Ciudad Real lugar de señoríos

La obra de D. Marcelino de Santiago Yustre que, lleva por título La Ciudad del Rey, me ha parecido de suma relevancia para que ocupe un lugar destacado en la historia de Ciudad Real y por ende debería ser tomada por la entidad local como un espejo de trabajo de divulgación científica y popular de  una época concreta pero que refleja casi todo el acervo cultural, social,   estructural de la ciudad y de su moradores.

         En otra ocasión, me gustaría hacer un comentario de esta magnífica obra, asentada en un conocimiento extraordinario del devenir histórico de la ciudad, del comportamiento de los principales personajes que encarnan y dan vida a la obra y de las instituciones y entramados que le sirven para ir caminando, siempre con el alma prendida en los acontecimientos que se desarrollan y que el autor parece que los ha vivido.

         La Ciudad Real por antonomasia no siempre estuvo gobernada directamente por los reyes sino que, en muchas ocasiones, éstos decidieron entregarla a diferentes personalidades del ámbito regio, unas veces para calmar sus deseos de poder y otras sencillamente para mantener unos privilegios económicos y sociales de cierta relevancia. Lo cierto es que, a finales de 1271 Alfonso X que había fundado  Villa Real en 1255, devuelve a su hermano el infante Fadrique, hijo de Fernando III,  las villas  de Brenes y Albaida del Aljarafe y le encomienda la gobernación de la Villa Real, cuando solamente habían pasado  17 años desde el momento de su fundación. Esta dependencia o señorío cedida a su hermano el Infante D. Fadrique no parece que durara muchos años debido a las conspiraciones que el infante constantemente realiza contra Alfonso X, de tal manera que en el año 1277 es ejecutado por ahogamiento en Burgos, condenado por alta traición. Ya en el año 1274 había dejado de ser señor de Villa Real por mandato expreso de Alfonso X por causa de  las malas relaciones entre ambos.

         Alfonso X muere en el mes de abril de 1284 en Sevilla pero, unos años antes, había cedido  Villa Real, como señorío, a  su hija  la infanta  Isabel debido a que el Infante  Sancho IV, segundo primogénito del rey  Alfonso X, deseara   donar la Villa Real al Maestre de la Orden de Calatrava. La enemistad entre Alfonso X y su hijo Sancho IV fue de tal envergadura que se puso en peligro todo el reino y las luchas entre padre e hijo dividió a los  nobles de uno y otro bando hasta que, como hemos indicado, el rey Alfonso X muere en 1284 y como previamente había muerto su hijo primogénito  el infante D. Fernando de la Cerda (conocido así porque nació con el pelo como cerdas de duro) en Ciudad Real en 1275, subió al trono  el infante Sancho IV coronado en Toledo como rey castellano en 1284. Así pues, desde 1284 hasta 1295  año en el que fallece Sancho IV el batallador  la ciudad depende directamente del rey y es gobernada por el Palatium Regis, como tribunal de justicia, y por un Concejo compuesto por cierto número de corregidores o alcaldes, regidores, jurados, uno o más alguaciles, un alférez, un escribano mayor y varios oficiales.

          A la muerte del rey Sancho IV hereda el trono su hijo Fernando IV con tan sólo nueve años de edad por lo que su crianza y custodia es encomendada a su madre la reina María de Molina y su tutoría al infante Enrique de Castilla llamado el Senador hijo de Fernando III el Santo. En el año 1301 el rey adquiere la mayoría de edad con tan solo dieciséis años y  comienza a distanciarse de la tutoría de su madre. Ese mismo año llegan a  la corte castellana las bulas del papa Bonifacio VIII quien había exigido a las cortes convocadas en Valladolid la cantidad de 10.000 marcos de plata para conceder la legitimidad del matrimonio entre Sancho IV y María de Molina.

         Durante este periodo de tiempo la reina madre, es decir María de Molina es la que realmente gobierna en Castilla y por ende es la señora de Ciudad Real posiblemente desde  el año de 1297, fecha ésta, en la que se dirige al Concejo de Villa Real para que apoyen a los judíos tal como lo dice Alfonso X. Igualmente podemos asegurar que Villa Real es señorío de la reina madre porque a ella se dirigen los tejedores en demanda de ayuda y al mismo tiempo ella se dirige al rey, su hijo, para poner coto  a las continuas fechorías que la Orden de Calatrava está cometiendo en los dominios del señorío .

         Fernando IV muere  el 7 de septiembre de 1312 en Jaén cuando solamente tenía veintiséis años  y se había desposado con Doña Constanza, hija del rey portugués Dionisio I y de Isabel de Aragón, el 23 de enero de 1302 en Valladolid dejando como heredero de los reinos de castilla y León a su hijo menor de edad Alfonso XI  bajo la tutela de la reina abuela María de Molina. Pero según las noticias que tenemos Fernando IV había donado a su mujer para su mantenimiento las rentas y los pechos del  señorío de Villa Real al menos por un año ya que Doña Constanza muere el 10 de noviembre de 1313 es decir un año después que su esposo Fernando IV. Así pues durante ese corto periodo de tiempo la reina abuela, Doña María  de Molina, no poseyó el señorío de Villa Real.

         Como acabamos de decir María de Molina sigue siendo cotutora de su nieto el nuevo rey Alfonso XI hasta su mayoría de edad que se produjo en 1325. Parece evidente que María de Molina sigue siendo señora de Villa Real hasta su muerte en el año 1321. El rey Alfonso XI recupera el señorío hasta el año de 1328, dado que en esa fecha concede a su esposa el señorío de Villa Real como dote y parece probable que lo mantenga hasta la muerte de su marido, ocurrida, por causa de la peste negra, en 1350 cuando estaba sitiando Gibraltar.

         El 26 de marzo de 1350  Pedro I de Castilla, también conocido como el Cruel por sus detractores y el Justiciero por sus seguidores, tomó posesión del reino castellano. Nos consta que entregó Villa Real a su esposa doña Blanca de Borbón como señorío pero debió durar muy poco esta posesión ya que la reina fue repudiada por el rey debido a que su padre no cumplió con la entrega de la dote a la que se había comprometido. De esta manera la ciudad volvió al poder real   de Pedro I y de su hermanastro Enrique II de Trastamara o también conocido como el fratricida de Montiel hasta el año de 1383, fecha ésta en la que Juan I de Castilla hereda el trono a la muerte de su padre Enrique II ocurrida el 29 de mayo de 1379 y entrega los señoríos de Madrid, Andújar y Villa Real a León V de Armenia hasta su muerte.

         En 1391 Enrique III revoca el acuerdo de concesión del señorío pero no consigue paralizar el cobro de la pensión concedida hasta noviembre de 1392, fecha en la que muere León V de Armenia en la capital de París y es entonces cuando el rey concede a su esposa Beatriz de Portugal el señorío de Villa Real que permanece bajo este dominio al menos hasta los primeros años del siglo XV, ya que Beatriz de Portugal, hija de Fernando I de Portugal y de su esposa la reina Leonor Téllez de Meneses muere sobre el 1420 aunque no podemos datar exactamente la fecha. Si sabemos que con ella vivió en Villa Real su madre desde que murió su padre el rey Fernando I de Portugal y que en esta villa fundó el convento de la Merced

         A la muerte de  Beatriz de Portugal el señorío pasa a depender directamente del rey Juan II de Castilla quien concede a la villa el título de MUY NOBLE Y LEAL CIUDAD  REAL, pero rápidamente los deseos del rey para que la ciudad siga perteneciendo a la corona se viene abajo ya que en 1437, el mismo rey concede  la ciudad en señorío a  doña Blanca hija de Carlos III por desposarse con su hijo el infante Enrique. Este señorío a nombre de Doña Blanca es uno de los más largos  de la historia de Ciudad Real ya que al subir al trono Enrique IV lo consolida hasta que los reyes católicos en 1475 levantan el juramento de fidelidad y pleito que los ciudadrealeños hicieron a Doña Juana.

         La ciudad volvió  a quedar vinculada a la monarquía castellana pero no duró mucho esa permanencia ya que a finales del siglo XV los reyes católicos cedieron, posiblemente como dote, Ciudad Real a Margarita la Archiduquesa de  Austria que se casaba con el heredero al trono de castilla y Aragón el infante Don juan de Aragón. Así pues nos encontramos que otra vez Ciudad Real es cedida en señorío a  Margarita de Austria y aunque su esposo muere a los seis meses del casamiento no cabe duda que ella sigue con el señorío de Ciudad Real, al menos hasta el año de 1501 que de nuevo contrae matrimonio con Filiberto II Duque de Saboya.

         En estos 246 años transcurridos desde la fundación de la Villa Real hasta el año de 1501, como hemos podido examinar, al menos en doce ocasiones la Ciudad del Rey fue gobernada como señorío fuera de la autoridad real, debido a las cesiones reales unas por causas de las dotes matrimoniales y otras en agradecimientos a servíos prestados.

En definitiva podemos hablar de Ciudad como señorío en donación real para el cobro de impuestos. Ciudad Real en estos años es una ciudad del rey y también de los respectivos señoríos como acabamos de contemplar.

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