Para qué sirven los columnistas de opinión

Jesús Millán Muñoz.– Los humanos a lo largo de los milenios han ido creando interpretaciones del mundo, pero además, han creado y criado formas o modos o maneras, que llamamos géneros… 

Los géneros están encuadrados en formas superiores que denominamos saberes. Hasta el momento los grandes saberes son las ciencias, las técnicas y tecnologías, la filosofía, las artes y estéticas, las teologías-religiones, las culturas en general… 

Dentro de cada uno de estos saberes, digamos ortodoxos, tendrían distinta metodología, con lo cual nos lleva a pensar, que estudian y analizan cosas diferentes, y, si son las mismas, cada uno tiene sus puntos de vista. No es lo mismo el análisis de la psicología sobre un fenómeno humano, que la antropología, la psicología, etc. También que cada tipo de saber y de enunciado de ese saber, tiene diversa escala de verificación o falsación, léase a Popper

De ahí, la enorme necesidad e importancia de que cuándo alguien nos indique un enunciado, o afirmación o proposición o concepto o idea o dato o argumento o razón, seamos capaces de averiguar en qué orden está, bajo que saber está o debe estar. Resumiendo si es un concepto matemático o de física científica o es teológico o es estético o artístico o es literario o es pictórico…. 

Con lo cual, todo este introito, proemio, prólogo o miniprólogo es para indicarle, que el género de opinión, que supongo, que como todo es copia de la vida. En definitiva es “cómo la comadre informa a la vecina, sobre lo que ha sucedido en el pueblo, el día anterior, fulanita se casa, fulanito ha tenido un hijo, la otra fulanita va gordita o embarazada a la iglesia, nos invaden los franceses en 1808, o mil otras razones…”. 

Pues eso mismo que hace la suegra con la nuera, el consuegro con el yerno o la vecina con el vecino, eso es lo que se hace evolutiva y progresiva con un artículo o columna de opinión. Pero evidentemente, sintetizando, en el siglo quince, empezó a publicarse manualmente, se narraban en una hoja, algunos acontecimientos de la vida; después, se pasó a hojas sueltas publicadas por varias decenas en la imprenta de tipos móviles de Gutenberg; en tercer lugar, empezó varias hojas, de forma semanal o quincenal o diaria… Y, ya la tecnología hizo lo demás. Empezaron a informar en papel, ahora digitales, se extendió a la radio, televisión, Internet. 

Pues eso es un artículo periodístico, una opinión de un compadre a unas docenas o cientos o decenas de miles de personas. Y, los interlocutores o lectores o escuchadores o visualizadores, pues saben, que al beber en ese formato del artículo o crónica o comentario o columna, puede un señor o señora hablarle de lo que quiera y como quiera. Usted, tiene el derecho de dejar de leerlo o pensarlo. Pero sabe que en cinco minutos de lectura o de tres de escucha, puede presentarle un problema o cuestión o dato, que quizás no había pensado. Es como unas pequeñas vitaminas que ese día recibirá, posiblemente, de un tema muy cercano a usted, o de un tema muy lejano a usted. Por y para eso seguimos manteniendo este género con un cuarto de información actual o actualidad, un cuarto de literatura, un cuarto de filosofía-metafísica, un cuarto de otros saberes… 

Tiene sentido estas crónicas o comentarios o glosas de la suegra a su nuera, que llamamos artículos. Los autores o autoras piensan que son como el papel del pescado que las palabras se tiran o se queman en el fuego. Pero a veces, se da el aldabonazo, quizás alguien lleva redactados dos mil columnas en diez años. Y, todas han ido pasando sin gloria y sin medallas y sin pena y sin tragedias… Pero un día se levanta, un comentario sin importancia, y se convierte en una microrevolución… Ese es el misterio de las palabras, ese es el misterio de lo humano, ese es el misterio de los gestos… 

En Colpisa, el articulista J.R. Alonso de la Torre, redacta el día 29 de marzo de 2023 una columna bien escrita y bien sintetizada y bien esencializada sobre algo de estos problemas que estamos hablando y dialogando y monologizando, titulada Utilidad del columnista

Entre los columnistas existen como dos divisiones, aquello de Hegel, dónde vayas encontrarás al menos dos grupos. Podría dividirse, entre aquellos que publican un artículo de forma esporádica, y, aquellos que realizan esta operación de forma secuenciada –sea semanal o quincenal o diaria-. Después entre aquellos que son profesionales o semiprofesionales –que en definitiva, es muy simple, la descripción, entre aquellos que reciben un dispendio económico o no-. Y, una tercera división, entre aquellos que algunos de sus artículos, más o menos, terminan en formato libro –porque se piensa que así, podrán perdurar durante unas décadas o generaciones, diríamos entran a jugar con el Real Madrid o el Barça o…-. 

Pero para mí modestamente, el artículo es un género que intenta expresar o encontrar o hallar trozos de realidad, exterior o interior, y, que deben buscar que tengan el mayor grado de veracidad y verdad y bien y bondad y belleza y equidad y sentido común y prudencia y racionalidad… ¡Eso, nada menos que eso…! 

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