Eduardo Muñoz Martínez.- Decía Santa María Micaela, la fundadora de las Religiosas Adoratrices: «la adoración Eucarística a la que Dios nos llama tiene su riqueza en el Misterio Pascual. Nos lleva a identificarnos con Jesús y a revivir sus sentimientos de alabanza y acción de gracias. Descubrimos su presencia en la historia y, con Él nos comprometemos en la transformación del mundo».
Precisamente, con una hora de adoración al Santísimo Sacramento han finalizado los actos conmemorativos del 85 aniversario de presencia adoratriz en Ciudad Real, capital.
Durante la primera media hora, aproximadamente, el silencio contemplativo, el diálogo y la escucha callada entre cada uno de nosotros y el mismo Jesús, fue intercalado con meditaciones introductorias a ese «clima», pronunciadas por la religiosa adoratriz Antonia Pérez, mientras que en la segunda «parte», los adoradores, y adoradoras, pudieron evocar distintas frases de Santa María Micaela.
La candidez de la luz, la música y las canciones de fondo…, llevaron a lograr un ambiente absolutamente indefinible «humano-divino».
Decir por último que, durante todo el año, cada jueves, guiados por esta congregación religiosa, podemos experimentar la sensación de este íntimo encuentro con Dios Hijo, en la capitalina Parroquia de Santiago.