Nombres

Manuel Valero.- Cuando llegaban las elecciones los periodistas seguíamos con interés el partido político asignado. En mi periplo por Lanza, periódico que considero mi casa tanto como esta de MICR,  tuve la oportunidad de seguir a socialistas, populares e izquierdaunidos/as con traca final en las sedes con alegrías o abatimientos según hubieran hablado las urnas.

En las sedes se obtenía mucha información no declarada oficialmente y bien observado, el ambiente era un libro abierto para despejar algunos detalles. Pero solía ocurrir que a la semana de campaña la rutina se enseñoreaba de la información, animada un poco más cuando se acercaba a la capital algún titular nacional e indiscutible de uno u otro partido. Llegados a este punto recuerdo que era más interesante sacar de las fuentes consultadas los integrantes de la lista y por supuesto el líder que la encabezada, cuando aún faltaban un par de meses para las urnas. Recuerdo aquellas primarias del PSOE que llegó a contar con cuatro candidatos pero que se llevó Lorenzo Selas de calle. Era mucho más interesante y estimulante que fuera tu diario el que se adelantara a revelar la identidad del candidato o candidata antes de que fuera anunciado oficialmente. Fueron años de periodismo activo de provincias, de provincias, sí, y a mucha honra, pero activo. Sin embargo no soy capaz de evocar un mal ambiente exacerbado como el que se respira actualmente y mucho menos empezar a padecer una precampaña larguísima como en la que ya estamos a cinco meses de las municipales y a un año escaso de las generales si no se adelantan. Y, coño, no había tanta inquina, ni violencia política y verbal que se daba en dosis mínimas. 

Conseguir dar el nombre del aspirante al gobierno local era todo un estimulo que te costaba algún café, más de una docena de llamadas, a veces alguna comida, y desmentidos a medias , o sea, confirmación. Luego seguía dar con las personas más relevantes que acompañarían al candidato/a. En fin, un trabajo mucho más interesante que seguir el coñazo de la campaña y anotar los reiterados mensajes que los contrincantes daban al electorado, a sí mismos, o al adversario, sin ahorrar en abundantísimos lugares comunes. Finalmente, el día de la verdad y al atardecer del recuento… allí, en las sedes a presenciar el desenlace final de la película, lleno de matices, detalles y signos más o menos evidentes y muy elocuentes.

Pues bien en lo que a Puertollano se refiere ya tenemos el nombre del candidato socialista que será el actual alcalde por sucesión, Adolfo Muñiz que tendrá así la oportunidad de ser alcalde por elección. La candidatura de Muñiz precedió en días a la dimisión del que fue número dos con Isabel Rodríguez, Félix Calle, una dimisión esperada por el modo en que se produjo la sucesión de la hoy ministra, pero mucho antes y no a seis meses de las urnas mayescas lo cual ha dado ya para más de una especulación sobre si Félix Calle tratará de repetir su aventura política por libre. Personalmente no lo creo, pero en democracia, cualquier ciudadano puede optar a ser elegible, que elector ya lo es. 

Y para corroborar que ya sopla el aire con aromas electorales salta por primera vez en estas citas el nombre de quien pudiera ser la propuesta popular: Miguel Angel Ruiz, presidente de FEPU. Nunca se ha dirigido el dedo mediático hacia un candidato del PP con tanta antelación. Generalmente cuando fuera de focos y micros peguntabas a los dirigentes por qué esperaban casi a vísperas para mostrar la carta te decían que era mejor el factor sorpresa que el anticipar el nombre  porque se corría el riesgo de quemar al aspirante.

De modo que aquí en Puertollano ya suenan dos nombres, uno confirmado y otro a la espera de si el PP le da el placet  y, claro, si el interesado acepta luego de un periodo de reflexión. Nada se sabe todavía de las otras formaciones que integran la Corporación: Izquierda Unida, Ciudadanos, Vox e Iber. Ya lo sabremos en su momento si nada cambia en este mundo tan cambiante y tan vertiginoso que nada tiene que ver con el del pasado inmediato desde luego con más fair pley sin disminuir un ápice los valores que los contrincantes defendían. No hay nada más que ver como anda el patio.