Isabel Rodríguez y Miguel Belló: las bazas espaciales de Puertollano

Manuel Valero.- Desconozco si la futura Agencia Espacial Española a cuya ubicación opta Puertollano, candidatura que tiene la calificación de idónea por la Junta de Comunidades, traerá muchos puestos de trabajo, pero qué duda cabe que sería todo un logro y le daría a la ciudad un prurito de avanzadilla, uno más, por no decir que la situaría también en el mapa de ese campo tan sugerente como son las fronteras celestes y sus múltiples utilidades desde la meteorológica a la defensa.

No es que España sea una potencia espacial pero sí es necesaria la optimización y centralización de infraestructura, recursos y organización para el uso estratégico de los cielos y más allá, máxime cuando tenemos a un tiro de piedra la empresa Deimos una singularidad que opera desde nuestro entorno.

Cuando hay varias candidaturas para un proyecto son muchos los factores que influyen en la elección definitiva que añaden puntuación, o no, al veredicto final. El Ayuntamiento de Puertollano para enfado de Madrid y después de la inesperada sorpresa de Ciudad Real, ha presentado por fin su opción a albergar sede de tan altos vuelos con un rosario de garantías para que el Gobierno de España opte por la ciudad que fue primero pañera, luego balnearia, después minera y finalmente petrolera con vocación de ser matriz de energías limpias como el tan nombrado hidrógeno verde que no tiene nada que ver con sus primos. Puertollano siempre ha sido un islote industrial en medio de la ganadería y agricultura circundante y lo sigue siendo con nuevos ensayos de futuro a pesar de las crisis que nos suele golpear con mayor virulencia y que tiene en la demolición de las torres de refrigeración de la antigua Sevillana y después Elcogás los iconos más ilustrativos del declive por haber sido carboneras anatemizadas.

Aún así no deja de intentarlo para no descolgarse de su naturaleza fabril sin perder de vista la evolución energética, las nuevas políticas al respecto y retos como el del cambio climático y la nueva sociología imperante que se debate entre las imposiciones de la Unión Europea, la defunción anunciada de los carburantes fósiles la expansión de la energía solar y las nuevas tecnologías. Hoy la ciudad está bien comunicada como enlace entre Andalucía y el centro del país, bien conectada por autovías y Alta Velocidad hasta el litoral.

Pero no solo juega a su favor este currículum que identifica Puertollano como pretendiente a ser una ciudad tecnológica de futuro, que ya existan centros de investigación, que la Junta la tenga como la niña de sus ojos, que la Universidad regional también ya  que ve en Deimos una escuela de prácticas para futuros ingenieros del ramo, que la Ley de Ciencia le otorgue un papel principal y protagonista, que tenga un aeropuerto que finalmente después del insólito culebrón de su historia sirva para algo más o ayude a ello, o que el suelo industrial se encuentre en permanente expansión… todo eso es muy importante, sí, pero no hay que olvidar que las demás ciudades candidatas presentarán a su vez su propio currículum a la mesa del Consejo de Ministros que harán valer para su evaluación y decisión definitiva. Puertollano tiene una baza, o mejor dos, que supongo no serán baladí: la que fue su alcaldesa es hoy ministra del Ejecutivo que tiene que tomar esa decisión,  factor que necesariamente tiene que influir en el presidente Pedro Sánchez que es al fin y al cabo la voz cantante. Y el fundador de Deimos, Miguel Belló es actualmente el presidente del Consejo del Espacio creado en junio de este año germen que dará a luz la Agencia Espacial Española cuya creación fue anunciada por el Gobierno el año pasado.  Algo tendrán que influir ambos.  Isabel Rodríguez que durante su mandato demediado se interesó por la vocación tecnológica de la ciudad y su incursión en campos tecnológicos y energéticos de futuro y Miguel Belló por ser Puertollano sede satelital de su compañía y puertollanero de pura cepa él mismo.  Tratar de conseguir  lo mejor para la tierra a la que se pertenece no es moralmente reprobable. Al contrario. ¿Quién no lo haría? No se trata de ser paletamente localista. Tanto si se pone en un lugar como en otro, la Agencia es española y por tanto bien para el país. Además, es muy posible que la Agencia en Puertollano tenga mucho más impacto social y económico que lo tendría Sevilla, una de las candidatas mejor posicionadas.

Puede que no tenga nada que ver y que la presencia de la ministra de Política Territorial y portavoz y el director del Consejo del Espacio no sean garantías determinantes, pero me inclino por pensar que sí y que algo de mano tendrán. En caso contrario no es que suponga una decepción insalvable pero su consecución sería un logro y un medallón en la pechera.

Tampoco es que la Agencia Espacial Española sea un disparadero pródigo en empleos, no lo sé,  pero sí un hito histórico para lo que ha sido y es Puertollano y su tendencia y vocación a no dejar de ser industrial acorde con los tiempos que tocan como lo fue antaño, repito, con los paños, las aguas balnearias, el carbón, y el petróleo. Puertollano tiene dos bazas que se llaman Isabel Rodríguez y Miguel Belló. Ojalá y se juegue bien y sea esta ciudad y no otra la que se lleve el botín que se juega sobre la mesa del Consejo de Ministros.