El Ayuntamiento de Porzuna presentó la semana pasada las correspondientes alegaciones a los proyectos de las dos granjas porcinas de unos 2.000 cerdos cada una, que pretenden ubicarse en el término municipal de El Robledo a poca distancia la una de la otra, dando lugar a lo que podría ser una ‘macrogranja’ que contaría con unos 4.000 cerdos.
En el documento de alegaciones, preparado por la arquitecta municipal en colaboración con concejales del equipo de Gobierno, se alude a determinadas deficiencias e incumplimientos de la normativa que se han detectado.
Entre las más destacadas, figura que la explotación porcina que se proyecta en la parcela 2799 del Polígono 123 de El Robledo no cumple la distancia mínima de 2 kilómetros que exige la normativa autonómica para instalaciones porcinas respecto al límite de suelo urbano, ya que la pedanía de Las Tiñosillas se encuentra a 1,9 kilómetros de distancia de donde pretende ubicarse dicha explotación ganadera.
Los concejales del equipo de Gobierno y el propio alcalde, Carlos Jesús Villajos, consideran «inaceptable esta violación de la normativa” y, por tanto, esperan “que la Consejería de Desarrollo Sostenible, que es quien tiene las competencias para autorizar o desautorizar la instalación de esta macrogranja, impida tal aberración porque no podemos permitir que se ponga en riesgo la salud de los vecinos, ni el estado del río Bullaque ni nuestro entorno”.
Otra de las alegaciones incluidas en el documento es que la separación entre las dos parcelas para cerdos de engorde es tan sólo de 540 metros, por lo que los efectos ambientales se acumularían. Además, la segunda explotación que pretende ubicarse en la parcela 2271 del Polígono 123 de El Robledo está muy próxima al Arroyo del Camellar y a una pequeña laguna que es cobijo frecuente de aves y al Río Bullaque, “lo que supone un grave riesgo en caso de rotura, filtraciones o avenidas”. Asimismo, hay zonas de protección ambiental a tan sólo 600 metros.
Otra de las irregularidades detectadas e incluida en el documento de alegaciones es que “no está acreditada ni documentada la afirmación de que existe plantación suficiente que funcionaría como filtro verde como indica el promotor, ni la disponibilidad de las 240 hectáreas de superficie de labor necesaria para el empleo de purines / estiércol como abono orgánico”.
Asimismo, desde el Ayuntamiento se considera que la ventilación de las naves “mediante gran número de ventanas al exterior con extractores”, afectaría negativamente al senderismo y turismo rural de la zona, “dos sectores emergentes en los que Porzuna tiene puestas grandes expectativas de desarrollo”.
“Creíamos que este proyecto no iba a afectar a nuestro pueblo, pero en cuanto tuvimos constancia de las posibles consecuencias, no hemos dejado de recabar información y de dar pasos en firme para intentar que quienes tienen competencias en la materia como es la Consejería de Desarrollo Sostenible tome las medidas correspondientes”, aseveran desde el equipo de Gobierno.
En este sentido, recuerdan que el Ayuntamiento solicitó a la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha que envíe a algún técnico a la localidad para explicar a los vecinos cuál es la normativa en estos casos, qué documentación se le va a exigir al promotor y cómo ven ellos el proyecto, “pero aún estamos esperando respuesta sobre eso y sobre la reunión que solicitamos de manera conjunta la alcaldesa de El Robledo y el Ayuntamiento de Porzuna”.
El pasado 29 de octubre, los concejales del equipo de Gobierno Ángel Luis Rojas, Silvia Cañamero e Isidro Hervás, también asistieron a la reunión informativa celebrada en la pedanía de Las Casas del Río convocada por la Plataforma vecinal en contra de la ‘macrogranja’.
Desde el Ayuntamiento se está en contacto permanente con la Plataforma vecinal, a través del concejal de Promoción Empresarial, Ángel Luis Rojas, quien asegura que “desde el consistorio vamos a seguir indagando en este asunto para detectar todos los flecos posibles y no descartamos presentar nuevas alegaciones si fuera necesario”.