Jesús Millán Muñoz.- Se ha discutido mucho sobre el origen y el invento de la tortilla, ahora se indica en el siglo XVIII, en Villanueva de la Serena. Sea como sea, se ha extendido por Celtiberia…
En la cuestión gastronómica, no somos conscientes, que los hombres, existen épocas que tienen mucho tiempo, y pueden detenerse más en hacer comidas, pero en otras, tienen por diversos menesteres, recogida de cosecha, tienen que ir deprisa en la elaboración de la comida.
Además el plato, en concreto, debe ser suficientemente proteínico y energético para seguir trabajando, muchas veces de sol a sol. También, si es posible, fácil de llevar, porque a veces, no hay tiempo para hacer comida, o no hay lugar para realizar fuego…
La tortilla es ese invento, la tortilla de huevos y patatas, es ese descubrimiento y creatividad cuando se produjo la mezcla y combinación, de las patatas de América, con los huevos -de todas las clases de aves- que, yo sepa están en todos los continentes… Es como siempre esa mezcla de productos naturales vegetales, naturales animales, minerales y fuego…
Mezclando y combinando de determinadas formas y maneras: patatas, huevos, cebolla, dientes de ajo, queso de tetilla, pimentón dulce, lacón o chorizo, pimientos del padrón, sal, aceite de oliva y fuego, son los elementos integrantes e ingredientes, para formar y conformar ese milagro de este plato-comida-alimento…
Nunca daremos suficientes gracias a la naturaleza, gallinas, proceso de una evolución doméstica de milenios, ni a la naturaleza vegetal, las patatas, también con un proceso de milenios –existen miles de variedades de patatas en el mundo…-. Porque estas dos realidades simples y modestas y humildes, han permitido que la humanidad, en estos últimos siglos sigamos siendo y existiendo –no hablaremos de las crisis de la patata en Rusia y en Irlanda, y, sus consecuencias…-.
Cierto es, que en un mismo concepto de tortilla caben muchas variedades según regiones, y patronímicos, pero incluso dentro del concepto de una región, de la tortilla gallega, caben pequeñas diferencias, en algunas indican que hay que proporcionarle el calor del queso, en otras, no indican el pimiento del Padrón… Personalmente, siempre he sido un poco escéptico, opino que toda comida o plato, tiene dos raíces, la educción familiar en ese producto o comida, como lo hacía su madre o abuela o bisabuela, y, segundo, las circunstancias históricas de la época, si existía en ese momento, más huevos o menos, más de una cosa o de otra…
La alimentación/gastronomía como toda realidad humana, se está y estará estudiando y analizando desde todos los puntos de vista y todas las proyecciones y perspectivas posibles, desde la cocina en sí, la economía, la política, la cultura, la psicología, la sociedad, las religiones, el medio ambiente, la satisfacción de las necesidades de la humanidad, etc.
Un acto de comer o de comida no ofrece un resultado simple o simplificado, puede ser muy complejo. Una comida por desconocimiento, a lo largo de la historia ha podido producir patógenos, por ejemplo, algunos pescados comidos en forma cruda. Con lo cual, la invención del fuego, se calcula hace quinientos mil años, o el aprovechamiento del fuego, y la aplicación a distintas realidades, entre otras, la comida fue una revolución radical para la especie humana…
Salvo excepciones, no concebimos la comida si no está caliente. La comida es una realidad humana, como casi todas, que tiene una enorme complejidad y simplicidad, porque arrastra en sí, multitud de interpretaciones y perspectivas y dimensiones y significados simbólicos y reales en muchos sentidos…
En las tradiciones humanas, no existen acontecimientos sociales, que si es posible, no esté acompañado de una comida. Esta será más lujosa o menos, según distintas posibilidades económicas de las familias y de la época. Pero siempre hemos asociado la comida a casi todas las realidades humanas, incluso en casi todas las grandes religiones…
Podríamos indicar, que la humanidad, generación tras generación va dejando a la siguiente, una colección de ideas, conceptos, realidades, productos, historias, símbolos… Y, uno de ellos, uno es toda la riqueza gastronómica de una época o sociedad o cultura. Una, de ellas es la tortilla, en todas sus variedades, en todas sus riquezas de colores y formas y substancias y productos y maneras y olores y sabores y temperaturas y hechura…
Podríamos indicar que no hay dos personas que les guste la misma tortilla, el mismo tipo de tortilla. Pero desde luego la tortilla gallega, en las varias especificaciones existentes, es una de las que más perfección han alcanzado, entre los huevos y las patatas y el fuego y la sal y los ojos/manos de quién la hace y de quién la saborea…