El pasado día 20 de marzo se tuvo conocimiento que desde una explotación ganadera situada en el término municipal de Torralba de Calatrava (Ciudad Real), se podían observar desde el exterior algunos cadáveres de animales, y que además aquella desprendía un fuerte olor.
Seguidamente, una vez localizado el responsable de la explotación, componentes del Equipo de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Ciudad Real, se desplazaron al lugar junto con veterinarios oficiales de la Junta de Castilla-La Mancha al objeto de comprobar los hechos denunciados.
Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, una vez allí, se pudo observar que en el interior de la explotación había diseminados por toda su extensión veintiséis cadáveres de terneros identificados con crotal, así como un número indeterminado de restos de cadáveres en diferentes estados de descomposición y carentes de identificación, así como otros animales (vacas, caballos y gallinas) se encontraban en un evidente estado de abandono y desnutrición siendo esta supuestamente la causa de la muerte de los anteriormente citados.
Además de los hechos descritos la explotación en cuestión carece de todo tipo de autorización ni registro, por lo que los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza actuantes procedieron a investigar al propietario de la ganadería como supuesto autor de un delito relativo a la Protección de los Animales Domésticos.
Las diligencias fueron puestas a disposición de los Juzgados de Instrucción de Ciudad Real.
Espero con toda mi alma, que se haga justicia y pague con arreglo a Ley, el canalla o canallas, que hayan permitido, que mueran de hambre 27 terneros. Ha debido ser duro hasta para el S.E.P.R.O.N.A, ver el estado en que se encontraban los pobres e indefensos animales.
Repito nuevamente, que caiga sobre éste o estos individuos, todo el peso de la Ley.
Para que luego digan algunos, que los animales no tienen que tener derechos. Que asco de gente.
La ley actual sigue siendo muy endeble con estos malnacidos. Luego algunos indeseables se echan las manos a la cabeza cuando decimos que en muchas ocasiones se prefiere un animal a una escoria de persona.