María Antonia García de León: “Poesía es igual a vida. Mis poemas cambian según voy viviendo. Me acompañan en cada estación”

María Antonia García de León Álvarez, es profesora de Sociología (Universidad Complutense de Madrid) escritora, poeta, columnista y colaboradora en diferentes medios de comunicación. Desde la Sociología, ha escrito numerosos ensayos sobre Género y Poder, específicamente sobre las mujeres élites profesionales. Ha publicado numerosos artículos en revistas de ámbito nacional e internacional. Ha publicado obras sobre sociología del cine (sobre Pedro Almodóvar, personajes rurales en el cine español, etc.). Tiene un amplio curriculum como investigadora en prestigiosas universidades internacionales. Ha recibido amplios reconocimientos a sus trabajos.

María Antonia García de León, asegura que “la poesía no es estudio, sino inspiración; no es técnica, sino estado anímico. Cualquiera puede ser poeta, si es que lo es, y nadie puede serlo por muchos que sean sus esfuerzos”. Nos dice que “el momento mismo de la escritura, el acto en sí, tiene algo muy creativo, cosas que no se te habían ocurrido fluyen en el propio acto de la escritura”, María Antonia es poeta, respira como poeta y vive como poeta. Hoy vamos a conocer un poco más a esta extraordinaria mujer y gran poeta.

¿Quién es María Antonia García de León?

Somos un misterio. Soy un misterio. Desde el momento que no pueden clonarnos, somos seres únicos. Esa es nuestra grandeza. He escrito en mi obra más reciente, “Mira la vida”, un poema que he llamado, justamente, «Soy un misterio que no volverá a ocurrir”.

Tú no puedes definirte a ti mismo. En el capítulo V, Don Quijote dice “yo sé quién soy”, pero en realidad quiere decir «yo sé quién puedo llegar a ser” y, por lo tanto, presupone aceptar que “yo aún no soy yo”. En último término, “sé quién he sido y sé quién quiero ser”. Es decir, no sé quién soy. Porque un sentimiento no es un destino. Y, además, los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo, que decía Wittgenstein, por lo que no se puede querer ser algo que no está definido. Es decir, algo que aún no existe. Como en Macondo, «el mundo era tan nuevo que las cosas no tenían nombre, y para nombrarlas había que señarlas con el dedo».

Siempre, me molestó esa aseveración de don Quijote (que también la hace el poeta Huidobro, en sus años casi de infancia) y he reflexionado largamente sobre ella. Y como vamos de poesía, deseo recitarte este breve poema:

Estoy improvisando

Bajo un sol caprichoso

o un cielo de tormenta.

Encaramado en una ola verde,

navega mi yo

por el Estado del Tiempo.

Yo tampoco sé vivir, estoy improvisando.

– ¿Por qué escribe?

Me sumo a lo que tan bella y claramente decía André Gide: “escribir es poner algo fuera de la muerte”. Creo que escribimos por esa ansia de eternidad, por esa angustia de durabilidad, por ese afán de permanencia. Por afianzar nuestro ser.

Dicho lo anterior escribir es un trabajo hercúleo es un trabajo durísimo.

Antes que nada, está el acto creador del logos. Eso es lo que verdaderamente da placer. En cierta manera, si yo fuese una diosa, me quedaría en ese destello del logos, y no necesitaría hacer nada más. Se transmitiría mi ocurrencia por el aire, por empatía, por intuición, y no tendría que hacer el trabajo hercúleo y fatigoso que es la escritura. Sin embargo, el momento mismo de la escritura, el acto en sí, tiene algo muy creativo, cosas que no se te habían ocurrido fluyen en el propio acto de la escritura.

En realidad, lo que yo quiero en la vida es jugar (la vida como juego, al modo de Nietzsche, el ánimo juvenil, lo dionisíaco). Jugar y divertirse. La alegría es oro.

Me gusta observar a los niños, son los seres más serios y concentrados que conozco, cuando algo les interesa. Sí, permanecer en esa actitud/aptitud de la infancia. Vi un vídeo de Miquel Barceló trabajando en su estudio. Me fascinó: encarnaba todo eso. Barceló tiene en el cerebro la sorpresa de un niño. Conserva lo genuino del ser. Se instaló en la edad primera, y en ella sigue, uniéndole la maestría de un gran creador, hecha de esfuerzo, experiencia y trabajo.

¿Cómo le cogió el gusto a la poesía?

En realidad, yo soy poeta avant la lettre, es decir, antes de haber escrito poesía. Siempre he sentido un cierto distanciamiento del mundo, “un sentimiento de no estar del todo” (como dice Julio Cortázar).

Precisamente, cuando estoy redactando este texto, viene a mí la voz del poeta Gamoneda como regalo caído del cielo, que me confirma interiormente en mi relación con la poesía:

La poesía, como se sabe, es anterior a la escritura. Que yo no escribiese no significaba que prescindiera de la poesía en mi vida. Al contrario, vivía en la expectativa o en la necesidad de la poesía, lo cual es una manera intensa de vivirla.

Si se trata de fechar los poemas, los libros, te digo que he vivido una década prodigiosa, 2010-2020, que continúa. He escrito poemas como si se hubiera roto un dique y el aguapoesía hubiera saltado por arriba. Por arriba, sí.

Siempre se escribe la poesía en días de altura.

Días, mañanas, instantes de altura. La iluminación irrumpe como un relámpago.

Así acontece, salvo que seas poeta del escalafón (falso profeta, en falso poeta convertido, dicho al modo bíblico).

Ha sido una década de poesía, en el más amplio sentido de la expresión. Diez años hermosos. Recogida, solo en parte, en mi obra “Soy tú”, Ed. Sial, 2020.

De tal manera que, hoy, ya no escribo poesía, soy poeta, respiro como poeta, vivo como poeta, si es que esta forma hiperbólica de decirlo explica algo. No se puede ser funcionario de la poesía.

¿Qué concepción tiene de la poesía?

Para abreviar, y porque me llega profundamente esta cita de la poeta cubana Dulce María Loynaz, escrita además bajo el castrismo, la transcribo aquí:

La poesía no es estudio, sino inspiración; no es técnica, sino estado anímico. Cualquiera puede ser poeta, si es que lo es, y nadie puede serlo por muchos que sean sus esfuerzos.

Es un sistema donde extrañamente se mantienen en vigencia al mismo tiempo la más llana democracia y la más inflexible y aristocrática selección.

También me acojo a uno de mis poetas de cabecera, o mejor dicho, poeta de mi intimidad, Joan Margarit, para expresar lo que yo siento que lleva la verdad de la poesía:

La verdad es esto,

Saber por dónde sale tu tiniebla.

(…)

En poesía, no puedes hallar nada fuera. Todo está dentro.

Con el inefable Rainer María Rilke, sostengo que la lírica es el “arte supremo de la palabra”.

¿Qué meta debe alcanzar este arte y qué puede o debe cambiar?

Meta, ninguna. Quien tenga su don que lo viva, al igual que hace todo artista genuino.

¿Cambiar? Vuelvo a decir: no funcionarizar la poesía. Alejarla de las Leyes del Mercado, como si de una peste se tratara.

Ha logrado numerosos reconocimientos literarios. ¿Cree que esos poemas que le consagraron ganadora fueron sus mejores poemas?

Recibir un premio es algo precioso. Me hace saltar y brincar como si fuese una niña. Me lleva a la almendra de oro de la infancia. Me provoca un genuino sentimiento de alegría. Ojalá que me den muchos premios. Todos deberíamos recibir un premio al año, al menos un premiecito.

Mis poemas premiados no tienen por qué ser los mejores. Son buenos, porque han hecho gozar a un jurado y a la gente en general. Y yo los quiero mucho, pero no tienen por qué ser los mejores. En realidad, me gustan todos los que escribo porque son mis hijos, salen de mis entrañas, de mi respiración, como cuando cumplen lo que dice mi admirado Margarit, poeta de mi intimidad: lo que salva a un poema es su honesta intensidad.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Poesía es igual a vida. Mis poemas cambian según voy viviendo. Me acompañan en cada estación, ¡ja!

¿En qué medida existe una relación entre la literatura y los principios éticos, morales y, sobre todo, sociales?

Si un alma es sincera, es auténtica, es humilde (que no modesta, detesto la palabra modestia porque ella lleva mucha moralina, humildad viene de humus, de la tierra a la que estamos enraizados) ya es ética moral per se.

No me gusta eso de la poesía de compromiso, de la poesía social. Una de mis autoras preferidas es Wisława Szymborska. No he visto poeta perder tanto el pulso, el buen gusto, como en sus poemas dedicados a Stalin, poemas funcionaríales, poemas del establishment, por así decirlo. Dios nos libre de todo mal ¡ja!

Cuando yo escribo poesía feminista, por así llamarla, p.e.: mi libro “Casa de fieras” (lo llamo Casa de fieras porque el mundo es una casa de fieras y las mujeres sus presas más fáciles) se podría decir que es poesía social poesía de compromiso. No me gustan, no me gustan esos términos. Es poesía per se, nadie me la ha encargado, ninguna causa, ningún partido.

Yo soy una feminista sincera, una “feminista quijotil”, porque ninguna injusticia me es ajena y, por tanto, la injusticia contra las mujeres.

Observo la vida, vivo la vida, y surge el poema. Me gusta mucho este que escribí desayunando muy temprano en un hotel de Portugal. Yo era la única mujer que estaba en todo un comedor lleno de ejecutivos relucientes, con sus ternos ad hoc como recién planchados enteramente, incluida el alma, Como madrugaba mucho, yo estaba allí cual rara avis. Voy a recitarte este poema que aludo, y otro sobre el canon:

ALMA TECNOLÓGICA

¿Dónde están los guerreros del Siglo XXI?

Amanece,

allí están serios, silenciosos, solitarios,

con sus ternos oscuros y corbatas de seda.

Almuerzan en silencio:

móviles, ordenadores, agendas.

Soy la única mujer en el hotel.

¿Dónde están los guerreros del Siglo XXI? 

Al amanecer, planean

la ganancia que van a obtener,

el competidor al que van a batir,

el empleado que despedirán,

la prostituta que van a pagar.

Allí están.

Agendan su vida blindada,

solo a golpe de infarto.

¡Ah, los tiernos hombres,

los uniformados hombres,

los siempre esforzados,    

los disciplinados,

los queridos hombres,

nuestros hombres! 

En el vestíbulo,

las limpiadoras están alegres

bromean entre ellas,

frotan las lunas

en una danza alada.

¿Dónde están los guerreros del Siglo XXI?

En el avión de las siete de la mañana,

vuelan los guerreros.

UN MUNDO DEMEDIADO

Ellos se coronaron de laureles,

engolaron la voz.

Ellos ordenaron lo que era justo,

fijaron lo que es imprescindible,

lo que tiene valor.

Ellos crearon el canon del mundo.

En el jardín, olía a incienso.

Pavos reales abrían sus colas

Hablando de lo social, tengo una amplia obra sociológica. En este terreno, realmente he hecho mucha investigación que se ha plasmado en numerosos ensayos publicados, principalmente en la temática de Género y Poder. Además, he tenido una amplia gama de intereses culturales, como la biografía, sociología del cine, el estudio del paradigma de lo rural, de lo urbano, la sociología de la educación, de la ciencia, entre otros temas.

He tenido la fortuna de estudiar e investigar con Pierre Bourdieu, ya un clásico de la sociología contemporánea. También, la suerte de trabajar con su excelente equipo de sociólogos: Jean Claude Combessie, Monique de Saint Martin, Remi Lenoir… Su sociología ha inspirado en gran parte mi obra. Mi investigación pionera, tanto en España como internacionalmente, sobre mujeres élites profesionales conectó con sus intereses intelectuales. Publicada mi primera obra en 1982 (Las élites femeninas españolas, con prólogo de José Luis López Aranguren), la di a conocer en el Centre de Sociologie Eurpéenne, de la EHESS, París.

¿Cómo es su propio proceso a la hora de escribir poesía?

Vivir, vivir, vivir.

Esencialmente es eso

¿Cómo ve actualmente la literatura, y en particular la poesía, en nuestra provincia?

Encuentro el panorama realmente brillante. Nunca he visto tantos poetas (hombres y, notablemente, mujeres, lo que es una auténtica novedad y cambio social). Y, además, no van en solitario sino acompañándose mutuamente, en grupos fraternos y de amistad, saliendo al público, llenando las noches de recitales y encuentros… Es algo entusiasmante.

Asimismo, es hermoso que todo ello se va plasmando en publicaciones de calidad, ya sean colectivas, como las de Oretania, o individuales.

Siempre mejor la literatura, la poesía, que la guerra, o el tedio existencial, otra forma de muerte del alma.

Y, por último, ¿Qué es la libertad para usted?

He escrito recientemente una reflexión lírica sobre la libertad. Para mí, la libertad encuentra su último reducto en el deseo.

Nelson Mandela, en sus largos años de cárcel, no perdió el deseo que es imaginación, que es esperanza (esperanza imaginada). Los barrotes de su ventana no pudieron con él. Su ser íntimo se escapaba a través de ellos. Igualmente, el príncipe de los poetas españoles, San Juan de la Cruz, se escapó de aquella mazmorra toledana. Mientras hay deseo hay vida.

Teresa de Ávila, una gran “máquina deseante” (terminología de los psiquiatras y filósofos, Giles Deleuze y Guatari) le decía a sus monjas: “Desead, desead hermanas, que desear es muy bueno.”

Y traigo a colación esto contra todo tópico, ¡já!

Gracias mil por tu atención, querido entrevistador.

Gracias mil por la atención, a quien me lea.

NOTA: El lema del “XV Encuentro Oretania de Poetas” de la provincia de Ciudad Real, es “Palabras a la libertad”. Se celebrará el 25 de marzo, a las 19,30 horas, en el Auditorio de Granátula de Calatrava, y está coordinado por el poeta solanero Luis Díaz-Cacho.

Esta edición cuenta con el prólogo de la poeta, Eloísa Pardo Castro y las composiciones poéticas de Charo Bernal Celestino, Elisabeth Porrero Vozmediano, Eugenio Arce Lérida, Javier Márquez, Jesús Lara Serrano, Juana Pinés Maeso, Luis Díaz-Cacho Campillo, Luis Romero de Ávila Prieto, María Antonia García de León, María del Carmen Matute Rodero, María José Redondo Sánchez-Migallón (Mayu), Nieves Fernández, Pilar Serrano de Menchén, Presentación Pérez González, Ramón Aguirre, Ramón María Díaz-Cacho y Vicky Ciudad. Las ilustraciones de Rosa Leal Arias y la colaboración de los “poetas del barro”, Ángel Leal, Graci Arias y María de Gracia Leal y, además, tendremos en Granátula de Calatrava, como poeta invitado, a Marciano Sánchez Cabanillas. El acompañamiento musical vendrá de la mano de la A. C. “La Rondalla Oretana” y también habrá una ‘Mención Especial’ para Fran Barba, por su dedicación desinteresada a la difusión de la poesía y de los poetas de la provincia de Ciudad Real, algo que, en palabras de los organizadores, “coincide plenamente con la filosofía por la que se crearon estos encuentros” y añaden que, estas menciones, van a institucionalizarlas y seguir entregándolas en todos los encuentros.

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