La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta las planchas de Goya originales

Por José Belló Aliaga

En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) se ha celebrado la rueda de prensa de presentación de las planchas de GOYA originales tal y como las grabó tras la eliminación de la aleación metálica que las recubría, a la que han asistido Tomás Marco, director de la Academia; José Luis García del Busto, secretario general; Víctor Nieto, académico delegado del museo; Juan Bordes, académico de delegado de vaciados y director del proyecto para la conservación de las matrices calcográficas de Goya-eliminación de la protección galvánica-, y la restauradora Silvia Viana. 

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) presenta las planchas de GOYA originales tal y como las grabó tras la eliminación de la aleación metálica que las recubría

Proyecto para la conservación de las matrices calcográficas de Goya (eliminación de la protección galvánica)

Este proyecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dirigido por el académico Juan Bordes, se desarrolla con la asesoría científica de Lucia Ghedin (conservadora de matrices en el Instituto Centrale per la Gráfica de Roma). Para los análisis complementarios cuenta con la colaboración del servicio de restauración del Museo del Prado y los laboratorios SECYR para estudios científicos del Patrimonio de la Universidad Autónoma de Madrid. El proyecto está patrocinado por la Fundación Ibercaja.

Protección galvánica para prolongar la estampación

Las matrices de Goya tuvieron varias ediciones estampadas en los talleres de la Calcografía Nacional, pero en diferentes momentos y con el fin de endurecerlas para prolongar su vida útil, recibieron un baño de acero, de cromo o de níquel. Sin embargo, con el paso del tiempo se observó que los baños galvánicos que recubrían las planchas de cobre presentaban pérdidas de la cobertura metálica. Favorecido por la humedad ambiental, se ha producido un lento proceso de deterioro que, en algunos casos, ha comenzado a dañar el cobre original. Para evitar esta situación se iniciaron los estudios y trabajos que han culminado en el Proyecto para la conservación de las matrices calcográficas de Goya.

La decisión de realizar esta protección se hace constar en el Pleno de la Academia del 5 de diciembre de 1864. En ese acta se habla de la conveniencia de acerar las planchas de la Calcografía con “un procedimiento recientemente inventado” y con el que algunos académicos habían estado ensayando. Con la “utilidad de esta preparación que pone a las láminas en estado de resistir una estampación numerosa que no podría sufrir el cobre en su estado natural de blandura”. El grabador Federico Navarrete fue el encargado de acerar las láminas de los Caprichos entre abril de 1872 y junio de 1875.

En la Comisión de Administración de la Academia fechada el 11 de diciembre de 1875, se estudiaba el presupuesto presentado para el acerado de las planchas de los Desastres de guerra y los Proverbios. Se desestimó en ese momento porque “este gasto es superior a los medios de que dispone y no guarda relación con lo que produce la venta de dichas obras”. Sin embargo, en la Comisión de Administración del 29 de enero de 1880, Domingo Martínez daba cuenta del mal estado en que se encontraban las planchas de estas dos series “las cuales están inservibles para una nueva estampación y cree de absoluta necesidad acerarlas antes de que se estampe un nuevo ejemplar”. Se propuso pedir al sr. Martínez un presupuesto “que podrá tener la aceración de dichas planchas, para en su vista resolver lo conveniente”. En la Comisión de Administración del 19 junio, se presentó el presupuesto: acerar los Desastres costaría 750 pesetas y los Proverbios 360 pesetas. En la Comisión de 14 de octubre dicho presupuesto fue aprobado.

Las láminas de la Tauromaquia fueron cromadas en la Casa de la Moneda de Madrid entre 1981 y 1982. Se da cuenta de la carta enviada por la Casa de la Moneda para hacerse cargo del cromado de las planchas en la Junta ordinaria de 15 de junio de 1981.

Ejecución del proyecto

El objetivo de los trabajos es detener lesiones que se han observado en los últimos años. Se trata de corrosión provocada por la formación del “efecto pila” entre el cobre de la matriz y las capas metálicas superpuestas, lo que se produce de forma natural favorecido por la humedad ambiental. Este efecto es más pronunciado en los acerados y niquelados, mientras que por el momento son más estables los recubrimientos de cromo.

En julio de 2021 se celebró en Madrid una jornada científica sobre este proyecto de restauración, en la que participaron especialistas españoles e italianos, partiendo de la experiencia adquirida por el Istituto Centrale per la Gráfica de Roma en la restauración de las matrices de las series grabadas por J. B. Piranesi, que conserva esta institución. De las deliberaciones de esa jornada se desprendió la conveniencia de la restauración de las matrices de las series grabadas de Goya, lo que además permitirá contemplarlas tal y como fueron originalmente grabadas.

80 planchas calcográficas de Los Caprichos

El 2 de enero de 2023 se iniciaron los procesos sobre la colección de 80 planchas calcográficas de Los Caprichos. Previo a las intervenciones, las obras fueron analizadas por Laura Alba restauradora del Museo Nacional del Prado, mediante un equipo de fluorescencia de RX, con el objetivo de determinar los elementos que componen las capas metálicas de los recubrimientos, tomándose cuatro mediciones por plancha, dos en el anverso y dos en el reverso.

La restauradora Silvia Viana ha sido la encargada de ejecutar y poner en práctica el método refrendado por Lucia Ghedin durante más de diez años de práctica. La conservadora italiana transmitió su procedimiento durante una semana de instrucciones impartidas en el laboratorio de la Academia, actuando sobre las primeras matrices. Para estas demostraciones se comenzó por las dos planchas que presentaban mayores daños.

El proceso inicial, consistió en documentar los depósitos de las superficies mediante microscopio digital con aumento de 50X/ a 1000X, generándose documentación gráfica en la que se observan los depósitos de tintas, barnices y capas de protección y focos de alteración de los metales, tanto de la plancha de cobre como de los diferentes recubrimientos.

Previo al tratamiento de desacerado, se realiza una eliminación de elementos depositados en las superficies como barnices protectores, Paraloid y tintas antiguas cristalizadas. Una vez eliminadas las capas electrolíticas se realiza un tratamiento de inhibición del cobre y la protección de las planchas con un barniz reversible y estable.

Antes de iniciarse el proceso y una vez finalizado, las planchas son fotografiadas con un escáner aéreo de alta definición. También se realizan fotografías macroscópicas de lesiones y detalles que ayudan a documentar los trabajos de conservación.

Según el informe presentado por la restauradora Silvia Viana, el tratamiento de cada plancha tiene una duración diferente, pues depende del espesor de los recubrimientos y el desgaste de los mismos, ya que no son lineales pues se observan densidades diferentes en la misma plancha.

Dos tipos de acerado

Se distinguen dos tipos de acerado, en el primero se observa la utilización de una ventosa circular para soportar la matriz durante el proceso galvánico y que, por el gran espesor de su protección, presentan una reacción muy lenta a las soluciones. El segundo tipo se distingue por la aplicación de soldadura de estaño para la sujeción de las planchas durante el proceso electrolítico. Este tipo es el que realizó Federico Navarrete en 1872 y aparece documentado en las Actas de la Comisión. La disolución de este tipo de acerado es más rápida que el primer tipo.

Durante el proceso se han tomado muestras de los baños utilizados para la eliminación de los recubrimientos, para ser analizadas en los laboratorios SECYR de la Universidad Autónoma de Madrid. El objetivo de estos análisis es controlar y conocer el proceso químico que explique cómo se produce la eliminación de las protecciones de las matrices.

Con estos datos, y a petición de Lucia Ghedin quien tan gentilmente ha puesto sus conocimientos a nuestro servicio, complementaríamos el proceso definido durante su larga experimentación en Roma.

La colección de matrices originales de Goya en la calcografía nacional

En el importante conjunto de matrices de la colección conservada por la Calcografía, que reconstruye la historia del grabado español, destacan las 228 planchas grabadas por Francisco de Goya, que se han incorporado a la institución en diferentes etapas.

Las primeras matrices de Goya fueron compradas directamente al autor en la última década del siglo XVIII, y son las trece láminas de las Pinturas de Velázquez, junto con las matrices del Agarrotado y San Francisco de Paula. Años más tarde, en 1803, ingresaron por Real Orden, los ochenta cobres de la serie los Caprichos, cedidos por Goya al Monarca a cambio de una pensión a favor de su hijo. Las siguientes series llegaron a la Calcografía bastantes años después, ya que no fue hasta 1862 cuando la Academia adquirió las ochenta láminas de los Desastres de la guerra –cuatro de ellas grabadas al dorso de dos paisajes– y dieciocho de los Disparates, que habían quedado en la Quinta del Sordo a la salida de Goya hacia Francia. La serie de los Desastres se completó con la donación de Paul Lefort a la Academia, en 1870, de las láminas 81 y 82 de esta serie. Más tardía fue la incorporación a los fondos de la Calcografía de las treinta y tres láminas de la Tauromaquia, siete de ellas grabadas también en anverso y reverso. Los cobres fueron adquiridos en 1920 por el Círculo de Bellas Artes, quien los depositó en la Calcografía Nacional en 1936, y que fueron comprados definitivamente por la Academia en 1979.

Los Caprichos representan el final del Antiguo Régimen y el nacimiento del pensamiento liberal burgués. La serie está concebida como una sátira encaminada a combatir los vicios de los hombres y los absurdos de la conducta humana. Goya hace una crítica que abarca todos los sectores sociales, nada ni nadie escapa a su incisiva mirada.

Los Desastres de la guerra de Goya son un alegato en contra de la guerra y la violencia en sus diferentes formas. Sus imágenes constituyen una meditación de carácter universal sobre la guerra, siendo la muerte el tema constante en todas sus formas y circunstancias.

Con la Tauromaquia, Goya se apartó del modelo tópico de la fiesta de los toros, creando unas imágenes desconcertantes con un lenguaje de violenta intensidad. El propósito original de Goya era presentar el momento de violencia máxima entre dos seres cuyo único destino posible es la muerte.

La serie de los Disparates es la más compleja de todas sus series gráficas. Su carácter inconcluso, la inexistencia de leyendas explicativas, la ausencia de portada, la incomprensión de algunos de los títulos que aparecen en las pruebas de estado, la nula referencia a estas estampas en las fuentes de la época y su caprichosa ordenación, son algunos de los factores que la convierten en una de las más enigmáticas de la producción de Goya.

A día de hoy el conjunto de planchas terminadas son 101. De las cuales 17 corresponden a los Disparates, 60 de los Caprichos, 20 de los Desastres, Velázquez y otros.

José Belló Aliaga

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