Petro o la pedantocracia del desubicado

El pedante, por antonomasia, es un desubicado, y lo es porque alardea de erudición sin venir a cuento. Claro que el pedante a veces sabe de lo que habla y otras, no.

¿Hay algo más irracional que alguien así, cuya hoja de servicios, además, se ha desempeñado entre la cocaína traficada y la sangre de las ametralladoras, ocupe la más alta institución de un gran y sinceramente querido país como Colombia?

Los grandes manipuladores utilizan dos herramientas de control emocional: el miedo y la desmoralización; su eficacia se acrecienta cuando va acompañada de la pérdida de confianza de los controlados; todas ellas practicadas por el terrorismo urbano del M19, organización a la que perteneció Petro.

Los verdaderos patriotas buscan elevar la autoestima de sus conciudadanos; los vendepatrias alimentan el resentimiento ¿Cuándo el resentimiento fue el motor de algo noble? El resentimiento conduce a la venganza o a la rendición del ánimo; en ambos casos, la energía vital no la enfocaremos en elevarnos sobre nosotros mismos, sino en revolvernos contra una derrota-ficción que nos supera; de la que no somos responsables, pero asumimos como propia y nos impulsa a escupir contra un fantasma como fórmula de resarcimiento. Esta es la papilla que Petro ofrece a los colombianos; ¡menuda herencia envenenada!

Petro mete miedo. Quizá, de tanto hacer prácticas de tiro no conozca otra manera de vivir.

Habla del cambio climático cual San Juan Evangelista, el del Apocalipsis; pero si cualquier comparación es odiosa, ésta es delirante. Petro se cree un Apóstol; una obsesión muy masónica, por cierto; que gusta apropiarse del vocablo para endiosar a sus adoctrinadores más ilustres.

Hoy en día es más fácil criticar, incluso vituperar, a un Dios divino que a un dios laico; éstos son intocables. No hay mejor forma de alcanzar la santidad en nuestros tiempos modernos que a través de la secularización.

Petro quiso dar una lección magistral sobre el feudalismo y no dijo nada digno de un maestro; apenas una exposición pretenciosa con poca o ninguna gracia, según la acepción 1ª de la RAE. Habló de vasallos, con la pedantería ignara de quien nunca entendió la institución del vasallaje en los antiguos reinos medievales españoles y la mutua obligación que regulaba su vínculo ¡Lo que hubiera agradecido cualquier secuestrado el haber podido exigir a su “señor” secuestrador el cumplimiento de un contrato similar al de vasallaje, mientras era arrojado a las alcantarillas públicas, el zulo etarra del M19!

En historia, utilizar la palabra Europa -así hizo Petro- como si la evolución sociopolítica hubiera sido idéntica en cada uno de sus reinos, demuestra unas enormes carencias de quien la pronuncia. Los reinos españoles abrieron camino al resto de los europeos en casi todas la cosas que merecieron la pena.

Petro vino a España a recibir el Collar de la Orden de Isabel la Católica, la mujer responsable de la decisión política más trascendental de la historia del mundo, según historiadores no precisamente españoles.

Es difícil no hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué íntima razón tendría un personaje como él, hispanófobo hasta la médula -al menos en sus manifestaciones- para recibir la condecoración de Dña. Isabel? ¿No abría sido más coherente renunciar a ella, dar largas o la callada por respuesta? ¿Por qué aceptó ser condecorado con aquello que tanto repudia?

Seguramente, exista un Petro demagogo, comprometido con el poder financiero internacional; el mismo encargado de blanquear el tráfico de drogas, de armas ¿Qué harían las guerrillas sin estos pulcros adalides de las finanzas? ¿Y éstos sin aquéllas? Ambos son una perfecta simbiosis.

Esta misma plutocracia lleva 200 años zancadilleando cualquier atisbo de articulación del mundo hispano. No es Rusia ni China el enemigo más temido de este poder en la sombra. Esta gente cuenta con que siempre le quedará su inmenso “patio trasero” como premio de consolación. Impedir cualquier tipo de ensamblaje del mismo es uno de los elementos claves y recurrentes de su geopolítica. Por supuesto, evitar que la propia España pudiera participar en él.  

Cuando AMLO, Petro, Maduro, Castillo, CFK….. han atacado, una y otra vez, a la herencia española, ¿a quienes benefician?; ¿a su pueblo? No, los patriotas elevan la moral de los suyos, no la degradan diciendo que sus tátara-tátara-tatarabuelos fueron unos genocidas violadores. Una vileza así no admite excusa. Es la forma más eficaz para que los jóvenes rompan sus vínculos con el pasado; de arrancarlos de sus raíces. La mejor forma de dejarlos a merced del “iluminado”, ese falso revolucionario que, por detrás, trabaja para los que dice combatir. Quizá por eso, Petro no rechazó la condecoración. Él sabe la verdad que oculta a los colombianos. Es muy fácil conocerla. Sólo los intereses geopolíticos de potencias ajenas al mundo hispano y las oligarquías locales que los sirven defienden el relato negrolegendario. El problema es que aquéllas y éstas llevan más de dos siglos maridadas y son quienes controlan los programas educativos de nuestros países.

Petro intuye, o quizás sepa, que dentro de unos años, cuando su figura histórica sea intrascendente, quizá escriba un libro en donde se arrepienta de su pasado: de su actividad guerrillera, de sus veleidades con los poderes globalistas, de mentir, de callar, de esconder tantas cosas al pueblo que confió en él. Quizá diga entonces que fue la presión de las circunstancias y no sus profundas convicciones las que lo arrastraron a actuar así.

En ese momento, se volverá a poner el Collar de Isabel la Católica; se hará una foto con él y la utilizará como prueba de descargo y arrepentimiento.

Es lo que suelen hacer al final de su existencia.

Marcelino Lastra Muñiz

mlastramuniz@hotmail.com

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2 COMENTARIOS

  1. Gracias por obsequiarnos con otro artículo. Apenas me atrevo a comentar algo de su rico contenido. Cada párrafo, cada frase, están plenos de mensajes.

    Lobos que semejan corderos. Obras hechas para el auxilio de los pobres que benefician a los poderes económicos y financieros. Guerras que son la paz. Democracias sin libertad. Historia inventada.

    Nada es lo que pretende parecer. O sí…

  2. Excelente artículo Marcelino. Una vez más comprobamos el mundo del revés en que vivimos. Todo se reduce a la desinformación de los ciudadanos, amparada por los gobiernos que, con sus potentes medios de comunicación sólo los usan para manipular y no para educar e instruir con una mentalidad crítica a los ciudadanos.
    No sé cómo terminará todo esto, pero seguro que nada bien. Dios nos ampare.

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