“Hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo.
Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”
ANA MARÍA MATUTE
El día del libro nos hace recordar a aquellos autores que alguna vez nos sorprendieron. Las lecturas que nos han hecho sentir emociones para las que ni siquiera creíamos estar anímicamente preparados. O las que nos hicieron soñar, estimularon nuestra imaginación o permitieron recrear unas vivencias que, fueran ciertas o inventadas, ingerimos como algo que nutrió nuestro espíritu.
En 2002, Ángela Vallvey ganó el Premio Nadal con Los estados carenciales, divertida fábula sobre las debilidades y grandezas de la condición humana. A partir de ese año pareció renovarse la relación de escritoras jóvenes, literariamente solventes, que accedían a los galardones más importantes de las letras en España, cuya pionera más próxima había sido la novelista Espido Freire, Premio Planeta 1999, con veinticinco años, solo por detrás de Carmen Laforet, que consiguió el Nadal con veinticuatro, en 1944.
Ángela Vallvey, nacida en San Lorenzo de Calatrava, fue también finalista del Premio Planeta en 2008. Ella introduce en sus obras su experiencia, su desparpajo e imaginación, aderezándolas con la ironía y la espontaneidad con las que sorprende a sus lectores. En El viaje de una hoja de lechuga (2007), recorre su excelente Valle de Alcudia natal y atraviesa toda La Mancha, hasta llegar a Madrid. La acompañan una hija adolescente y su madre. Este libro resulta hilarante y ameno.
En una de sus paradas llegan a El Toboso, donde pasan la noche en una hospedería y almuerzan perdiz estofada en la conocida Casa de la Torre. Pero llaman la atención algunas de sus expresiones, como cuando visitan el Museo Cervantino, —que contiene numerosas y excelentes ediciones del Quijote—, donde, con ironía, dice… “traducido a todas las lenguas imaginables, incluso a algunas de las que no tienen siquiera diccionarios”.
En 2020, la jovencísima Ana Iris Simón, natural de Campo de Criptana, impulsa la literatura femenina con Feria, una novela exitosa, de carácter sobre todo autobiográfico, que incluye ese aire fresco propio de la juventud de su autora, que con un relato sencillo y auténtico nos muestra, sin complejos y con absoluta naturalidad, lo que ha sido su corta, pero intensa, vida personal y familiar.
Pero lo que sorprendió a la opinión pública de esta joven periodista y escritora, —y por lo que es más conocida—, fue por participar como oradora ante el presidente del gobierno en el Palacio de la Moncloa en 2021. Lo hizo en un acto organizado sobre el Reto Demográfico, contra la despoblación de la conocida como España vaciada. No defraudó, aunque quienes quisieron utilizarla, salieron trasquilados. Aprovechó su intervención para abrir un debate crítico sobre la situación actual de precariedad e indigencia de los jóvenes, en contraste con el desahogo y estabilidad que, según ella, tuvo la generación de sus padres.
Hay excelentes escritoras de la provincia de Ciudad Real, que también han destacado con sus obras en los últimos quince años. Como la puertollanense, María Dueñas, autora de novelas como El tiempo entre costuras (2009) —que fue adaptada, como exitosa serie de televisión—, Misión olvido (2012) —una de las cinco novelas más leídas en el año de su publicación—, La templanza (2015) o Sira (2021).
Aunque aparecen escritoras sobrias y extraordinarias que también han despuntado en los últimos tiempos, como la vitoriana Eva García Sáenz de Urturi, autora de libros de éxito como la trilogía de La ciudad blanca o Aquitania, novela histórica con la que obtuvo el Premio Planeta en 2020, consiguiendo para su editorial, uno de sus mayores éxitos comerciales. La protagonista de esta novela, Leonor de Aquitania, es un personaje fascinante que fue reina consorte de Francia y de Inglaterra en el siglo XII. Esta obra, la consagrará como la excelente narradora que es.
Irene Vallejo es de las grandes escritoras, —surgidas en estos últimos años—, que más admiración y respeto han causado en el mundillo literario español. Su libro más conocido y por el que obtuvo el Premio Nacional de Ensayo en 2020, es El infinito en un junco. Un texto extenso en el que se recoge un pormenorizado estudio del origen y de la historia del libro en todo el mundo. Pese a tratarse de un ensayo, —lo que a priori podría hacer pensar que su lectura sería más árida—, resulta tan ameno, como la mejor novela de aventuras.
Doctora en Filología Clásica por las universidades de Zaragoza y Florencia, ha sido autora de numerosas novelas en las que están presentes sus amplios conocimientos sobre el mundo antiguo de Grecia y Roma. Como en El silbido del arquero (2015) o en El futuro recordado (2020).
En 2021 pronunció un discurso memorable en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, agradeciendo los servicios prestados a su hijo, por los profesionales del Centro. En las redes sociales circuló un video de este excelente discurso, que mostraba —con su brillante impronta literaria—, la sensibilidad exquisita de una madre infinitamente agradecida.