Por José Belló Aliaga
Nuestro agradecimiento a María Amézaga y Marta García del Departamento de Comunicación por la ayuda y colaboración prestadas y naturalmente a Miguel Zugaza, Director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que nos recibió y acompañó durante parte de nuestra visita, siempre amable y cordial, al que conocimos hace ya muchos años en Madrid, cuando era Director del Museo del Prado y en donde realizó una extraordinaria labor.
BBKateak
Actualmente el museo se encuentra en obras de ampliación y reforma, que comenzaron en noviembre de 2022, según el proyecto “Agravitas” firmado por los arquitectos Norman Foster y Luis María Uriarte, por lo que solo es visitable uno de los edificios del museo.
BBKateak es una propuesta expositiva que pretende ofrecer nuevas narrativas a la colección mientras duren los trabajos de ejecución del proyecto de ampliación. A través de un programa dinámico de presentaciones que se actualiza periódicamente, cada una de las salas del edificio antiguo muestra un cara a cara inesperado entre dos artistas y sus obras; nombres que pueden ser lejanos en el tiempo y/o en su procedencia cultural y geográfica, para sugerir una mirada al arte transformada y en construcción. La metamorfosis del museo se refleja de este modo en una colección en permanente cambio.
Recorrido por las Salas del Museo
Recorrido por el Museo de Bellas Artes de Bilbao (Arte Ederren Bilboko Museoa)
Sala 1. Ribot- Barceló
Haute cuisine
No parece que a Ribot le incumba el interior nutritivo y carnoso de los frutos que representa. Se detiene en los valores del espacio neutro en donde los sitúa y en los de la luz que resbala por la superficie de las cosas, y especialmente por la piel de la oronda calabaza que alumbra la composición. Barceló, sin embargo, desventra sus calabazas para mostrar semillas verdaderas y aparentar con pasta de papel sus finas hilaturas en este microcosmos embarrado y centrífugo en el que late, aún, la energía del artista.
Théodule-Augustin Ribot 1823-1891
Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Châlons (Francia) y, tras contraer matrimonio, se trasladó a París en 1845 para probar fortuna artística, aunque su carrera como pintor profesional no comenzó hasta finales de la década de 1850. Entretanto hubo de trabajar en la decoración de marcos dorados para una fábrica y en la realización de copias. De forma autodidacta, se fue especializando en la pintura de género y de costumbres –principalmente, escenas de cocina–, en las naturalezas muertas y, más tardíamente, en el retrato. Sus pinturas y grabados son deudores del naturalismo propio de la pintura española del Siglo del Oro, y más concretamente de José de Ribera, modo a partir del cual creó un personalísimo estilo realista que influyó notablemente en artistas posteriores.
Miquel Barceló 1957
Inició sus estudios artísticos en la década de 1970 en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca y, posteriormente, en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, aunque pronto abandonó la formación reglada. Con su participación en la Bienal de São Paulo de 1981 y, al año siguiente, en la Documenta VII de Kassel, obtuvo tempranamente el reconocimiento internacional. Sus frecuentes viajes por Europa, Estados Unidos y África occidental han alimentado un amplio imaginario de referencias, figuras y mitos que se ha traducido en obras de un expresionismo marcado por la fuerza matérica. Artista polifacético, en sus pinturas, esculturas, cerámicas, grabados, dibujos e instalaciones murales, combina hábilmente la abstracción y la figuración incorporando elementos extra pictóricos, que se armonizan en estudiadas composiciones gracias a un mesurado uso del color y de la luz mediterránea.
Sala 2. Van Dyck – Sáez
La tradición y el riesgo
Durante el siglo XV y desde Flandes se generalizó entre los pintores europeos el uso del óleo. Permite una ejecución lenta y la aplicación de capas ligeras que transparentan las precedentes. También Sáez lo emplea, aunque, en su caso, el aceite matiza el contraste violento entre la forma y el fondo de esta gran tela. En la composición, por partes casi especular, superpone al insólito pattern negro y geométrico los trazos rojos que, como una circulación sanguínea, la recorren. Al igual que en Van Dyck, en el centro una figura humana ordena el drama, aunque aquí tan íntimo y misterioso como la respuesta a un test de Rorschach.
Anton van Dyck 1599-1641
Formado en Amberes con Hendrick van Balen y Rubens, de quien fue ayudante, es considerado, junto con este último, el pintor más importante del Barroco flamenco. Tras una estancia en Londres, en 1621 permaneció seis meses en Italia, donde conoció a maestros como Tiziano y el Veronés, y recorrió diversas ciudades logrando el éxito como retratista, especialmente en Génova. De vuelta en Amberes, entre 1627 y 1632 realizó sus mejores escenas religiosas y cultivó el tema mitológico en composiciones espectaculares. Su consagración le llegó gracias a Carlos I de Inglaterra, quien le encargó numerosos retratos. Van Dyck es uno de los artistas más inspirados y el más refinado retratista de su época.
Ignacio Sáez 1971
Con tan solo 7 años asistió a las clases de pintura que impartía Justo San Felices en Galdakao (Bizkaia), donde vivía. Allí conoció al profesor Iñaki Álvarez, quien lo introdujo en el arte contemporáneo en 1987. Muy dotado para la pintura y el dibujo, en 1989 ingresó en la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU y, siendo aún estudiante de primer curso, fue premiado con el Bizkaiko Artea. Finalizados los estudios, en 1994 se trasladó a Barcelona y un año después obtuvo una beca de creación artística de la Fundación BBK que le permitió viajar a Nueva York y México. A partir del año 2000 formó parte en Bilbao del proyecto artístico Espacio Abisal. Su participación en la exposición Gaur, Hemen, Orain (Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2001) lo señaló como referente destacado de los artistas de su generación.
Sala 3. Goya-Moraza
El mundo al revés
Como en una escultura clásica, el brillo dorado del bronce ennoblece la agigantada nariz de payaso. Por si nuestra extrañeza fuera poca, la peana transparente que enclaustra un telemando hace imposible el control del espectáculo. Moraza refiere que “cobija el secreto de un enmascaramiento”, pero deja a nuestra interpretación la obra. No se conserva ninguna explicación contemporánea de los célebres Disparates de Goya, aunque los gigantes, la carcajada grotesca, los personajes deformes y los embozados los emparentan con el mundo del circo y el carnaval. Quizá, finalmente, Moraza y Goya nos preguntan, como el filósofo Henri Bergson, por qué nos reímos y cuál es el significado de nuestra risa.
Francisco de Goya 1746-1828
Se inició en el taller de José Luzán en Zaragoza, pero pronto se estableció por su cuenta para “pintar de mi invención”. En 1771 viajó a Roma y poco después obtuvo el encargo de diseñar cartones para la Real Fábrica de Tapices de Madrid. Ya en 1777 pintaba para el príncipe, el futuro Carlos IV, y fue nombrado pintor del rey en 1786. En ese momento era un consumado retratista y se abrían para él las puertas de las casas más nobles. La sordera provocada por una grave enfermedad en 1792 le trasladó a un nuevo universo pictórico. El pesimismo, la realidad deformada y la sátira de sus posteriores obras manifiestan su compromiso ideológico con las ideas ilustradas y su singular y lúcida interpretación de su tiempo.
Disparates o Los Proverbios 1815-1824
Esta serie es, quizá, de entre la vasta producción gráfica de Goya, la que más interrogantes plantea en cuanto a su interpretación. Inicialmente se tituló Los Proverbios, pero en pruebas de estado posteriores aparecieron descripciones autógrafas del autor con la palabra “Disparate”. Las 18 primeras estampas corresponden a la primera edición, realizada en 1864 por la Academia de Nobles Artes de San Fernando de Madrid, mientras que las cuatro últimas fueron estampadas en París en 1877 por la revista L’Art. En todas las escenas, protagonizadas por personajes grotescos y a veces violentos que se asemejan a los de las Pinturas negras, se transparenta la crítica política y social, dirigida a conceptos como el matrimonio, el clero o los vicios humanos. En definitiva, son imágenes alucinadas, delirantes y subversivas, producto del talento visionario de Goya.
Juan Luis Moraza 1960
Formado en la UPV/EHU, ha sido profesor de Escultura en esa misma institución y en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. También ha impartido cursos y seminarios en varias universidades, como la de Cuenca o la École des Beaux-Arts de Marseille. Ha recibido varios premios y menciones, entre ellos el Gure Artea, otorgado por el Gobierno Vasco, en 1983 y 1984. En 1979, en colaboración con María Luisa Fernández, fundó el Comité de Vigilancia Artística (CVA), que estuvo activo hasta 1985. Es considerado uno de los principales representantes de la Nueva Escultura Vasca junto con Txomin Badiola, Ángel Bados y Pello Irazu. Su obra, influenciada por el constructivismo y el minimalismo, posee un fuerte componente experimental y una clara intención poética.
Sala 4. MULTIVERSO
La Fundación BBVA y el museo contribuyen, a través de la iniciativa MULTIVERSO, a la creación y difusión de las manifestaciones artísticas más características de nuestro tiempo como son el videoarte y el arte digital, formatos que utilizan la imagen en movimiento como punto de partida.
Desde 2018 el museo y la Fundación BBVA colaboran en la convocatoria de las Becas MULTIVERSO a la Creación en Videoarte, que promueven la producción artística audiovisual y su difusión a través de diferentes programas públicos.
Como parte de este proyecto común de apoyo al arte contemporáneo, el museo acoge la presentación de varias de las obras resultantes de las ayudas concedidas en la convocatoria 2018, en su mayoría inéditas. El programa expositivo incluye trabajos de Antoni Abad, Toni Serra (Abu Ali), Mabel Palacín, Nadia Hotait, Manu Arregui y Pedro G. Romero, artistas de varias generaciones y diversas orientaciones que, con la imagen en movimiento como herramienta de creación e investigación, ofrecen una aproximación al video actual.
Actualmente se expone Asemanastán. La tierra de los cielos / 2020, con una Videoinstalación hasta el 9 de julio de 2023, de Toni Serra.
A su muerte en noviembre de 2019 Serra dejó inacabado el proyecto presentado a la Beca Multiverso, centrado en la búsqueda de la luz y su relación con la poesía persa sufí. El trabajo fue completado por un equipo designado por el artista, valiéndose del material grabado por él y a partir de su pre-guión. El montaje sonoro y visual de la pieza se concibió en bloques de secuencias como una videoinstalación.
Sobre el autor
Toni Serra (Abu Ali) (Manresa, 1960 – Barcelona, 2019)
Toni Serra estudió Historia del arte en la Universidad de Barcelona y se formó en vídeo y fotografía en Nueva York en los años noventa. En 2002 comenzó a firmar sus trabajos como Abu Ali. Su obra, abordó la relación del vídeo con la experiencia interior y las visiones que transitan entre lo real y lo irreal, el sueño y la vigilia, como un viaje que elimina sus límites y fronteras. Esta obra póstuma adopta como título una palabra inventada por el artista para referirse a Irán, que en farsi es Asemanastán o “la tierra de los cielos”.
Sala 5. Ribera-Oteiza
Harria
Hay algo esencialmente monumental en esta pintura de Ribera. Las dos santas –como dos estatuas minerales– ocupan el espacio que delimita el cuerpo del mártir, que traza una secreta diagonal desde la oscura concavidad de su mano exangüe. Eleva la mirada hacia ese vértice umbroso reclinado en la peana de una roca. Las maclas de Oteiza compenetran aristas y curvas, sólidos y vacíos, en la misteriosa tectónica del mármol negro, firme al fin tras la agitada furia de un ejercicio espiritual.
José de Ribera 1591-1652
Precursor de la estética caravaggiesca y destacado maestro de la escuela napolitana, Ribera desarrolló toda su carrera en Italia, pero al ser Nápoles entonces un virreinato español, gran parte de su obra llegó al país, influyendo en pintores posteriores como Velázquez y Murillo. Aunque es más conocido por su pintura de temática religiosa, a menudo con truculentas escenas de martirio, también trató asuntos mitológicos y fue un célebre grabador, género del que se conserva una extensa producción. Su cromatismo fue aclarándose al final de su carrera por influjo de pintores como Van Dyck.
Jorge Oteiza 1908-2003
Abandonó la carrera de Medicina para dedicarse a la escultura en 1931. Tras obtener diversos galardones y residir durante 13 años en Sudamérica, regresó al País Vasco en 1948. Dos años después, realizó la estatuaria del monasterio de Arantzazu en Oñati (Gipuzkoa) y en 1957 recibió el Gran Premio Internacional de la Bienal de São Paulo (Brasil). Poeta y teórico del arte, además de activista y agitador cultural, en 1963 publicó su obra capital: Quousque Tandem…! Ensayo de la interpretación estética del alma vasca. Defensor de una estética analítica y una aproximación ética y política a la actividad artística, Oteiza es una de las figuras clave del arte español de posguerra e influyó de forma determinante en la llamada Nueva Escultura Vasca.
Sala 6. González-Muñoz
Hierro y papel
La solemne presencia de estas dos esculturas atestigua que, separados por medio siglo, Julio González y Aurèlia Muñoz compartían en su obra vanguardista al menos un interés y, quizá, una nostalgia. El interés de conquistar la tridimensionalidad de la escultura a través de planchas que se abren al espacio, en un caso, y mediante formas rectangulares sutilmente sustentadas en finas espigas que ensamblan su arquitectura, en el otro. Y la nostalgia de trabajar con las manos para forjar y soldar la obstinada rigidez del metal o para fabricar y teñir de belleza la humilde fibra de un trozo de papel.
Julio González 1876-1942
Inició su trayectoria en la Barcelona modernista de finales del siglo XIX, donde su familia poseía un taller de metalistería artística en el que aprendió las técnicas de la forja y la fundición, y realizó piezas de orfebrería. En 1899 se instaló en París decidido a dedicarse a la libre creación artística, y hasta 1928 su trabajó se centró en los campos de la pintura y el dibujo. En esos años tuvo lugar su primera exposición individual y participó en los salones de la joven vanguardia parisina, como el Salon des Indépendants y el Salon d’Automne. Su contacto con Picasso y con el escultor Pablo Gargallo le llevarían a enfocarse plenamente en la escultura, práctica en la que desarrolló un renovador trabajo en hierro a partir de la década de 1930.
Estos bocetos forman parte de la amplia colección de obra sobre papel que el museo posee de este artista. En ella destacan los dibujos de campesinas, los desnudos femeninos y los retratos, temas que constituyen su repertorio iconográfico más habitual. Corresponden a un momento de transición entre el cubismo y la abstracción, en el que González ha alcanzado ya la síntesis formal que plasmaría después en esculturas como Mujer llamada “Los tres pliegues”, expuesta también en esta sala.
Aurèlia Muñoz 1926-2011
Se formó en la Escuela de Artes Aplicadas de Barcelona y en la Escuela Massana, y fue uno de los miembros más activos del movimiento internacional que, durante los años 60 y 70, renovó las artes textiles, reivindicándolas como un medio de creación contemporánea. Comenzó realizando telas estampadas, después descubrió el patchwork y el bordado, y finalmente experimentó con la tridimensionalidad mediante esculturas textiles hechas con procedimientos igualmente asociados a las labores femeninas, como el collage o el macramé. Con esta última técnica de anudado, utilizando materiales como el yute, el sisal, el algodón o el nailon, elaboró en la década de 1970 importantes piezas. Después introdujo en su obra lonas o velas, con los que creó origamis monumentales, y ya durante los años 80, el papel.
Sala 7. Programa Iberdrola-Museo 2022
Iberdrola, patrono de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, apoya a través de su fundación el programa de Conservación y Restauración del museo, que tiene como principal objetivo garantizar las condiciones que aseguren la integridad material y la correcta exhibición pública de las obras. Esta colaboración mantenida desde hace más de dos décadas ha facilitado, a su vez, una importante y dilatada labor de investigación y documentación de los fondos artísticos de la institución. Al igual que en las pasadas ediciones, el Programa Iberdrola-Museo de Conservación y Restauración 2022 ha intervenido un buen número de piezas singulares que atienden a cronologías y técnicas muy variadas. Especialmente destacables son los tratamientos aplicados a la instalación de Txomin Badiola, Cuadrado sólido n.0 2, pieza que desde 1983 forma parte de la colección del museo, así como los que han contribuido a la recuperación de un nutrido grupo de obras también de Badiola que pertenecen a esa misma época y que han sido recientemente donadas por el propio artista. Además, se han restaurado, entre otras, las pinturas Desnudo bajo la parra (c. 1909-1910) de Hermen Anglada Camarasa y Acción vital. Homenaje a nuestros antepasados (1970) de José Antonio Sistiaga; y se ha realizado una importante intervención sobre un conjunto de dibujos, con diferentes técnicas sobre papel, realizados por Julio González.
Donación Txomin Badiola
Txomin Badiola (Bilbao, 1957) es, junto con Ángel Bados, Juan Luis Moraza, María Luisa Fernández y Pello Irazu, uno de los representantes de la llamada Nueva Escultura Vasca. Tras completar sus estudios de Bellas Artes en la Universidad del País Vasco en la especialidad de pintura, en los años 80 centró su trabajo en la escultura muy influido por Oteiza. Participó en la creación de EAE (Euskal Artisten Elkartea), un colectivo que realizaba acciones de significado artístico político. En 1986 recibió el premio Gure Artea y al año siguiente la beca Delfina Foundation, que le permitió instalarse en Londres y, posteriormente, en Nueva York. A partir de ese momento su obra se separó del formalismo de la escultura vasca de esos años sumando materiales industriales, fotografía y videoinstalación con un carácter más narrativo. En la actualidad es uno de los artistas vascos con mayor proyección internacional.
Este conjunto de esculturas y dibujos recientemente donados por el artista guarda relación con la primera obra de Badiola que ingresó en la colección, Cuadrado sólido n.0 2 (1981), que también se muestra ahora tras su restauración. Son todas piezas muy tempranas –la donación comprende cuatro esculturas y 18 dibujos realizados entre 1979 y 1981– pero muy representativas del interés del autor por las propuestas escultóricas y estéticas relacionadas con el arte minimal y conceptual, así como por la arquitectura. Se conservan pocas obras de Badiola de esta primera etapa, ya que buena parte desapareció en una inundación de su estudio de Uribitarte (Bilbao) a finales de los años 80, lo que añade singularidad al conjunto. Todas las piezas han sido objeto de tratamientos de conservación y restauración, en muchos casos orientados a la recuperación cromática, y se han diseñado para ellas montajes e instalaciones específicas en los que ha participado el propio artista.
Sala 8. Gisbert– Izquierdo Mosso
Imagen de artista
Aparentemente, Izquierdo Mosso retrata artistas en su serie de fotografías. En algunas, incluso, enfatiza el carácter de instantánea al reproducir, agrandado, el formato de una polaroid. Pero los encuadres y desenfoques heterodoxos pueden hacernos pensar que se trata, más bien, de una sola imagen: la del artista contemporáneo, directo y despojado, en su taller. Nada que ver con el enfoque narrativo y el estudiado atrezzo con el que adorna Gisbert su autorretrato: instrumentos musicales, libros, pinturas… toda una panoplia cultural presidida por el Da Vinci que, tiempo después, devuelve la pintora Carmen Olábarri, proyectando su enigma y convertido, ya, en icono pop.
Antonio Gisbert 1834-1901
Formado en el academicismo imperante en Madrid a mediados del siglo XIX, el alicantino Antonio Gisbert se convirtió tempranamente en uno de los máximos representantes de la pintura de historia en la España isabelina. Sus grandes cuadros recogiendo momentos históricos reseñables, como Los comuneros de Castilla o Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, le proporcionaron una excelente reputación nacional, pero paralelamente supo ganarse el reconocimiento internacional a través de la pintura de género. Este tipo de obra de pequeño formato, preciosista, anecdótica y ambientada en épocas pasadas fue explotado por el pintor durante sus estancias parisinas, especialmente a partir de 1873, tras abandonar su puesto como director del Museo del Prado.
Sala 9. Ortega Muñoz – López
Referentes
Los celebrados paisajes de Godofredo Ortega Muñoz se despojan progresivamente de todo aquello que les es propio hasta quedarse sin un ánima que los transite. Incluso el brillo del óleo desaparece del yermo paisaje castellano que finalmente, y como su admirado Antonio Machado, se interroga: “¿espera, duerme o sueña?”. Pedregales, sendas, colinas y esos castaños extremeños que, como signos ariscos, atrapan a Edu López en una repetición que incluye, central, en su particular caleidoscopio artístico.
Godofredo Ortega Muñoz 1899-1982
De temprana vocación artística y formación autodidacta, inició su trayectoria a comienzos de la década de 1920, destacando como retratista. En su juventud fue un artista de vida nómada que recorrió Europa y visitó Turquía, Palestina o Egipto. Después de la Guerra Civil se convirtió, con Benjamín Palencia, en uno de los renovadores de la pintura española a través del género del paisaje. Gozó de gran popularidad y reconocimiento, y, sin embargo, trabajó en soledad, con prolongadas estancias en Valencia de Alcántara (Cáceres) en contacto con el medio rural y el paisaje extremeño. En 1953 expuso en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en 1954 le fue concedido el Gran Premio de la II Bienal de La Habana. En 1957 el Museo de Bellas Artes de Bilbao acogió una exposición individual de su obra.
Edu López 1965
Comenzó su trabajo artístico a finales de la década de 1980, en una época en la que los límites de la pintura y la escultura empezaban a disolverse y cruzarse con diferentes procedimientos creativos. Se formó en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao y amplió estudios en la Universidad GhK de Kassel (Alemania), así como en el centro Arteleku de San Sebastián. En 1998 fue galardonado con el primer premio del certamen Gure Artea, otorgado por el Gobierno Vasco. El mundo del cómic, la literatura y las vanguardias históricas transitan su trabajo pictórico, que suele desarrollarse mediante composiciones modulares formadas por obras de mediano y pequeño formato en las que, libre de prejuicios, propone nuevos relatos y discursos a partir de otros anteriores.
Sala 10. Bacon – Irazu
De forma
La límpida geometría de Irazu, simple y controlada, salta del marco del cuadro para conformar una especie de corner piece que burla la esperada bidimensionalidad y, de alguna manera, nos incluye en su expansión. También Bacon utiliza la geometría, esta vez en forma de gran espejo que, despiadadamente, refleja una figura en monstruosa deformación.
Francis Bacon 1909-1992
Artista autodidacta, en sus comienzos trabajó como decorador. La elevada cotización de sus cuadros en la actualidad no hace sospechar que abandonó la pintura durante diez años por las críticas desfavorables de su primera exposición individual en 1934. A su vuelta, sus imágenes descarnadas, a menudo inspiradas en Rembrandt, Picasso o Velázquez, lo convirtieron en un artista polémico. Representó a su país en la Bienal de Venecia de 1953 junto con Lucian Freud y Ben Nicholson. Siempre dentro de la figuración, sus seres, deformados en perspectivas imposibles, habitan espacios cerrados e íntimos que se abren despiadadamente ante nuestros ojos. Esta imaginería es en gran medida autobiográfica.
Pello Irazu 1963
Expuso individualmente por primera vez en 1983, en la feria Arteder de Bilbao, antes de concluir sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao. En 1986 presentó obras en ARCO y ART Cologne, y en los años 90, ya residiendo en Nueva York, su carrera estaba plenamente consolidada. Forma parte del grupo de escultores que, influido por Oteiza, renovó el panorama artístico vasco a finales del siglo pasado. Con esa herencia, comenzó trabajando el hierro en busca de una evolución del cuerpo geométrico de tradición constructivista. Tras un primer periodo conceptual, retornó a parámetros posminimalistas y el metal cedió progresivamente a la madera y el color.
Sala 11. Zurbarán – Baquedano
Still Life
“Naturaleza muerta” (vida detenida) es el término que el arte emplea para definir las imágenes de objetos, vegetales o animales inertes. Es, pues, el género del buen hacer en la representación de las cualidades materiales de las cosas: la mesa de un comedor con el blanco lienzo del mantel interrumpido apenas por la vajilla o el brillo de un plato de fruta. Aunque, quizá, Baquedano y Zurbarán nos hablen religiosamente del fútil realismo de la existencia.
Francisco de Zurbarán 1598-1664
Desarrolló su carrera sobre todo en Sevilla, donde organizó un taller para atender la amplia demanda de escenas religiosas que le llegaba de conventos y particulares, incluso desde América. Viajó a Madrid en 1634, probablemente invitado por Velázquez, para trabajar en las decoraciones del palacio del Buen Retiro. El acceso a las colecciones reales y a otros artistas coetáneos de la capital favoreció la configuración de un estilo propio en el que la pasión devota y el prodigio milagroso destilan sencillez y cotidianeidad. A su vuelta, realizó las grandes series de la Cartuja de Jerez y el Monasterio de Guadalupe. Eclipsado por la fama de Murillo, murió en Madrid casi en la indigencia.
Isabel Baquedano 1936-2018
Formada en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y en la Academia de San Fernando de Madrid, de 1957 a 1988 ejerció la docencia en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona. En su obra se encuentran referencias a pintores del quattrocento como Piero della Francesca, pero también a contemporáneos como Edward Hopper. El poscubismo, el informalismo, la nueva figuración, el expresionismo, el realismo social o el arte pop en su contexto español están presentes en su trabajo, aunque tamizados por su personal estilo, centrado en la sobriedad material y conceptual. Predominan en sus cuadros las escenas cotidianas, los bodegones, los asuntos bíblicos o tomados de la tradición clásica, y las imágenes circenses.
Sala 12. Vieira da Silva – Garaigorta
El vientre del arquitecto
En 1784 el francés Étienne-Louis Boullée firmó el paradigma de la arquitectura visionaria: el Cenotafio de Newton, una límpida y gigantesca esfera que nunca fue construida. La arquitectura improbable es también el nexo entre estas dos artistas, interesadas en la construcción de no-lugares. Vieira da Silva pinta un pasillo vibrante que trasluce quizá una ausencia, mientras que Garaigorta organiza la ficción de su proyecto en una mesa-bicho en donde una sima, una serpiente o una mano perturban el tiempo perfecto de la metrópolis.
Maria Helena Vieira da Silva 1908-1992
Pintora y grabadora de origen portugués, desarrolló su carrera en Francia, donde en 1966 fue la primera mujer galardonada con el Gran Premio Nacional de las Artes. Inició su trayectoria a finales de los años veinte y alcanzó notoriedad con una obra abstracta de gran lirismo que proponía una exploración de la percepción visual. El dibujo de líneas marcadas, las tramas geométricas y laberínticas, las vibraciones lumínicas o la indefinición espacial son característicos de su trabajo, que incluyó también diseños para cerámicas, vidrieras –como las que realizó para la catedral de Reims– o ilustraciones de libros. En 1962 recibió el Gran Premio Internacional de Pintura de la Bienal de São Paulo y en 1991 el grado de Oficial de la Legión de Honor del gobierno francés.
Charo Garaigorta 1961
Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU entre 1979 y 1984, y en 1989 se trasladó a Nueva York para estudiar Arte y Educación en la Universidad de Columbia. Su práctica artística se ha desarrollado a partir de diferentes formatos y cuerpos de trabajo, como el dibujo, la escritura, la escultura o el video. El resultado son proyectos en los que se entrecruzan la arquitectura, el urbanismo, la biología, la literatura o la ciencia. En todos ellos suele haber una idea de ficción que alude a las sociedades distópicas. Ha trabajado en los departamentos de Educación del MoMA, Bronx Museum of the Arts, El Museo del Barrio y Guggenheim Museum de Nueva York, y desde 2001 dirige el del Museo Artium de Vitoria-Gasteiz
Sala 13. Goya – Talayero
Eyes Wide Shut
La extraordinaria capacidad de Goya de revelar el alma hace de él uno de los mejores retratistas de la historia del arte. Concentra la psique de sus personajes en sutiles detalles y ademanes, y sobre todo en los ojos, que despierta con el negro necesario y aviva con un toque exacto de luz. Talayero descubre, en cambio, su alma de artista en el gran papier collé donde, con su particular criptografía, traza una bandada de ojos que, como una enigmática metonimia, resuenan en un antiguo muro.
Francisco de Goya 1746-1828
Se inició en el taller de José Luzán en Zaragoza, pero pronto se estableció por su cuenta para “pintar de mi invención”. En 1771 viajó a Roma y poco después obtuvo el encargo de diseñar cartones para la Real Fábrica de Tapices de Madrid. Ya en 1777 pintaba para el príncipe, el futuro Carlos IV, y fue nombrado pintor del rey en 1786. En ese momento era un consumado retratista y se abrían para él las puertas de las casas más nobles. La sordera provocada por una grave enfermedad en 1792 le trasladó a un nuevo universo pictórico. El pesimismo, la realidad deformada y la sátira de sus posteriores obras manifiestan su compromiso ideológico con las ideas ilustradas y su singular y lúcida interpretación de su tiempo.
Susana Talayero 1961
Tras estudiar en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, se trasladó a Roma, donde residió de 1986 a 1995. Esa ciudad y su contexto artístico ejercieron gran influencia en su práctica, conformada principalmente en torno a la pintura. En su trabajo ha desarrollado un imaginario de subsuelo poblado por formas de origen orgánico, en una suerte de tratado de biología donde se manifiesta una apología de lo híbrido y lo procesual. A partir de su interés por el dibujo, comenzó a utilizar soportes como el poliéster y el acetato, así como la técnica de la encáustica. En el año 2000 incorporó el video y la instalación a su repertorio plástico, y en 2016 el museo acogió su exposición retrospectiva Crónica inquieta 1987- 2016.
Sala 14. Gentileschi – Mogrobejo
Coup de fouet
El modernismo usa esta expresión para referirse al juego de curvas que organiza el ritmo de una composición. Podríamos aplicarla al de las manos de Lot y sus vigorosas hijas, un lazo invisible que une el oprobio de Sodoma con el que está a punto de suceder. También Eva y Ugolino se recogen sobre sí mismos bajo el trazo dúctil de la plata, que oculta sus pecados y resalta su poderosa anatomía. El hijo de orfebre Gentileschi y el orfebre Mogrobejo unidos por formas rotundas y sensuales, como la onda que acoge a Hero y Leandro o el cacharro que derrama ante nuestros ojos los restos de la alegoría del olvido.
Orazio Gentileschi 1563-1639
Hijo de un orfebre florentino y padre de la pintora Artemisia Gentileschi, comenzó su carrera en el Vaticano decorando al fresco grandes conjuntos pictóricos. Adoptó inicialmente el estilo naturalista y un modelado de fuerte claroscuro propio de Caravaggio, pero pronto evolucionó hacia un cromatismo más luminoso y sofisticado. Trabajó también en Génova y Turín, y en París para la reina María de Médicis. Invitado por Carlos I de Inglaterra, se trasladó a Londres en 1626, donde pintó sobre todo para el duque de Buckingham y la reina Enriqueta María. Su encargo más importante de este periodo fue la decoración del techo de la Queen’s House en Greenwich. También realizó espectaculares composiciones de tema bíblico.
Nemesio Mogrobejo 1875-1910
Recibió la primera instrucción artística en su Bilbao natal, aunque se formó como escultor en París –residió allí entre 1894 y 1897– y, sobre todo, en Italia, donde viajó por primera vez en 1902 pensionado por la Diputación Provincial de Vizcaya. Se estableció primero en Roma y después en Florencia, pero su biografía incluye también periodos más o menos amplios de trabajo en Barcelona, Graz (Austria) y Múnich, ciudades en las que su obra llamó la atención de una clientela burguesa para la que realizó gran número de retratos y figuras decorativas de pequeño formato. Fue en Roma, durante la primavera de 1904, donde modeló Hero y Leandro, pasada al bronce tres años después en un taller de Florencia mediante un proceso de fundición que resultó muy difícil para el escultor, entonces gravemente enfermo.
Sala 15. Zubiaurre – Abad
Contar historias
La elocuencia gestual de los personajes que retratan los hermanos Zubiaurre en óleos, álbumes fotográficos y ficciones cinematográficas, y la teatralización de sus composiciones revelan un gusto por el sucedido y la narrativa que les acerca a la tarea del director de escena. Para ello necesitaron en ocasiones de mediación, pues usaban a menudo la lengua de signos. Esa “taquigrafía digital” –en palabras del marqués de Lozoya, amigo de Valentín– con la que la Cultura Sorda alza la voz, amplificada aquí en el proyecto expandido de Antoni Abad.
Valentín de Zubiaurre 1879-1963
Ramón de Zubiaurre 1882-1969
Nacidos con tres años de diferencia, los hermanos Valentín y Ramón de Zubiaurre compartieron una sordera de nacimiento y una precoz vocación artística que determinaron, en gran medida, sus trayectorias. Originarios de Garai (Bizkaia), se criaron en Madrid porque su padre era organista de la Capilla Real y se formaron dentro del academicismo de finales del siglo XIX. Sus viajes de juventud por Europa a principios del XX situaron sus intereses lejos del oficialismo español y dieron paso a un tipo de obra costumbrista de corte simbolista y fuerte carga emocional. En sintonía con la moda por la representación de regiones y pueblos europeos, sus escenas protagonizadas por bretones, holandeses, segovianos y, especialmente, vascos, aun manteniendo el estilo propio de cada autor, les proporcionaron el reconocimiento artístico internacional.
Antoni Abad 1956
Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona y European Media Master por la Universidad Pompeu Fabra, inició su trayectoria en los campos de la pintura y la escultura. Desde 1994 trabaja en el video expandido y en Internet, que constituyen la materia prima de su práctica artística actual, en contacto con diversos colectivos en riesgo de exclusión. Entre 2004 y 2014 realizó varios proyectos de comunicación audiovisual en la red partiendo del uso de teléfonos móviles por grupos de Ciudad de México, Madrid, Barcelona, Costa Rica, Ginebra o Nueva York. Más recientemente ha desarrollado los proyectos blind. wiki (iniciado en 2014), una plataforma ciudadana en Internet concebida para personas ciegas y con baja visión, y DEAF.city (2020), que fomenta la elocuencia viso-gestual de las distintas Lenguas de Signos.
Sala 16. Gauguin – Aitzkoa
Agua
El título de la obra de Aitzkoa está tomado del nombre de un lago cercano a su localidad natal, que ella evoca en las piezas de escayola con las que conforma un refugio apaciguado por pigmentos de colores acuáticos. Las lavanderas de Gauguin, sin embargo, trabajan en las turbulentas aguas de un río en el que parecen reflejarse los colores encendidos de la vegetación de aquel otoño de 1888 en el que el pintor se instaló con Van Gogh en la localidad francesa de Arlés.
Paul Gauguin 1848-1903
Antes de dedicarse al arte, trabajó como marino mercante y agente de cambio, pero la crisis bursátil de 1882 le condujo a su verdadera vocación. Fuertemente influido por el impresionismo, en 1887 viajó con Charles Laval a Martinica, donde plasmó sus paisajes y gentes. A su vuelta, conformó, junto con Émile Bernard y otros, lo que se conoce como la Escuela de Pont-Aven. Su interés por el arte oriental y africano le hizo evolucionar hacia el cloisonismo y el sintetismo. En 1891, acuciado por las deudas, marchó a Tahití e Islas Marquesas. De ese periodo son sus famosos cuadros con inspiradores títulos en lengua indígena.
Elena Aitzkoa 1984
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, comenzó su intensa actividad expositiva en 2004. En 2013 creó con Raúl Domínguez la plataforma editorial Lavandera, desde la que publica poemas y dibujos. Posee obra sonora en vinilo editada por el sello Grupo de Fe y colabora con el taller de creación sonora Club Le Larraskito de Bilbao y con el festival de “música rara” Zarata Fest. Artista multidisciplinar, su práctica abarca la escultura, la pintura, el dibujo, la performance, la fotografía, la poesía y la dirección de cine. En sus trabajos incorpora referencias a la naturaleza en clave poética y elementos emocionales procedentes de su entorno y de su propia experiencia.
Sala 17. Bonheur – Cárdenas
Animalario
Cuando era niña, Bonheur aprendió el alfabeto con animales que dibujaba asignando la inicial de su nombre a cada letra. Cultivó toda su vida la pasión por el dibujo y los animales, y conservó numerosos estudios que servían como “vrais instruments de travail” para sus cuadros, célebres por plasmar, individualizada y noble, la expresión animal. Cuando era niña, Cárdenas jugaba en cabañas situadas en árboles y, en medio de la naturaleza, aprendió a mirar la elegancia flexible de un gato o la estructura rupestre de una vaca para captar el mundo vivo con la inaudita precisión de su trazo caligráfico.
Rosa Bonheur 1822-1899
Se formó con su padre, fundador de una escuela femenina de dibujo en París, donde la familia se trasladó desde Burdeos en 1828. Pronto orientó su talento a la pintura de animales, pero para estudiarlos hubo de sortear las limitaciones académicas de las mujeres de su tiempo acudiendo como oyente a clases universitarias de veterinaria, al Louvre para copiar a Poussin, Rubens o Géricault, al bosque de Boulogne y al matadero de Roule, con un permiso para vestirse de hombre. En la granja que instaló en su residencia también pudo componer del natural. En la década de 1840 obtuvo sus primeros galardones en el Salón de París, donde alcanzó su mayor éxito en 1853. Su fama se extendió internacionalmente y recibió innumerables encargos y distinciones: fue la primera mujer artista condecorada con la Legión de Honor, en 1865.
Marta Cárdenas 1944
Tras iniciarse en la Asociación Artística de Guipúzcoa, continuó su formación en Bournemouth (Reino Unido) y en Madrid, siempre ligada a la figuración y el realismo. En 1969 acudió a París becada por el gobierno francés y comenzó entonces una intensa trayectoria expositiva. De 1975 a 1978 residió en Ottawa (Canadá) y desde allí realizó numerosos viajes por Europa en los que el cuaderno de dibujo se convirtió en el soporte de su trabajo. En la década siguiente, su obra se volvió gestual y sintética, con un claro interés por el Zen que la llevó a visitar Japón; y en los noventa, un viaje a la India hizo irrumpir el color. Pintora y grabadora, su cuidada técnica, tanto en su obra más instantánea como en la que resulta de procesos más elaborados, la define como una de las creadoras más importantes del panorama actual.
Sala 18. Morales – Millares
“De mis blancos y de mis negros”
Las obras de esta sala surgen de un negro denso e insondable, como de humo o brea. Sucede en la tabla en donde se representa el hondo desgarro vertical de María, que Morales acentúa con el rojo oxidado que, como en un terrible dripping, resbala al borde de la vida o la muerte por la frente del crucificado. También en las dos tintas de caligrafía incierta y, sobre todo, en el sobrecogedor homúnculo deshecho de estopa recosida que cae con drama sobre un muro o, quizá, un paredón, de Millares.
Luis de Morales “el Divino” 1510/1511-c. 1586
Se le conoce como “El Divino” por Antonio Palomino (1655-1726), su primer biógrafo, quien le puso ese sobrenombre por ser su pintura casi exclusivamente de tema religioso. Su extensa producción y la repetición de modelos y esquemas compositivos hace pensar en la colaboración de un taller, pero es, con todo, uno de los manieristas españoles más originales. Pudo formarse con el flamenco Pedro de Campaña, de quien procedería la pincelada meticulosa y los acabados esmaltados y refinados. A su vez, el contacto con pintores valencianos influidos por Rafael o Da Vinci explicaría el sfumato para el modelado, característico de la pintura italiana. Las figuras ensimismadas parecen pertenecer a otro mundo y proyectan un dramatismo contenido de gran intensidad emocional, efectos muy acordes con los valores trentinos.
Manuel Millares 1926-1972
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, sus primeros trabajos, denominados Pictografías canarias, de raíz surrealista, se inspiraban en la cultura aborigen de las islas. En sus inicios, se relacionó con la Escuela de Altamira, que pretendía recuperar el espíritu de la vanguardia en España, e impulsó en su tierra la creación del grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo). A finales de los 50, ya en Madrid, participó en la formación del grupo El Paso y entró en contacto con el informalismo y el expresionismo abstracto. En ese momento su paleta se redujo al blanco, el negro y el rojo, y comenzó a emplear tela de arpillera como soporte, que plegaba, ataba y desgarraba para aportarle valores tridimensionales. Logró así conformar un lenguaje propio síntesis de informalismo, abstracción y cultura guanche.
Sala 19. Cassatt – Sistiaga
Oriente en Occidente
En abril de 1890 se presentó en París la gran exposición Maîtres Japonais, que dio origen a la moda del japonismo. Influyó en numerosos artistas, entre ellos la norteamericana Mary Cassatt, del grupo impresionista. Compartía con el arte oriental el interés temático por la mujer y ese año creó con pincelada vigorosa y seca esta insólita composición. En el gran lienzo recién restaurado, Sistiaga maximiza el gesto de pintar y arrastra los pigmentos sobre la preparación blanca dejando así el rastro de su pugna para plasmar el movimiento, la luz, el color… la esencia del arte de la pintura en una particular caligrafía de resonancia zen.
Mary Cassatt 1844-1926
Se formó en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania (Filadelfia) y desde muy joven viajó con frecuencia a Europa visitando numerosos museos. En 1865 se trasladó a París para continuar su aprendizaje con Jean-Léon Gérôme y en sus Salones expuso regularmente entre 1870 y 1876. Se estableció definitivamente allí en 1875. Sus escenas de la vida cotidiana protagonizadas por figuras femeninas e infantiles de su familia, así como sus temas teatrales u operísticos, causaron la admiración de Degas, que la introdujo en el círculo de pintores impresionistas. La relación con estos artistas, con quienes expuso en numerosas ocasiones, influyó en su producción posterior, con la que alcanzó el éxito de crítica y comercial en la última década del siglo, cuando realizó sus primeras exposiciones individuales en Europa y Estados Unidos.
José Antonio Sistiaga 1932
De formación autodidacta, inició su carrera a comienzos de los cincuenta y en 1955 se trasladó a París, donde se interesó por el cine, el teatro o la música de vanguardia y tomó contacto con la pintura abstracta lírica e informalista. En esos años abandonó toda referencia al paisaje o a la figura humana –temas que reaparecerían a partir de 1974– en favor de una plástica pura expresada en importantes series de tintas sobre papel y óleos sobre lienzo. Con Oteiza, Chillida, Zumeta o Basterretxea, fue fundador del grupo Gaur (1966). Su labor artística se ha extendido también al cine –en 1968 produjo la obra experimental Ere erera baleibu izik subua aruaren…– o la pedagogía artística. En 2016 fue galardonado con el premio Gure Artea del Gobierno Vasco.
Sala 20. Alberto – Barkate
Jano
Las manos vegetales de las acuarelas de Barkate destaparon en ella su doble filiación y la herida entre Oriente y Occidente que cauteriza el pincel con suaves colores al agua. Alberto también se muestra dual en el enorme gouache de sus años de exilio soviético: una escenografía agrícola con una mitad figurativa de declamantes campesinas y otra surreal de formas que, como enormes enigmas de vanguardia, jalonan el gran paisaje final con el que el escultor regresa a aquel cerro de Vallecas de sus comienzos.
Alberto (Alberto Sánchez) 1895-1962
De origen humilde y formación autodidacta, fue uno de los renovadores de la escultura española de los años 20 y 30 del pasado siglo, cuando rompió con el figurativismo naturalista y adoptó un vocabulario de formas abstractas, orgánicas y sinuosas que relacionan su obra con el surrealismo. Apasionado por el paisaje castellano y por el mundo rural y popular, a partir de 1927 sus paseos y conversaciones con el pintor Benjamín Palencia por los alrededores de Madrid dieron lugar a la creación de la Escuela de Vallecas. En 1938 se trasladó a Moscú, como profesor de los niños allí expatriados a causa de la Guerra Civil. Trabajó también como escenógrafo y entre 1946 y 1956 interrumpió su trabajo escultórico para concentrarse en la pintura.
Nadia Barkate 1980
Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/ EHU, donde se licenció en 2007. Desde entonces su trabajo se ha desarrollado indistintamente a través del audiovisual, la escultura, la música o el diseño gráfico. También mediante el dibujo sobre papel, que, al igual que la escritura, le permite fijar imágenes o desarrollar ideas y conceptos narrativos. Con un gran dominio de los medios técnicos, sus dibujos aluden al cuerpo y a lo cotidiano, y en ellos emplea procedimientos tradicionales como la tinta china, el carboncillo -a veces aplicado con los dedos- o la acuarela.
Salas 22 a 31. Sergio Prego: Trece a Centauro.Todo el día y la noche
BBKateak
BBKateak es una propuesta expositiva que pretende ofrecer nuevas narrativas a la colección mientras duren los trabajos de ejecución del proyecto de ampliación. A través de un programa dinámico de presentaciones que se actualiza periódicamente, cada una de las salas del edificio antiguo muestra un cara a cara inesperado entre dos artistas y sus obras; nombres que pueden ser lejanos en el tiempo y/o en su procedencia cultural y geográfica, para sugerir una mirada al arte transformada y en construcción. La metamorfosis del museo se refleja de este modo en una colección en permanente cambio.
El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha inaugurado y activado la propuesta BBKateak con la presentación de la instalación Trece a Centauro del artista Sergio Prego (San Sebastián, 1969) concebida de forma específica para el museo y, en particular, para convivir con el desarrollo de su proyecto de ampliación.
Trece a Centauro ocupa las salas recién reformadas del edifico antiguo que quedarán más comprometidas por los trabajos de la obra de ampliación que se desarrollan en su vertical exterior.
Cinco de las salas que, alineadas, forman un ala del cuerpo arquitectónico intervenido están ocupadas por módulos de membranas translúcidas que irrumpen en el espacio como cuerpos extraños. Las masas ocupan exactamente la mitad del ancho de esas cinco salas en el lado en que se encuentran los umbrales que las conectan, de manera que se interponen en el recorrido lineal generando una circulación sinuosa. En su camino, el espectador está en algunos momentos muy próximo o en contacto físico, y en otros tramos debajo de las membranas que tamizan la luz proveniente de los lucernarios. La estructura no ortonormal transforma la percepción y el tránsito del espacio de las salas.
En el ala opuesta que componen las otras cinco salas, los módulos están confeccionados en una membrana negra y opaca. Estos están situados en la mitad longitudinal contraria a la línea recta de tránsito que trazan los umbrales que conectan las salas. La cadena de esculturas está suspendida en la pared, encajada justo sobre el friso formado por el espacio entre el rodapié y la moldura que lo acota por arriba. En esta ala los masivos cuerpos negros están situados en el lado contrario al tránsito, como entes a una distancia contemplativa.
Paralelamente, opuestos a las paredes ocupadas por los módulos, un número de dibujos figurativos sobre papel están distribuidos a lo largo de la exposición. Los dibujos están presentes como formas de representación de la vida y de lo humano con las que estamos más familiarizados, en diálogo y discordancia con la violencia que genera la presencia abstracta y al mismo tiempo orgánica de los elementos modulares neumáticos.
La instalación se completa con Todo el día y la noche, instalada en el gran ventanal del hall Pedro de Icaza y Aguirre.
Pies de foto
Foto 1: Entrada al Museo de Bellas Artes de Bilbao
Foto 2: Estatua de Zuloaga delante del Museo de Bellas Artes de Bilbao
Foto 3: Una hetaira, 1911, mármol, de Moisés de Huerta
Foto 4: Figuras colgadas. Juan Muñoz
Foto 5: Sala 1. Ribot- Barceló
Foto 6: Naturaleza muerta con calabaza, ciruelas, cerezas, higos y jarra c. 1860. Óleo sobre lienzo. Théodule-Augustin Ribot
Foto 7: Calabazas 1998. Técnica mixta sobre lienzo. Miquel Barceló
Foto 8: Anton van Dyck
Foto 9: Lamentación sobre Cristo muerto c. 1627-1632. Óleo sobre lienzo. Anton van Dyck
Foto 10: Ignacio Sáez
Foto 11: Sin título 2000. Óleo sobre tela.
Foto 12: Sala 3. Goya-Moraza
Foto 13: [Disparate desordenado]. Aguafuerte, aguatinta y punta seca sobre papel. Francisco de Goya
Foto 14: [Disparate volante]. Aguafuerte y aguatinta sobre papel. Francisco de Goya
Foto 15: [Disparate cruel]. Aguafuerte y aguatinta bruñida sobre papel. Francisco de Goya
Foto 16: [Disparate de entalegados]. Aguafuerte y aguatinta bruñida sobre papel. Francisco de Goya
Foto 17: En primer término: Nas 1998. Bronce, metacrilato y telemando. Juan Luis Moraza
Foto 18: Multiverso
Foto 19: Toni Serra (Abu Ali) (Manresa, 1960 – Barcelona, 2019)
Foto 20: Sala 5. Ribera-Oteiza
Foto 21: San Sebastián curado por las santas mujeres c. 1620-1623. Óleo sobre lienzo. José de Ribera
Foto 22: Retrato de un gudari armado llamado Odiseo 1975-1979. Acero. Jorge Oteiza
Foto 23: Macla ternaria con la matriz Malévich o Conjunción en redondo con tres radicales Malévich u Homenaje a Juan de la Cosa 1973-1974. Mármol negro. Jorge Oteiza
Foto 24: Macla de dos cuboides abiertos 1974. Mármol negro. Jorge Oteiza
Foto 25: Sin titulo
Foto 26: Sala 6. González-Muñoz
Foto 27: Mujer con cesto 1927-1930. Lápiz y tinta china sobre papel. Donación de doña Viviane Grimminger en 1999. Julio González
Foto 28: Estudios de campesinas c. 1930-1931. Lápiz y tinta china sobre papel. Donación de doña Viviane Grimminger en 1999. Julio González
Foto 29: Campesina 1931. Lápiz y tinta sobre papel. Donación de doña Viviane Grimminger en 1999. Julio González
Foto 30: Mujer con bastón c. 1930-1940. Tinta, aguada y lápiz de color sobre papel. Donación de doña Viviane Grimminger en 1999. Julio González
Foto 31: En primer término, Escultura cubista 13 ,1988. Papel hecho a mano y teñido y al fondo, Mujer llamada “Los tres pliegues” c. 1931-1932. Hierro forjado y soldado. Aurèlia Muñoz
Foto 32: Sin título ,1964. Acuarela y tinta sobre papel. Aurèlia Muñoz
Foto 33: Sala 7. Donación Txomin Badiola
Foto 34: Desnudo bajo la parra, c.1909-1910. Hermen Anglada Camarasa
Foto 35: Dibujos de campesinas y otras figuras femeninas, 1928-1942. Diferentes técnicas sobre papel. Julio González
Foto 36: Sin título, 1979. Tableros de madera recortados y pintados. Txomin Badiola
Foto 37: Cuadrado sólido n.0 2, 1981. Diez unidades de madera policromada y nueve dibujos sobre cartón. Txomin Badiola
Foto 38: Serie negra n.0 5, 1981. Tablero de madera pintado. Txomin Badiola
Foto 39: Acción vital. Homenaje a nuestros antepasados, 1970. Óleo sobre lienzo. José Antonio Sistiaga
Foto 40: Autorretrato en su estudio, c. 1865. Óleo sobre lienzo. Antonio Gisbert (sala 8)
Foto 41: Carmen Olábarri. Serie “Seguir mirando”, 1986. Gelatinobromuro de plata sobre papel baritado. Luis Izquierdo Mosso (sala 8)
Foto 42: Diario de cola, 1996-2021. Acrílico, papel, tinta y pasta de papel sobre tablero. Edu López (sala 9)
Foto 43: Verano, c. 1957-1958. Óleo sobre lienzo. Godofredo Ortega Muñoz (sala 9)
Foto 44: Lying Figure in Mirror (Figura tumbada en espejo),1971. Óleo sobre lienzo. Francis Bacon (sala 10)
Foto 45: 14-9, 1989. Acrílico sobre papel y pared. Pello Irazu (sala 10)
Foto 46: Santa Catalina de Alejandría, c. 1650-1660. Óleo sobre lienzo. Francisco de Zurbarán (sala 11)
Foto 47: Mesa, 1979. Óleo sobre lienzo. Isabel Baquedano (sala 11)
Foto 48: A la izquierda, Las torres 1977. Litografía en color sobre papel, de Vieira da Silva; en primer término, El Instituto de los Pasillos Complejos (IdePC), 2021. Técnica mixta, de Charo Garaigorta y a la derecha, Pasaje de los espejos, 1981. Óleo sobre lienzo, de Maria Helena Vieira da Silva (sala 12)
Foto 49: María Ramona de Barbachano, c. 1787-1788. Óleo sobre lienzo y Antonio Adán de Yarza, c. 1787-1788. Óleo sobre lienzo. Francisco de Goya (sala 13)
Foto 50: Los verdaderos motivos de una mirada sentimentalmente feminina, 1993. Papier collé, gouache y carboncillo sobre papel adherido a lienzo. Susana Talayero (sala 13)
Foto 51: Lot y sus hijas, c. 1628. Óleo sobre lienzo. Orazio Gentileschi (sala 14)
Foto 52: Hero y Leandro, 1904. Bronce. Nemesio Mogrobejo (sala 14)
Foto 53: Los intelectuales de mi aldea, c. 1912-1913. Óleo sobre lienzo. Ramón de Zubiaurre (sala 15)
Foto 54: DEAF.city *Bilbao, 2023. 17 video 4K, 18 min. Antoni Abad (sala 15)
Foto 55: Laveuses à Arles (Lavanderas en Arlés), 1888. Cincografía sobre papel Paul Gauguin (sala 16)
Foto 56: Luz prematura-Lendia song, 2021. Madera, tela, escayola y piedra. Elena Aitzkoa (sala 16)
Foto 57: Buey. Acuarela y lápiz sobre papel. Rosa Bonheur (sala 17)
Foto 58: Bosque en La Herrería, 1988. Acuarela y témpera sobre papel de estraza. Marta Cárdenas (sala 17)
Foto 59: La Piedad, c. 1568. Óleo sobre tabla de nogal. Luis de Morales “el Divino” (sala 18)
Foto 60: El homúnculo, 1959. Técnica mixta sobre arpillera. Manuel Millares (sala 18)
Foto 61: Mujer sentada con un niño en brazos, c. 1890. Óleo sobre lienzo. Mary Cassat (sala 19)
Foto 62: Acción vital. Homenaje a nuestros antepasados, 1970. Óleo sobre lienzo. José Antonio Sistiaga (sala 19)
Foto 63: Sin título o Mujer de la langosta, c. 1960-1962. Madera. Alberto (Alberto Sanchez) (sala 20)
Foto 64: Dibujos de la serie “Tuya gigante, tuya occidental”,2018. Acuarela sobre papel. Nadia Barkate (sala 20)
Foto 65: Lucrecia, 1534. Óleo sobre tabla de haya. Lucas Cranach el Viejo (sala 21)
Foto 66: Cabeza-Espiral-Agujero-Puño-Esperma-Nudo, 2008. Bronce y chaquetas de cuero. Ana Laura Aláez
Foto 67: Módulo de membrana translucida del proyecto Trece a Centauro. Distribuidas en cinco salas
Foto 68: En el ala opuesta que componen las otras cinco salas, los módulos están confeccionados en una membrana negra y opaca
Foto 69: Opuestos a las paredes ocupadas por los módulos, un número de dibujos figurativos sobre papel están distribuidos a lo largo de la exposición
José Belló Aliaga