Una de las recomendaciones de la Asamblea ciudadana para el clima, que es un ejercicio de democracia deliberativa compuesta por una ciudadanía diversa y representativa de todo el espectro político, social y económico, es un pacto de estado que se comprometa a acelerar la lucha contra el cambio climático y la transición energética. En dicha recomendación, la oposición política, especialmente el Partido Popular, debería jugar un papel fundamentalmente constructivo y realista.
La situación hídrica en nuestra provincia y a nivel nacional, es igualmente preocupante ya que con sequía o sin ella, el uso despilfarrador del agua, especialmente en la extensión desmesurada del regadío así como el despilfarro a nivel industrial y doméstico, hacen imprescindible un cambio de paradigma y que el agua se proteja y sea utilizada con criterios de racionalidad y adaptación a los recursos reales.
No podemos seguir con esta burbuja hídrica que demanda cada vez más agua mientras su disponibilidad va siendo mucho menor. Debemos transitar a una gestión adaptada a los recursos reales y excluyendo la aportación de otras zonas para casos de extrema urgencia. Es falso que haya excedentes de agua en nuestro país. Como hemos comprobado este verano, su escasez ha afectado, incluso, a gran parte de Europa, incluidos grandes ríos como el Rin.
En cuanto a la fiscalidad e impuestos, para afrontar la emergencia climática, la crisis hídrica, la situación de pobreza de la población (al menos un 30%), las futuras pandemias y la necesaria transición energética y ecológica, debemos contar con recursos públicos suficientes para afrontar dichas transiciones y las situaciones de crisis meteorológicas, sanitarias y de todo tipo que siguen aumentando de forma preocupante como consecuencia de los graves daños que sufren los servicios ambientales que mantienen nuestra vida y la vida en general.
Por todo lo anterior, y al haber constatado que las políticas y discursos del Partido Popular, van en una dirección completamente errónea que sólo benefician a un porcentaje muy reducido de la ciudadanía y que dejan abandonada a la mayoría de la población, proponemos un debate público honesto y abierto, y animamos a los dirigentes del Grupo Popular a que:
- Sean rigurosos y escuchen las recomendaciones de la mejor ciencia climática que nos urgen al abandono acelerado de los combustibles fósiles y a una transición energética basada en el ahorro, la eficiencia, las energías renovables, y la transición a la neutralidad climática lo antes posible.
- Dejen de defender el uso del petróleo y el gas, la fractura hidráulica o fracking y la energía nuclear.
El fracking es una técnica altamente agresiva que daña seriamente suelo y subsuelo y cuyos rendimientos solo benefician a las empresas.
La energía nuclear, por su parte, es demasiado cara, demasiado peligrosa y demasiado lenta: el tiempo para doblegar el cambio climático se juega hasta el 2030. Después de esa fecha, será mucho más difícil y mucho más caro intentar alcanzar la neutralidad climática y habrá numerosos puntos climáticos de no retorno que no tendrán marcha atrás. Además una central nuclear en nuestro país necesita, al menos, 12 o 15 años para empezar a funcionar. Es infinitamente más eficiente y barato invertir en ahorro energético, eficiencia, energías renovables.
- Adopten una política fiscal y de impuestos moderna, social y justa, en la que quienes más tienen aporten más. En nuestro país, la brecha social y económica cada vez es mayor, lejos de las recomendaciones de los organismos internacionales. De esta manera quienes más tienen son cada vez más ricos y quienes menos ingresan cada vez tienen menos recursos. Al menos el 30% de la población es pobre.
Esta situación, se verá agravada con la crisis climática, hídrica, ambiental, sanitaria… Cada vez serán mayores las demandas de ayuda y socorro a las Administraciones Públicas, y los gobiernos de todo tipo tendrán que soportar más emergencias a las que auxiliar, rescatar a la población y restaurar los servicios ambientales. La única manera de poder hacerlo es contando con los recursos e ingresos necesarios, actuar preventivamente y para ello es imprescindible una fiscalidad progresiva que proteja a la población y no a quienes más tienen. La concepción de la economía debe estar al servicio del bien común y no para para el beneficio exclusivo personal.
El tiempo se acaba. Si el principal partido de la oposición sigue con sus recetas elitistas, irreales y demagógicas, contrarias a la ciencia, poco sociales y destructoras del medio natural y social, el sufrimiento y las consecuencias para la vida de todo tipo en nuestro país, nuestra provincia y nuestros pueblos serán mucho más profundas.
Confiamos en que sepan rectificar y adaptar su programa y su discurso político al tiempo de crisis que vivimos y viviremos. Si el Partido Popular continúa sin estar a la altura, perderemos todos.
Red Ciudadana para la Acción Climática desde los municipios (RedClima) y