Mª Ángeles Rodríguez Domenech, profesora del departamento de Geografía de la UCLM.- La preocupación de los geógrafos por aspectos relacionados con los sistemas y los resultados electorales se remonta a las primeras décadas del siglo presente y tiene como pioneros a André Siegfried (1913) y a Carl Sauer (1935), aunque su máximo desarrollo tiene lugar con la Geografía Cuantitativa a principios de los años sesenta, cuando la tecnología permite el manejo de una gran cantidad de datos, como los que generan las elecciones y se multiplican los estudios sobre esta materia.
Los estudios sobre comportamiento electoral[1] se ha centrado en tres grandes temas: el análisis de los sistemas electorales; los marcos espaciales en los que se producen las consultas electorales; y el análisis de los resultados electorales en relación a los factores de índole socioeconómico que pueden condicionar el voto (Puyol, 1986).
Nuestra hipótesis de partida es que tanto en las elecciones de 1979, como en las de 2007 se dan una coyuntura que hace muy interesante su análisis, puesto que en ambas pesa más la carga ideológica que la personalista, tan condicionante en las elecciones municipales. En las primeras (1979) el no personalismo, tenía su origen en que era la primera vez que se producían después de un largo período de dictadura, y por lo tanto los candidatos no eran conocidos. En las segundas (2007) se vuelve a repetir el fenómeno, pero esta vez el motivo es distinto: Los partidos concurrentes apuestan por nuevos candidatos y, por tanto, también desconocidos, después de un largo período del mandato continuado de una misma persona. Esta hipótesis, desde nuestro punto de vista, queda confirmada por el hecho de que los resultados de las elecciones nacionales (que suelen ser más ideológicas) de 2008 son prácticamente los mismos que en las elecciones municipales de 2007 (Anexo nº 49).
Por este motivo, se planteará, primero, una visión de conjunto de cada uno de los procesos electorales de la ciudad, destacando en ellos sus principales características; y después, se concretarán esos procesos en las diferentes zonas de la ciudad.
El análisis lo haremos desde la clásica división ideológica izquierda y derecha, tratando de detectar tanto la consolidación y afianzamiento de una determinada tendencia en las distintas zonas, como los cambios de tendencia que se han producido en otras áreas de la ciudad, vistos en relación con el perfil poblacional de cada una de ellas. Los hitos cronológicos del estudio van a ser las primeras elecciones municipales democráticas (1979) y las últimas celebradas en mayo de 2007, fechas ambas que coinciden, básicamente, con los límites temporales de nuestro estudio.
El comportamiento electoral de la población en Ciudad Real entre 1979 y 2007
Las elecciones municipales o locales, en general, tiene un ciclo propio porque son bastante independientes del resto de procesos electorales (generales, autonómicos y europeas) debido, sobre todo, a la influencia de los liderazgos personales locales, que dan lugar a unos resultados diferentes de los de otro tipo de elecciones. Sin embargo, no podemos perder de vista que este proceso municipal está inserto en el contexto marcado por las elecciones generales y vinculadas a la dinámica de cada Comunidad Autónoma. Como ejemplo de esta interrelación y del papel de los liderazgos personales nos puede servir la propia capital de Ciudad Real, en la que, de una parte, prácticamente en todas las elecciones locales ha ganado un partido distinto del de su Comunidad Autónoma; y, de otra, un líder local, D. Lorenzo Sélas Céspedes, que ganó las elecciones con distintas y hasta opuestas siglas políticas.
Dentro de los procesos electorales municipales es necesario distinguir aquellos que se celebraron antes de constituirse las Comunidades Autónomas, que tan solo afecta a las elecciones de 1979 y que dan lugar al primer período de mandato local (1979-1983); y, aquellos otros, que tienen lugar una vez que se han institucionalizado las diecisiete Comunidades Autónomas y que afecta a las elecciones locales celebradas a partir de 1983, coincidiendo en el tiempo con las autonómicas[2]. De esta organización se exceptúan el País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía que tienen un régimen diferente por haber accedido a la autonomía a tenor de lo dispuesto en el artículo 143 de la Constitución (Márquez, 2003).
La participación en las elecciones municipales de Ciudad Real, entre 1979 y 2007 (Cuadro 6.41), registra un promedio del 64,03 %, mientras que en el del conjunto del Estado ha sido de un 66,3%. No obstante, esta diferencia, de apenas dos puntos, no ha sido constante a lo largo del período. Así, en los primeros comicios municipales, los celebrados en 1979, la participación en Ciudad Real fue del 57,8% debido a que no se despertó el entusiasmo que esperaban las distintas fuerzas políticas. En las de 1983 estuvo muy presente el reciente efecto movilizador que habían supuesto las elecciones generales de 1982, donde la participación alcanzó el 61,7 %. En las siguientes, las de 1987, al celebrarse simultáneamente con las elecciones a los trece Parlamentos Autonómicos “no históricos” y las primeras elecciones al Parlamento Europeo, despertó un mayor interés en los españoles actuando esta confluencia de procesos como elemento motivador[3], lo que se tradujo en una de las mayores participaciones registradas tanto en España, como en Ciudad Real, alcanzando la cifra de 69,1% y el 67,7%, respectivamente.
Las elecciones municipales convocadas cuatro años más tarde, en mayo de 1991, tuvieron una participación seis puntos menor en el ámbito nacional (62,8%) y 11 en el local (56,5 %). La movilización de las elecciones municipales de 1995 cambiaron la tendencia de 1991, equiparándose a los índices de 1987, con el 69,7% en el territorio nacional y el 71,1% en Ciudad Real, máximo histórico en nuestra ciudad (López y Delgado, 1994: 251). A partir de esa fecha, sin embargo, ha disminuido progresivamente la participación electoral, hasta llegar al 64,7 % de las últimas elecciones municipales en el 2007.
En una primera aproximación a la evolución de la participación/abstención electoral se detecta el hecho de que hay una correlación entre la mayor participación y los cambios políticos en el gobierno municipal. Es decir, los años en los que hay mayor participación coinciden con los que se produce un cambio de gobierno. Así, en 1987, la participación llega al 67,3% y la Unión de Centro Democrático (UCD) da paso a la Agrupación Independiente de Ciudad Real (AICR); y en 1995, se vuelve a producir algo semejante, con una participación del 71,1% se pasa del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al del Partido Popular (PP).
No obstante, en esta tendencia hay una excepción: la de las elecciones de 1991, en las que el cambio político desde la Agrupación Independiente de Ciudad Real (AICR) al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) vino no tanto por una mayor participación sino por una considerable abstención, que alcanzó el máximo histórico de la ciudad (43,5%), superior incluso al de las primeras elecciones democráticas; y por la coalición de partidos del mismo corte ideológico (PSOE e IU). En la evolución ideológica local podemos distinguir varias etapas (Cuadro 6.42):
- Entre 1979 y 1989 predominio de los gobiernos de centro-derecha, con tres etapas diferenciadas que coinciden con las dos primeras legislaturas y la mitad de la siguiente. En la primera etapa, entre 1979 y 1983, el partido mayoritario en Ciudad Real fue la Unión de Centro Democrático (UCD), que obtuvo el 45,8% de los 18.744 votos válidos, sin alcanzar la mayoría absoluta y coincidiendo con la misma posición que este partido ostentaba en el Estado. La distribución de los 20 escaños que componía la Corporación municipal fue: la UCD tuvo nueve concejales; el PSOE ocho; los Independientes dos concejales, y el Partido Comunista de España (PCE) un concejal, ostentando la alcaldía D. Lorenzo Sélas Céspedes, número uno de la UCD.
En la segunda etapa, que coincide con la legislatura 1983-1987, no se produce ningún cambio significativo desde el punto de vista ideológico, pues aunque surge un nuevo partido político, el Partido Demócrata Popular (PDP), que está formado por antiguos militantes de la UCD, forma coalición para dichas elecciones con Alianza Popular (AP) y obtienen mayoría absoluta (55,12 %), teniendo como candidato a la alcaldía al mismo que había encabezado las listas de la UCD en las elecciones de 1979, es decir, D. Lorenzo Sélas Céspedes.
En la tercera y última etapa, trascurre entre1987 y 1989, año en que tienen lugar las elecciones legislativas y, aunque formalmente este proceso no debía afectar a la composición política del Ayuntamiento surgida dos años antes, el alcalde, entonces independiente, forma parte de las listas al Senado del PSOE, por lo que resulta que el alcalde en el Ayuntamiento es independiente y en el Senado forma parte del grupo parlamentario socialista. De aquí que consideremos ese año de 1989 un hito en la dinámica política del Ayuntamiento, aunque esté a mitad de una legislatura y no se produzca formalmente ningún cambio en la adscripción de concejales y en la denominación de los grupos políticos municipales.
Así pues, en los dos primeros años de la legislatura (1987-1989), como resultado del proceso electoral de 1987, se mantiene la misma tendencia ideológica que se venía dando en legislaturas anteriores, aunque con predominio del grupo independiente (AICR), pues en ellas se da un cambio de grupo pero no de tendencia, ya que la AICR obtiene la mayoría absoluta con el mismo alcalde que lo fue con la UCD y con el PDP/AP, es decir, con D. Lorenzo Sélas Céspedes.
- De 1989 a 1995 predominio de los gobiernos de izquierdas. En este período se pueden distinguir dos etapas:
La primera etapa de 1989 a 1991 con las características que acabamos de señalar. La segunda etapa que se corresponde con la legislatura 1991-1995 en la que gobierna el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aliado con Izquierda Unida (IU). En 1991 el PSOE, llevando como candidato al alcalde de las legislaturas anteriores (D. Lorenzo Sélas Céspedes), obtiene la posición mayoritaria, con el 42, 6% de los votos pero insuficiente para formar gobierno, por lo que formaliza un pacto con IU. Vemos, pues, como el cambio de tendencia no supuso un cambio en la alcaldía, en la que permanecerá el señor Sélas hasta 1993, año en el que la traspasa a D. Nicolás Clavero Romero, concejal del PSOE, que la ostenta hasta 1995.
El caso de D. Lorenzo Sélas Céspedes, que permanece en el poder desde las primeras elecciones de 1979 hasta 1993, pone de manifiesto el fuerte personalismo que marca toda elección municipal.
- Desde 1995 a 2007 nuevo predominio de los gobiernos de derecha. A partir de las elecciones de 1995 la mayoría del Partido Popular (PP) es clara en Ciudad Real habiendo gobernado con mayoría absoluta estas últimas cuatro legislaturas, aunque con una tendencia progresiva al descenso (en 1995 obtuvo el 57,58 % y en 2003 el 45,38 %), excepto en las últimas elecciones de 2007 donde lo ha remontado (50,3 %). En estas cuatro legislaturas la Alcaldía ha sido ostentada, durante las tres primeras, D. Francisco Gil-Ortega Rincón, y en la última Dª Rosa Romero Sánchez.
En esta evolución de las tendencias políticas de Ciudad Real se pueden detectar algunas de las líneas que guiaron las orientaciones de los ciudadanos en las elecciones municipales, aun conociendo que esta complicada “galaxia local” conlleva dificultades analíticas, teóricas e incluso terminológicas (Botella, 1992:145-150). Los rasgos mas destacados, desde nuestro punto de vista, son:
- La existencia de liderazgos locales. En Ciudad Real se ha producido en dos ocasiones la permanencia continuada, en al menos tres legislaturas, de la misma persona al frente de la alcaldía: D. Lorenzo Sélas (1979-1993) y D. Francisco Gil-Ortega Rincón (1995-2007) evidenciando que la personalización es una de las señas de identidad de las elecciones locales, si bien existe una diferencia notoria en estos dos casos: el primero gana las elecciones con distintos partidos (UCD, AP-PDP y PSOE) y es, por tanto, su liderazgo personal el que se impone; mientras que en el segundo lo hace siempre bajo el mismo partido político, y esa posible atracción personal queda diluida en la del partido (Cuadro 6.43).
- La movilidad electoral de la política municipal está relacionada con la volatilidad política de las autoridades locales. Es decir, los cambios políticos municipales no siempre se deben a cambios de tendencia política de los votantes, sino a los cambios ideológicos de los líderes locales cuando los hay y que, en el caso de Ciudad Real, se debe a un fenómeno de elección de nuevo partido político ante la extinción del propio -se extingue la AICR, de carácter local, ante la nominación como candidato al senado por el PSOE de su líder en 1989 quien en las elecciones de 1991 encabeza la lista municipal del mismo partido-. Esto significa que la personalización de la política local tiene su incidencia en la manifestación de un cierto voto dual diferenciado entre el comportamiento electoral de los votantes en los procesos locales y en los legislativos, ya sean generales o autonómicas.
- Tendencia, desde el punto de vista ideológico, a la nacionalización o estatalización de la política local en aquellas escalas donde no hay sentimiento nacionalista (Alba y Vanaclocha, 1997: 278), entendida como “el predomino creciente que adquieren en las elecciones locales los principales partidos de ámbito nacional”. Es decir, que son los partidos de ámbito nacional los que acaban imponiéndose en la política local en detrimento de otras formaciones de carácter local, provincial o regional. En el caso de Ciudad Real los partidos que han detentado el poder municipal han sido siempre partidos nacionales (la UCD, AP/PP y PSOE), mientras que aquellos que no han tenido este carácter -Partido Unitario Regionalista (PUR); Partido Regional Manchego (PRM); Unidad Castellana (UDCA); Independientes por Ciudad Real (ICR)- no han obtenido ninguna representación en la corporación porque no han llegado al 5% del censo que exige la Ley Electoral.
No podemos concluir este apartado sin hacer referencia a las aportaciones que se hicieron o percibieron en la ciudad en cada mandato electoral, en muchas ocasiones no tanto por la actuación concreta de cada uno de sus alcaldes, sino por la confluencia de factores externos que repercutieron y repercuten de manera directa en la ciudad:
- En el período en el que la alcaldía fue ocupada por D. Lorenzo Sélas (1979-1993), la ciudad tuvo importantes y significativos cambios, destacando el fortalecimiento de la capitalidad de nuestra ciudad en toda su provincia por la llegada del AVE, la instalación del campus universitario y del Rectorado (rehabilitando el antiguo Hospital de la Misericordia que es el edificio más antiguo de la ciudad), y un fortalecimiento añadido por la recuperación de fiestas como el Carnaval y la Pandorga. Concretamente, en la primera de ellas coincidiendo con el Domingo de Piñata nuestra ciudad hace de anfitriona de las comparsas de los distintos pueblos de la provincia, para el tradicional desfile de carrozas que puede considerarse una muestra del reforzamiento de la capitalidad. En este período, debido a los novedosos factores dinamizadores de la ciudad se da una gran preocupación por el planeamiento y se redactan dos Planes Generales, el de 1978 y el de 1988, se reforman espacios emblemáticos de la ciudad, como la Plaza Mayor (1988), la Puerta de Toledo, o el Gran Casino; se gana espacio intraronda derribando el antiguo convento de los claretianos (cuya puerta actual se encuentra en la Ronda, donde estuvo la Puerta de Santa María), se construye el Teatro Municipal el Quijano…
- En los dos años en los que D. Nicolás Clavero sustituyó a Lorenzo Sélas (1993-1995), se abordaron aspectos relacionados con la administración económica, el planeamiento, el tráfico regulado por rotondas, como el embellecimiento del interior de la ciudad, la peatonalización de las calles centrales, plazas como la de San Francisco, pues se llenaron las calles de la ciudad de árboles, cuyo ramaje oculta la escasa homogeneidad de su morfología…
- Entre 1995 y 2007, la ciudad, con la alcaldía de D. Francisco Gil-Ortega, se ha caracterizado por el crecimiento y dotación de servicios, que refuerzan el peso de Ciudad Real, no sólo en su provincia, sino también en su región e incluso en la escala nacional. Este período se diferencia, desde nuestro punto de vista, por un lado, por el crecimiento urbano, traspasando la Ronda, ubicando importantes elementos dinamizadores como el Hospital Provincial, los juzgados o el conservatorio… o los cambios ocurridos en el interior de la ciudad, donde importantes rehabilitaciones han dinamizado espacios poco rentabilizados tales, como el Museo López Villaseñor, o del antiguo convento de los Mercedarios que se usa en la actualidad como museo para la ciudad (Museo del IV Centenario del Quijote). La preocupación medioambiental se ha mantenido al igual que en el período anterior, y se han mejorado los parques, como el de Gasset, que ha aumentado su superficie; se han creado nuevas zonas de esparcimiento, como la vía verde; y se han construido nuevas áreas deportivas o se han mejorado las existentes.
Por otro lado, este período se ha caracterizado por el intento de dotar de personalidad a esta ciudad, con actuaciones como: la creación de un museo dedicado a la figura del Quijote; la construcción de la emblemática escultura del Quijote Azteca en una de las rotondas de entrada de la ciudad; la creación del un pabellón deportivo de dimensiones europeas, debido a que el equipo de Balonmano de la ciudad ha ganado en varias ocasiones la liga internacional y ha albergado algunos encuentros europeos.
Este auge de la ciudad ha sido reforzado por los Proyectos de Singular Interés que se han desarrollado dentro de este municipio (el Reino de Don Quijote y el Aeropuerto Central). Todo ello se ha producido bajo un único Plan General, elaborado en 1997, que enseguida quedó obsoleto por la promulgación de una nueva legislación autonómica (LOTAU), a la espera de un nuevo Plan. Además, en los últimos años, se ha elaborado un Plan Estratégico para la ciudad, lo que indica la preocupación del Ayuntamiento por sacar mayor beneficio a todos los acontecimientos acaecidos en nuestra ciudad.
- En las municipales del 2007 accede a la alcaldía Dª Rosa Romero, del PP, y, aunque no ha transcurrido tiempo suficiente para enjuiciar su mandato se puede apreciar una gran preocupación por solucionar los problemas del tráfico rodado, que lo ha planteado con la construcción de numerosas rotondas o con el embellecimiento y remodelación de las existentes hasta el punto que, con Canosa y García (2009: 255), se puede calificar a su actuación de rotonditis, si bien, es cierto que los aspectos más criticados por estos autores (utilización de esculturas de gran tamaño en su centro que dificultan la visibilidad o la implantación de obras de dudoso arte…) no se dan en nuestra ciudad. Por otra parte, la construcción de este tipo de solución viaria la inició, como se ha dicho antes con el alcalde Clavero y la continuó Gil-Ortega.
Otras novedades de su actuación son la elaboración del POM y del Plan Estratégico, que están en fase de tramitación; la organización de la gestión municipal en “áreas”; y la remodelación de los accesos a la ciudad. Entre las primeras cabe destacar las áreas de sostenibilidad y movilidad con las que se pretende atender, de forma integral, estos servicios coordinando las diferentes concejalías. Entre estas actuaciones la continuación del soterramiento de los envases de recogida de basura, la ordenanza de movilidad y la nueva vía verde del camino de Moledores que une el campus universitario con la Atalaya. En las actuaciones referidas al acceso de la ciudad, destacamos la mejora del entorno del AVE y la reordenación de la Puerta de Toledo, quedando pendiente los proyectos como el Palacio de Congresos y el Teatro Auditorio.
Esta ciudad está sumida en un momento de fuerte crecimiento, tanto poblacional como de funciones, y la labor de la siguiente alcaldía, desde nuestro punto de vista, es no caer en un crecimiento de la ciudad no planificado, para lo que es necesario tener un modelo claro de ciudad, no dejándose atropellar por actuaciones impuestas por agentes externos.
La espacialización de los cambios ideológicos desde las primeras elecciones democráticas
En el análisis de los cambios ideológicos que han tenido lugar en las distintas zonas o distritos electorales de la ciudad y su relación con el nivel cultural, la actividad profesional y el lugar de procedencia de sus habitantes, hemos entendido que nuestro estudio zonal de las tendencias ideológicas debía tener las siguientes características: a) Comparar dos procesos electorales suficientemente separados entre si, como para que los posibles sesgos coyunturales de cambio político tuviesen la mínima incidencia; b) Buscar aquellos procesos en los que no se hubiese dado el personalismo o el liderazgo personal político; c) Hacer un análisis no en función de partidos, sino de bloques ideológicos, optando por agruparlos en los tradicionales de izquierda y derecha[4]; y d) Utilizar como referente demográfico, los Padrones Municipales más próximos a los procesos electorales.
Desde nuestro punto de vista reúnen estas características las elecciones de 1979 y las del 2007 aunque la distancia temporal (28 años) que las separan presenta la dificultad de que el número, extensión y población de las secciones no coinciden, unas por subdivisión como efecto del crecimiento poblacional y del espacio urbano, y otras, por nueva creación. Esta situación nos ha llevado a optar por comparar zonas urbanas, cuando no se ha podido recurrir a las secciones. En consonancia con esta elección se utilizaran como referentes los padrones Municipales de 1975 y 2006.
Las principales diferencias en cuanto a comportamiento electoral entre ambos procesos son los siguientes (Anexo nº 50).
- En 1979, el voto a la izquierda obtuvo mayoría en once de las treinta seis secciones que existían en la ciudad, es decir, un tercio de las mismas, con la particularidad de que prácticamente todas las secciones se situaban fuera de la Ronda. En el espacio intraronda, los electores de izquierdas se situaban en:
- El área norte de la ciudad, en torno a la calle Pedrera Baja dónde se ubicaban la barriada del Padre Ayala, o lo bloques de protección oficial de la Obra Sindical del Hogar, construidos en el entorno de la Plaza de Toros[5].
- El lado este de la calle Calatrava, desde la calle Corazón de María-Conde de la Cañada hasta la Ronda, dónde se había construido un gran número de bloques en la década de los setenta.
- El sur de la ciudad, a ambos lados de la calle Ciruela[6], y en el Torreón del Alcázar.
En estas secciones de predominio de la ideología de izquierdas, más del 90% de la población no poseía estudios básicos, y en su mayoría se dedicaban a actividades manuales[7], como la construcción y la mecánica, o al comercio e industria, y en menor medida a funciones administrativas. La procedencia mayoritaria de la población inmigrante de estas secciones era de Badajoz y Miguelturra (Pillet, 1984: 547).
- El electorado de la derecha (que hemos representado unido al centro), no obtiene en ninguna sección la mayoría simple, por lo que el predominio político por sección corresponderá, en unos casos, al centro y en otros a la izquierda (Pillet: 1981: 1209)[8]. La opción centro-derecha se sitúa, principalmente, dentro del casco histórico de la ciudad mientras que fuera de Rondas solo en el barrio de Ciudad Jardín y en los tres anejos: La Poblachuela, Las Casas y Valverde (Figura 6.46). Dentro de la Ronda podemos distinguir dos zonas:
- En la parte norte, en torno del cuartel de Artillería y del de la Guardia Civil.
- En el área comprendida entre el norte y el suroeste de la ciudad, es decir, a las zonas del centro urbano histórico, en aquellas secciones que se localizan a ambos lados de la calle Toledo, Alfonso X el Sabio, Postas y Avda. de los Mártires, recogiendo en su recorrido las Plazas del Generalísimo (hoy Plaza Mayor) y del Pilar.
Entre las profesiones que aparecen en este conjunto, a excepción de los anejos que son agrarios, destacan los profesionales, empresarios de industria y comercio, y los funcionarios administrativos; respecto al nivel cultural, se puede afirmar que más del 10% de la población que habita estas secciones tienen estudios superiores. Es predominante la presencia de personas procedentes de Madrid, que le dan un evidente sentido burocrático (Pillet, 1981: 1211)[9].
- Las elecciones del 2007 han supuesto una mayoría absoluta para la derecha, resultado que se refleja en el hecho de que ha ganado en el 77,2 % de las secciones que hay, es decir en 34 de las 44 (Anexo nº 51). El espacio urbano con esta tendencia ideológica es muy amplio y comprende toda la zona dentro de la Ronda y prácticamente toda la periferia, a excepción de tres zonas, por lo que la diversidad poblacional de este electorado de derechas es muy heterogénea (Figura 6.47). Las tres zonas que aglutinan el voto de la izquierda se ubican en:
- [10]. Es un área de gran crecimiento donde ha tenido lugar una fuerte revalorización de la vivienda debido a la proximidad de la Puerta de Toledo, a su calidad medioambiental con el parque Antonio Gascón, junto al cementerio, y al hecho de encontrarse en la entrada norte de la ciudad. La población que vive allí tiene un nivel de estudios medio y un escaso porcentaje de inmigración (inferior al 5% de su población).
- Por último, la zona sureste, dónde se encuentran otras tres secciones tradicionalmente de izquierdas (I-5, IV-10 y IV-11) y que se corresponden con el área donde se construyó la primera generación de barrios obreros extraronda de la ciudad (barrio del Pilar o de Jacobo Roldan, de los Ángeles y de Oriente). Estas zonas culturalmente tienen valores similares a los de Pío XII, y aglutinan a una mayor población inmigrante (entre un 5 y un 8%), además se trata de zonas envejecidas, con una pirámide estacionaria.
Uno de los cambios más significativos, desde el punto de vista espacial, aunque desde el punto de vista poblacional sea poco representativo, es lo ocurrido en los anejos, que en la primeras elecciones eran los tres votantes de la derecha y, en el 2007, dos de ellos (Las Casas y Valverde) han cambiado de signo político, cambio, que en nuestra opinión, se ha debido a las transformaciones ocurridas en su actividad profesional, donde se da un menor grado de ruralización. Mientras que en el otro anejo (la Poblachuela), han sido los cambios de uso del suelo los que pueden explicar su fidelidad ideológica porque es el anejo que ha sufrido mayor transformación en cuanto a uso y población, al haber dejado de ser rural para convertirse en la nueva zona de expansión de chalets de alto standing, usados como primera residencia.
- En función de los cambios ideológicos sufridos por secciones, diferenciaremos entre:
- Secciones que han mantenido el mismo voto entre 1979 y 2007, las que lo han mantenido en la derecha son: en el distrito I (I.1,2, 3, 6 y 7); en el distrito II (II.1, 2,3, 4, 9, 10, 12,13,16,17,19 y 21); en el distrito III (III.1, 2, 4, y 5); en el distrito IV (IV.1,2,3,4,7,8,12 y 13) y en el distrito V, la Poblachuela, y las secciones que han permanecido con la ideología de izquierdas: II.5, 18, 20, la IV.10 y 11. Esta clasificación, sin embargo, esconde un aspecto que nos gustaría resaltar, y es que, en todas estas secciones que no han cambiado su dirección de voto, unas han experimentado un descenso en la ideología dominante que son la mayoría y otras en las que ha tenido lugar un aumento del mismo.
- Las secciones que han variado de una a otra tendencia. Distinguiendo entre las que ha pasado de izquierda a derecha: la II.6, 8, 11.4, III.3, IV.5, 6 y 9; y las que han pasado de derecha a izquierda que han sido: II.7 y 15, Valverde y las Casas.
A modo de conclusión, podemos afirmar que los cambios ocurridos en Ciudad Real, entre 1979 y 2007, se ha pasado de un personalismo electoral a un comportamiento electoral más ideológico, denominado como “nueva cultura política”. Caracterizado por los cambios en el sistema de valores y de comportamiento electoral, cuya nota más destacada es la disminución del voto de clase, como se ha visto en las últimas elecciones, en cuyo análisis por secciones no hemos podido determinar unas características socio-profesionales homogéneas en la intención de voto, fenómeno que se viene manifestando en la mayoría de los ciudadanos de las democracias post-industriales (Rojo et al, 2007: 143-145).
[1] Los estudios sobre comportamiento electoral han sido tratados con diversos enfoques y metodologías que, básicamente, han sido los siguientes: a) sobre su relación y papel dentro de la geografía política (Sánchez, 1992: 156); b) centrado en las consecuencias territoriales de los procesos electorales (López Trigal et al, 1999: 196-203); c) tratando de explicar la distribución espacial y temporal del voto e identificar las áreas de voto preferente (Bustedd, 1975); d) cuestiones relacionadas sobre la representación cartográfica de los resultados (Méndez Molinero, 1984); e) tratando de relacionar los resultados y su entorno social y cultural (Bosque Sendra, 1984: 14); y f) sobre los flujos de información que llegan a los electores y su influencia en la toma de decisiones (Cox, 1971 y Bustedd, 1975).
[2] Los procesos celebrados en 1987, 1991, 1995, 1999, 2003 y 2007.
[3] Por vez primera dentro de la historia democrática reciente, en estas elecciones de 1987, se aunaban, en un mismo día, elecciones municipales y de segundo orden con las de carácter nacional y europeo
[4] En las elecciones municipales de Ciudad Real de abril de 1979:
- Los partidos que hemos incluido en Derecha son: Unión de Centro Democrático (UCD) con el 43,7% de los votos, Independientes y Convergencia Democrática (C.D)
- Los partidos que hemos incluido en Izquierda son: Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Partido Comunista de España (PCE) y Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT)
En las elecciones municipales de Ciudad Real del 27 de mayo en el 2007 ( ver Anexo nº 49 y 52):
- Los partidos que hemos incluido en Derecha son: Partido Popular (PP) con 17.633 votos, (UDCA) con 667 votos y Ciudad Real Independiente (ICR) con 1.338 votos.
- Los partidos que hemos incluido en Izquierda son: Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con 12.871 votos e Izquierda Unida (IU) con 1.518 votos.
[5] Secciones II-14,15 y 16; y III-3.
[6] Secciones: I-3 y 4; IV-7 y la Sección IV-9 del Torreón del Alcazar
[7] Secciones de Construcción y Mecánica: I-4; II-11 y 14; III-3; Secciones del Comercio e industria: II-5,6 y 8; IV-6,9 y 10; y secciones de funciones administrativas: I-3; II-6 y 7.
[8] El estudio de Geografía electoral de Ciudad Real correspondiente a 1979 aparece en la tesis doctoral defendida en la Universidad Autónoma de Madrid, 1981: 1.207-1.212 del profesor Pillet, aunque no figura en la publicación de este autor Geografía Urbana de Ciudad Real (1984).
[9] Tesis inédita.
[10] Realizado por el agente Urbanizador EMUSVI de Ciudad Real
Oportuno y acertado artículo para conocer en perspectiva la dinámica de las elecciones municipales que este domingo 28 de mayo se llevaron a cabo. Así es más posible concretar los mecanismos de su evolución y las causas que explican su génesis.
Ahora ya tocaría llevar a cabo la segunda parte, cuando transcurra el tiempo necesario para el análisis de los datos como lo realizado en el presente artículo.
Enhorabuena María Ángeles y bienvenida.