Desde pedir una cita médica a pagar la compra en la frutería. Lo digital se abre paso inexorablemente. El riesgo de este ineludible avance del mundo digital es que los más vulnerables se queden atrás y las personas mayores pueden ser una de esas víctimas de la llamada brecha digital.
Globalcaja se ha aliado con Cruz Roja para, a través de la iniciativa ‘Mayores Digitales’, dar la formación necesaria a estas personas que no son nativos digitales, pero que siempre están a tiempo de aprender y aprovechar las ventajas de la digitalización.
“Estos talleres ayudan sobre todo a perder el miedo a la tecnología, les acompañamos para que crucen esa barrera psicológica, porque una vez que dan el paso y pierden ese miedo, enseguida llevan a la práctica lo que han aprendido, por ejemplo, consultar cómo está su cuenta desde casa”, explica María Dolores Alfaro, del Departamento de Pago y Comercios de Globalcaja, quien se desplaza junto a personal de Cruz Roja para ofrecer esta formación.
A través de talleres presenciales de banca digital impartidos por profesionales de Globalcaja, que ya se han celebrado en Hellín, Tobarra, Elche de la Sierra, Albatana, Albacete y Bogarra, y se extenderán también a Villarrobledo, Tarazona de la Mancha, Yeste, Nerpio y Alcaraz, las personas aprenden a consultar el saldo de su cuenta, a hacer una transferencia o a enviar dinero con el móvil a otra persona solo conociendo su número de teléfono. Usar el cajero automático para sacar dinero o ingresar, incluso para pagar recibos como pueden ser los de los tributos, es otra de las destrezas básicas que se ofrecen en este curso.
“Cuando WhatsApp irrumpió en nuestras vidas, las personas mayores no lo utilizaban, y, sin embargo, ahora lo llevan todos en su móvil y hacen hasta videollamadas, pues con la banca digital sucede lo mismo, se trata de dar el paso y que una vez que venzan el temor inicial, sepan cómo bloquear su tarjeta desde el móvil en caso de pérdida”, expone María Dolores.
Digitalizar sin renunciar a la atención presencial
Esta apuesta por la digitalización de las personas mayores no se traduce en que Globalcaja haya renunciado a la atención presencial, de hecho, fiel a su filosofía de ‘banca de personas, para personas’, siempre buscando la cercanía, en los últimos tiempos ha extendido su red de oficinas. Tanto es así que más de la mitad de las oficinas de entidades financieras que hay en Cuenca son de Globalcaja y casi el 40% de las de Ciudad Real y Albacete.
Oficinas donde se brinda una atención presencial, tanto en el medio urbano, como en las zonas rurales, dando muestra de que no es lo mismo estar, que estar siempre cerca para lo que necesites, como reza la última campaña corporativa de la Caja y que más allá de ser un eslogan resume su forma de entender su relación con las personas. De hecho, de las más de 300 oficinas que tiene la entidad, 120 están radicadas en localidades de menos de 1.000 habitantes y en 89 municipios es Globalcaja la única entidad que ofrece servicio al pueblo.
De esta manera, se pone de manifiesto cómo Globalcaja a la vez que potencia sus medios digitales, continúa poniendo en marcha planes concretos en sus oficinas para dar prioridad a los clientes menos digitalizados y a las personas mayores y ayudarles así en sus gestiones diarias.
Un ejemplo que hará más visible si cabe este compromiso es la instalación de distintivos en las oficinas de toda la red que advertirán de la atención preferente a personas mayores de 65 años.
Eso no resta para que Globalcaja conceda la importancia debida a la banca digital y trabaje para lograr que todas las personas puedan subirse al tren de la digitalización. Porque saber usar un cajero automático o hacer un ‘Bizum’ en un determinado momento, son capacidades que mejoran la autonomía personal y calidad de vida de las personas mayores.
A cada uno de estos talleres, breves y prácticos, asisten unas 15 personas, que además de formarse en banca digital, aprenden a hacer una video llamada para estar más conectados con sus familiares, a pedir una cita médica o hacer la compra online sin necesidad de ir al supermercado. Son personas de más de 55 años, que tienen un manejo básico del teléfono móvil, pero que desconocen sus posibilidades y las comodidades que les puede aportar en la vida cotidiana.