente 24.811– con nombres, en algunos casos se han hecho algunas películas. Que fueron personas que en esos acontecimientos, intentaron salvar vidas de judíos.
Incluso si mi memoria no me falla, alguno que está conmemorado, fue un comandante de algún campo de concentración, y, se le ha insertado en esa lista, “porque en las circunstancias tan graves, que tenía que lidiar, intentaron hacer la vida más humana a los prisioneros, e, intentaron salvar las más vidas posibles de judíos…”. Y, en ese intento también situaron su vida en la picota…
Narro lo anterior, porque la inmensa mayoría de las personas, esos héroes, porque hay que imaginarse la situación en esa época en Centroeuropa. La inmensa mayoría, les movían sentimientos e ideas humanitarias y de la humanidad y de los derechos humanos mínimos, pero casi siempre mezclados y combinados con ideas y concepciones religiosas. En definitiva, concepciones metafísicas…
Existe un viento y huracán enorme de materialismo y ateísmo en Europa, en definitiva, de la negación de la metafísica, o indicar que esas preguntas: si existe Dios, si existe eternidad para cada ser humano, si tenemos alma-espíritu inmortal, si cada uno será juzgado en un juicio particular, si… pues se contestan o se responden de forma negativa o se ignoran o se olvidan o se dejan dormir en el silencio de la conciencia…
Pero esas grandes preguntas, son las que nos hacen hombres. No seríamos y no habríamos llegado a lo que somos, si no “hubiésemos creído o inventado o diseñado o imaginado el concepto de Dios o Ser Supremo” –por eso pienso que es el concepto más importante de la historia de la humanidad, sea real o imaginario-. Porque aunque usted no lo crea, el concepto de Dios, es el que durante siglos/milenios, se percibe claramente en los imperios antiguos, es el contrapoder del poder humano. Si nos fijamos en los primeros imperios, siempre está la figura del Rey y la Figura del Dios, del Dios de la Ciudad-Estado…
Siempre ha existido ese doble poder, que a veces, estaban de acuerdo, pero muchas veces, en desacuerdo. Ese acuerdo/desacuerdo es el que ha permitido la evolución de las ciudades, de las sociedades, de las culturas, de los Estados… Porque ese doble poder, ha impedido, que uno de los dos poderes, fuesen totalitarios, hegemónicos, dictatorial sin límites, sino que tenían que armonizarse, consensuarse, domesticarse, limitarse, tolerarse…
Y, en esa lucha o situación o circunstancia, se han ido insertando, durante siglos, la conquista, de pequeños derechos. Poco a poco, derechos morales en la legislaciones jurídicas… ¡¿Lo entiende y lo comprende usted, esté o no esté de acuerdo…!? ¡Paz y bien…!