Presidenta, 45 años después

Jesús Camacho Segura. Expresidente del Comité de Empresa de Repsol Petróleo.- El pasado 20 de enero se constituyó el Comité de Empresa de Repsol Petróleo en Puertollano, surgido de las Elecciones Sindicales del mes de diciembre de 2022; las mil cuatro personas que componen la plantilla actual fueron llamadas a votar. El Comité de Empresa inició su andadura democrática en Enero de 1978 y, desde entonces, siempre ha estado presidido por un hombre. Ahora, al frente del órgano representativo y colegiado de los trabajadores y trabajadoras, estará María Eugenia Fabrellas Hernández, sindicalista de CCOO. Que, acredita su experiencia de representación desde su elección en anteriores procesos electorales.

Se origina, con ello, un nuevo período que muestra un cambio cultural en las empresas y en el hecho sindical. Se rompe otro techo impertinente y bloqueante, en un proceso imprescindible de equiparación igualitaria en todos los órdenes de la vida social y política. Un gran paso adelante, una gran oportunidad, un hecho relevante. Cambios y transformaciones que, en nuestro país tiene que ver con la lucha feminista, las reivindicaciones sindicales y la promulgación de la Ley Orgánica de Igualdad del gobierno Zapatero en 2007, y sus desarrollos reglamentarios  en un amplio conjunto de leyes relacionados con el ámbito laboral.

La plantilla de la factoría de Repsol Petróleo siempre ha estado constituida en una inmensa mayoría por hombres, con escasa presencia laboral de mujeres, -cómo suele ocurrir es la empresas del sector industrial- aunque se ha ido produciendo una lenta y paulatina incorporación de compañeras en las diversas estructuras organizativas de la refinería de Puertollano. Las pioneras estuvieron adscritas, generalmente, en el Departamento de Recursos Humanos y Administración, o en  tareas administrativas en otras secciones de Mantenimiento.

En los procesos electorales, avanzado los noventa, se fueron incorporando algunas mujeres en las candidaturas de CCOO y UGT; sin previsiones de ejercer un notable papel de liderazgo representativo. Las sucesivas adaptaciones de plantillas, la presión de los sindicatos de clase y la modificación conceptual de directivos; pero sobre todo el avance social y formativo de la mujer, permitió la entrada progresiva de mujeres en puestos de trabajo de alta cualificación y en otras ocupaciones profesionales .Así hoy, en la refinería de Puertollano, trabajan 84 mujeres adscritas en el colegio electoral de Técnicos y Administrativos y 40 mujeres en el colegio electoral de Especialistas y No Cualificados. 

En el caso del grupo de “Operadores de Área” se consiguió la llegada de mujeres jóvenes que concluían estudios de Formación Profesional/Módulos de Grado Medio y Superior accediendo a los procesos selectivos de la compañía para ocupar puestos de trabajo en las distintas plantas del refino, lubricantes y la petroquímica. Tal es así, que la primera mujer que entró a desempeñar esa función, en una de las unidades del Departamento de Refinería, se incorporó en la candidatura de CCOO en el proceso electoral de 1998. En Rylesa, empresa del Grupo Repsol, también se inició, en el proceso electoral de 2018 y ha continuado, en el siguiente proceso, la presencia de mujeres candidatas por CCOO en el Comité de Empresa.

En todos los sectores productivos y económicos, continúa el reto para conseguir un mayor compromiso de las mujeres con el sindicalismo de clase y con CCOO. Es indudable que lo primero es garantizar la estabilidad y continuidad de su empleo y, conseguido esto, para que su incorporación en cualquier tipo de órgano de dirección y de representación sea una “nueva normalidad”. Hay que combatir, seguramente, resistencias y un tóxico ambiente de machismo imperante que provoca vacíos en el  compromiso de los varones para entender el plano de igualdad de los derechos y las obligaciones de unos y otras. Una asignatura en la que todas y todos debemos empeñarnos, desde lo público y desde lo privado.

Las mujeres que acuden en las listas electorales sindicales muestran un gran valor y un empoderamiento plausible y necesario. Por ello, hay que defender siempre la presencia equilibrada de la mujer en los puestos de trabajo, independientemente del sector o actividad productiva. La función de liderazgo, en el ámbito de las relaciones laborales, no es atributo específico de los hombres; pruebas diversas se pueden presentar cómo acreditación del brillante papel que desarrollan las mujeres en los sindicatos y en otros medios representativos.

La composición del actual Comité de Empresa y el inteligente acuerdo de CCOO y UGT para que una mujer presida el máximo órgano de representación legal, es un significativo avance cultural. La unión de voluntades del sindicalismo de clase permite los grandes avances laborales, dentro y fuera de la refinería, y también la incorporación de las mujeres a los órganos de dirección sindical. Se consigue un hecho histórico adaptado a los tiempos de la igualdad entre hombres y mujeres. ¡Suerte y ánimo Presidenta!

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