Eduardo Muñoz Martínez .- En la mañana de ayer, lunes, se inauguraba la exposición fotográfica itinerante «Punto y Seguimos. La vida puede más», sobre la trata de personas. La inauguración corrió a cargo de Jesús Córdoba, Vicario General de la Diócesis, que estuvo acompañado por el delegado de Migraciones, Julián Plaza; Antonia Pérez, religiosa adoratriz; miembros del Equipo de Migraciones, responsables de Cáritas, y del Equipo de Religiosas Adoratrices, además de otros sacerdotes de la diócesis y personas interesadas en el tema de la Trata. Esta exposición está abierta a todo aquel, y aquella, que quieran conocer de cerca este tremendo problema, como es la trata de personas.
Casi medio centenar de instantáneas, firmadas por Fernando Mármol Hueso, acompañadas de otros tantos textos alusivos e informativos conforman esta muestra gráfico – literaria, que desde 2019, con el lapsus de la pandemia motivada por el Covid, ha visitado Madrid, Ciempozuelos…, y tiene previsto continuar y tiene previsto continuar su itinerancia por Avilés, Ourense, Córdoba y Sevilla, si todo marcha según lo previsto, con el objetivo principal de favorecer la visualización y la sensibilización sobre la situación de abuso y explotación de personas.
El evento, que refleja el drama que sufren las víctimas y la esperanza que sostiene y da vida a los procesos de recuperación, pretende el acercamiento a las personas e instituciones involucradas en acciones contra la trata, y en labores de atención social y pastoral, de cara a quienes sufren esta lacra.
Me tomo la licencia de indicar que la exposición hay que verla desde un triple enfoque: el drama vivido por las personas que han sufrido de trata; la indiferencia; y la esperanza de una vida libre de la explotación, con la implicación de la Iglesia y de la sociedad en general. Estas son las tres líneas argumentales.