La Unidad Docente de Atención Familiar y Comunitaria y la Unidad Docente Hospitalaria de la Gerencia de Alcázar de San Juan han organizado una evaluación clínica objetiva y estructurada (ECOE) para 57 residentes: médicos (MIR), de todas las especialidades; enfermeros (EIR), de Salud Mental, Matrona y Atención Familiar; farmacéuticos (FIR) y psicólogos (PIR).
La evaluación ECOE consiste en una prueba cronometrada y estructurada como un circuito de estaciones que recrean escenarios clínicos, con tareas específicas que permiten analizar las competencias clínicas de los residentes.
En total, han sido seis estaciones en la que se han evaluado diferentes competencias, tales como anamnesis (exploración clínica que se ejecuta mediante el interrogatorio), habilidades técnicas, comunicación, manejo diagnóstico y terapéutico.
La doctora Isabel Tornero, técnico de Salud de la Unidad Docente Multidisciplinar de Atención Familiar y Comunitaria, explica que la finalidad, más que evaluar, “es que los residentes puedan aprender de sus errores y potenciar sus habilidades en un entorno lo más parecido a la realidad”. Razón por la cual, los participantes desconocían que cualidades se iban a evaluar antes de comenzar cada prueba.
Cada estación ha contado con un tiempo de 15 minutos y han sido: investigación, comunicar malas noticias, reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, urgencias, suturas y ajuste de la medicación para ingreso en planta de un paciente.
La doctora Tornero asegura que “los casos clínicos que han tenido que resolver los residentes han sido transversales y adaptados a algunas especialidades concretas”.
En definitiva, la ECOE es una herramienta que proporciona una buena experiencia de aprendizaje al residente, no en vano el 100 por cien de los MIR y EIR que participaron en esta prueba recomiendan su utilización y el 95 por ciento la ha valorado de forma muy satisfactoria.
“Un profesional competente es aquel que usa de modo habitual y sensato los conocimientos, habilidades técnicas y de comunicación, el razonamiento clínico, las emociones, los valores y la reflexión de la práctica diaria para el beneficio del paciente y de la comunidad a la que sirve”, concluye la doctora Tornero.