Jesús Millán Muñoz.– Nadie niega que un gran acto deportivo, en cada país, su deporte estrella y, ese país y sociedad y nación, y, no sé si Estado queda dormido, anulado, colapsado, silenciado…
Podría citar aquí, mil nombres y mil autoridades y mil cifras. Es una realidad fácil es solo abrir el vientre de la bodega de Internet, y te encuentras a cientos, a miles. Pero esto, no olvide apreciable lector/a es un artículo de opinión o personal o literario. Esto es un abrir una pequeña puertecita, para que su consciente e inconsciente, se remueva con una frase o una palabra o un concepto o una idea o una imagen. No es un estudio académico en forma de artículo, no es una conferencia, ni forma parte de un congreso, ni una clase de las Ciencias de la Educación o Físicas… Solo es un modesto artículo, para que usted mire un poco más dentro de si mismo…
Lo primero que me pregunto, lo llevo haciendo muchos y muchos años. A semejanza, símil, de que existe en el boxeo, que no es un deporte, pero existen categorías según peso. Me pregunto si en otros deportes tendrían que existir dos categorías, las básicas de féminas y varones, también por medidas. Me pregunto en el baloncesto y similares, también diferencias o categorías por alturas. Un jugador equis, pueda jugar en cualquier categoría según el deporte.
Pero que exista, pongamos la categoría A, aquellos que tienen más de uno ochenta centímetros, -y si alguna persona de menos, lo desea-. La categoría B, aquellos que tienen entre ciento sesenta y ciento ochenta centímetros. Y, la categoría C, aquellos que disponen menos de ciento sesenta.
Así, opino, pienso, estimo, valoro, creo que ninguna persona se verá impedida de realizar un deporte, a nivel profesional o de amistad, en alguna de sus categorías. Alguien que tenga mucha vocación al baloncesto que es el deporte que hemos puesto de ejemplo, aplicado a todos. Los especialistas y expertos deben encontrar las distinciones, estudiar y analizar y valorar y ponderar.
Así, decíamos, alguien que disponga de una altura determinada, no sea ese factor o variable un límite para practicar un deporte en alguna de sus categorías. Porque no hay ninguna razón esencial que personas de ciento sesenta centímetros, jugando entre sí, hagan unos partidos con un grado de belleza, estrategia y valoración, tanto o más que los que tienen más altura. Pienso que esta realidad, debería haberse ya solucionado. Porque la civilización ha alcanzado un punto de desarrollo suficiente, de valoración de la persona individual, la real de carne y hueso y nervios y sueños. Valorar de verdad a cada persona real…
Antes hemos indicado “medidas físicas”, que es fácil, ir aplicando a cada deporte, sea individual o sea en grupo. Hemos puesto el ejemplo del baloncesto, pero aplicable al balonmano y todos los demás… Pero ahora, fijémonos en la edad.
Es obvio y evidente, que existen personas, que se dedican fehacientemente al deporte, desde muy jóvenes. Y, llega un momento que deben dejarlo por la edad, porque las condiciones físicas se reducen, porque no pueden competir con toros jóvenes con toda su fuerza y todas sus hormonas como volcanes que levantan las paredes de los bosques de árboles y arenas…
Pienso, por un lado, que la medida de lo posible, habría que buscar formas o maneras, que los deportistas profesionales, en mayor o menor grado, se buscasen vías, para que pudiesen realizar, al mismo tiempo que son profesionales en sus deportes específicos, cursos en Formación Profesional Especializada, que les permita cuándo su vida laboral deportiva termine, puedan tener una salida.
Puede ser con especialidades en Formación Profesional, de primer o segundo grado. Puede ser en grados/licenciaturas sobre Educación Física. Pueden buscarse medidas y normas y maneras… pero, siempre podría darse esa posibilidad. Hemos visto en lustros anteriores, no pondré ejemplos, casos de deportistas que terminan su ciclo deportivo de competición, y, algunos han tenido una suerte profesional posterior muy obscura y negra y aciaga y triste y gris. Pongan ustedes nombres. Ya sabemos que pueden existir muchas razones. Pero es obvio, que un deportista de futbol de primer nivel, no gana lo mismo, que uno de balonmano… y, según el país, el azar, las circunstancias personales y afectivas….
Otro aspecto sería la edad. Me pregunto si los comités específicos, podrían estudiar y analizar, que la vida deportiva se prolongara, si se realizasen “adaptaciones de esos deportes”, y, se hiciesen categorías profesionales por edades. Por ejemplo. Los grandes jugadores de futbol –pero también para todos-, pudiesen existir una liga especial, con clubes especiales, para personas de mayores de una edad. Y, así, pasasen del deporte equis de la categoría normal, a otra que podríamos denominar senior… con lo cual, podrían prolongar su capacidad deportiva diez o quince años más. De tal forma, que pudiesen existir deportivamente y laboralmente, en ese campo, sin negar su vida personal, digamos hasta los cincuenta años.
Opino que si el Real Madrid de futbol, pongamos el caso, dispusiese de un equipo de figuras deportivas, de primer orden, de más de treinta y cinco o cuarenta años. Y, hubiese ligas de estas categorías, las personas les gustaría ver a esas grandes figuras. Los dividendos económicos, evidentemente podrían ser inferiores, según distintos vectores. Pero pienso, que sería una realidad a estudiar, probar, empezar… En España que tanta afición al futbol existe. Pienso que una “liga de seniors”, a semejanza que existen de juveniles, podría tener un atractivo especial. Siempre que la salud física y psicológica lo permita, según valoración de los especialistas…
Bueno, como en tantas cosas, una columna personal, puede tener muchas vertientes y variantes y posibilidades. Hoy, ha tocado una, de sugerencias y de invitación al estudio. Aquí dejo el balón o la pelota de ideas, para que otros las perfeccionen, estudien, analicen, valoren, ponderen… Paz y bien…