El Gobierno de Castilla-La Mancha continúa impulsando la detección precoz del cáncer de mama con un programa que llegará a 575.000 mujeres y al que se destinarán 23 millones de euros hasta 2028.
De ello ha informado la consejera de Igualdad y Portavoz, Blanca Fernández, después de que ayer el Consejo de Gobierno diese la autorización previa para contratar el programa de detección precoz de cáncer de mama en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y en el área sanitaria de Talavera de la Reina.
Tal como ha destacado Blanca Fernández, “el objetivo es realizar prácticamente 600.000 mamografías para llegar a un número similar de mujeres de entre 45 y 70 años para impulsar la prevención y la detección precoz que hace años llevamos implantando en Castilla-La Mancha”. Al respecto, la consejera ha recordado que este programa es el más antiguo de la región, ya que se puso en marcha en 1992, pero también existen otros cribados generales para detectar precozmente este tipo de enfermedades.
Cada año está previsto realizar en torno a 115.00 mamografías, lo que supone “una apuesta sanitaria muy importante para la detección precoz porque mejoramos el pronóstico de la enfermedad, garantizamos mejor calidad y más esperanza de vida”.
Otra característica notable de este programa es su alta participación, ya que el 80 por ciento de las mujeres llamadas a realizarse la mamografía acuden a la cita, y en el caso de algunas provincias, como Ciudad Real, esas cifras superan el 92 por ciento, “un rotundo éxito”, ha sentenciado.
La consejera y portavoz ha incidido en la importancia de participar en este programa que permite la detección precoz de cáncer de mama en fases donde aún no existen síntomas y donde los tratamientos son más eficaces y menos agresivos.
Balance 2022
Por lo que respecta a los datos de 2022, último año computado, se ha realizado esta prueba a 108.295 mujeres, de las cuales 802 fueron derivadas al encontrar sospecha de algún tumor.
Además, 1.200 mujeres se han beneficiado de los test con plataformas genómicas, una técnica que el Gobierno regional financia desde septiembre de 2017 que facilita la elección y ajuste del tratamiento en función del pronóstico y puede evitar en determinados casos el uso de la radioterapia y la quimioterapia (al 40 por ciento de mujeres). La consejera ha destacado que “Castilla-La Mancha fue la primera región en incorporar a su cartera de servicios sanitarios estos test genéticos para evitar tratamientos por irradiación del cáncer de mama”.
Por otro lado, el año pasado se hicieron casi 48.000 sesiones de radioterapia frente a las 35.509 de 2021, un incremento que se debe sobre todo a la apertura del servicio en el nuevo Hospital Universitario de Toledo, lo que indica una apuesta clara por el sistema sanitario público.
Blanca Fernández ha dejado claro que “esta apuesta y el compromiso del presidente García-Page de poner en marcha en las cinco provincias una unidad oncológica radioterápica para fortalecer el sistema público nos está permitiendo hacer más sesiones y con la mejor tecnología posible”.
De hecho, en este momento, además de poner en marcha el nuevo servicio del Hospital de Toledo, que ya existía en Albacete y Ciudad Real, donde se han visto reforzados con nuevos aceleradores lineales, se han adjudicado las obras y el equipamiento para la puesta en marcha los de Cuenca y Guadalajara.
200 millones para mejorar el equipamiento tecnológico
Para finalizar, Blanca Fernández ha resaltado que desde que Emiliano García-Page asumió la Presidencia, el Ejecutivo autonómico ha invertido 200 millones de euros para adquirir, mejorar o renovar “el parque tecnológico hospitalario tan obsoleto que había en 2015”, y con ello “fortalecer el sistema público, realizar mejores diagnósticos y acertar mejor con los tratamientos, generando mejor calidad de vida”. Entre el equipamiento de alta tecnología incorporado hay 34 salas de radiología digital, ocho mamógrafos digitales, 39 TAC y tres gammacámaras.