Alemania y su incapacidad geopolítica

Es difícil encontrar en la historia a un país capaz de combinar perfectamente poderío económico con insignificancia geopolítica; hablamos de Alemania.

2017 fue el año de Lutero. Ángela Merkel lo calificó como el padre de Alemania, llegando a afirmar: “Sentó las bases de una nueva comprensión del hombre y del desarrollo posterior de la democracia moderna”

Tratemos de averiguar dichas aportaciones. Comencemos por la “nueva comprensión del hombre”.

En su planteamiento teológico, el padre de la patria alemana defendió que la salvación era consecuencia de la fe, no de las obras. Por tanto, un asesino en serie podría salvarse si le acompañaba la fe. En la práctica, este pensamiento abrió las puertas al supremacismo anglosajón. Hagamos un paréntesis para recordar que los anglos y los sajones eran dos pueblos germánicos que conquistaron las islas británicas a la caída del Imperio Romano.

Sigamos: Mientras que el catolicismo proclamaba que la fe sin obras era una fe muerta, Lutero, perfeccionado por Calvino, ayudó, sin duda, a una nueva comprensión del hombre: No importa lo que hagas mientras conserves tú fe, y una señal de que te vas a salvar será el éxito en la vida, por tanto, el perdedor será el predestinado a condenarse. Las consecuencias de esta “maravillosa reforma”, son de sobra conocidas.

El filósofo y psiquiatra germano-suizo Karl Jaspers afirmo que “en Lutero tenemos ya el programa nazi completo” (Marcelo Gullo. Nada por lo que pedir perdón) A modo de ejemplo, recordemos algunas palabras sobre los judíos:

“¡Que se quemen sus sinagogas y sus escuelas! … Que se derriben y demuelan sus casas … Que se prohíba a los rabinos, bajo pena de muerte, comunicar sus enseñanzas … Que se apoderen de sus economías, sus joyas y su dinero … Que se les eche de todas partes como perros rabiosos.”

Su opinión sobre los italianos era poco edificante, aunque los españoles ocupaban un lugar preferencial en sus invectivas. En cualquier caso, los nacidos en la Europa del sur eran seres más bien deleznables.

Los campesinos alemanes se habían rebelado contra sus príncipes. Reclamaban cosas tan extravagantes como poder recoger leña de los bosques para no morirse de frío. El paladín de la nueva forma de comprensión del hombre, según Merkel, no dudó en acabar apoyando a los príncipes; evidentemente, eran los detentadores del poder y de quienes podía recibir apoyo; como sucedió.

El bueno de Lutero animaba a los señores contra los campesinos con palabras como las siguientes:

“Todo el que pueda debe aplastarlos, degollarlos y ensartarlos, en secreto y abiertamente, lo mismo que se mata a un perro rabioso … que todos cuantos puedan hieran, golpeen y degüellen …”

Tiene que ser una losa muy pesada tener a un padre de la patria como Martín Lutero. Me imagino a la pobre Ángela haciendo de tripas corazón. Quizá por eso, sacó fuerzas de flaqueza y para animar al personal no dudó en decir que el exmonje agustino había puesto las bases para “el desarrollo posterior de la democracia moderna” Veamos:

El filósofo marxista Abrahan M. Deborin escribió:

“Cuando los campesinos tradujeron las tesis religiosas de Lutero al lenguaje de las reivindicaciones sociales, su autor los traicionó y se pasó al bando de los príncipes y terratenientes feudales, haciendo llamamientos en pro de su exterminio en masa” (Nada por lo que pedir perdón. Marcelo Gullo)

Por lo visto, para la excanciller alemana promover el exterminio en masa de los campesinos fue un gesto muy protodemocrático.

Lutero triunfó. Sus arengas ayudaron a que 130000 “perros sarnosos” fueran asesinados. Marcelo Gullo afirma que Lutero “dio a los nobles alemanes una doctrina política que consagraba el poder absoluto de la nobleza sobre el pueblo. Lutero afirmó que el cristianismo carece de derecho a oponerse a la “iniquidad y a la injusticia”; su postura debería ser la de “tolerar y sufrir”.

Gullo (Nada por lo que pedir perdón) concluye: “Martín Lutero sentó las bases de la teoría del poder absoluto y, por ende, del Estado totalitario.”

Merkel no tuvo complejos ni le faltó creatividad para inventarse a un Lutero inexistente. Los anglosajones tienen fama de cuadriculados; ahora bien, en el arte de la propaganda son magistrales, y, como afirmé supra, si tener un padre de la patria tan poco edificante debe ser una losa muy pesada, lo mejor es inventarse a otro y convencer a propios y extraños de la veracidad de la nueva versión. Es lo que suele acontecer a las naciones menores de edad. Rebuscan en el pasado hitos a los que aferrarse para presumir de una experiencia y madurez de la que carecen.

Suele argumentarse que Alemania pidió perdón por los crímenes nazis. Es muy poco creíble cuando siguen alabando a su precedente intelectual. Gustavo Bueno, con su clarividencia habitual, decía que el camino al nazismo había nacido en Lutero y continuado con la irracionalidad de gran parte de la filosofía alemana posterior: el idealismo.

Esta nación de poco más de siglo y medio de existencia real es la encargada de dirigir los destinos de la UE. La bisoñez histórica y, por tanto, geopolítica de Alemania la ha llevado de fracaso en fracaso desde su unificación.

Cayó en la trampa tendida por los británicos en la I Guerra Mundial. Dejando al margen la ideología nazi, su derrota en la II GM volvió a ser otra prueba de su incapacidad para moverse con cierta solvencia en el tablero geopolítico.

Tras esta última, el plan angloestadounidense fue desindustrializarla; convertirla en un país agrícola periférico. La existencia de la URSS y el temor a su influencia hizo el milagro. EE.UU. acabaría siendo su mayor benefactor; y hasta hoy. En términos históricos, siglo y medio es poca cosa; tan poca como lo que es Alemania geopolíticamente hablando. Que no nos confunda su poder económico.

Hemos visto a su actual canciller ir como pollo sin cabeza, a la desesperada, implorando alguna dádiva a determinados países. No se puede pedir a Alemania lo que no es, sencillamente porque hay asuntos que no se aprenden en los libros ni fabricando buenos coches. Alemania no tiene vínculos con nadie, salvo los de sumisión. Lleva casi un siglo siendo una nación derrotada en manos de su principal vencedor; por eso, a éste -EE.UU.- lo que más le interesa es apoyarla, conoce perfectamente su irrelevancia geopolítica. Es el títere ideal para manejar la UE.

El único país de la Europa continental con vínculos geopolíticos poderosos es España. Tranquilos, la corrupción moral, política e intelectual de nuestras oligarquías políticas, económicas, académicas… -llamémoslas por su nombre- es una carcoma. No moverán un dedo. Somos los demás quienes debemos moverles el piso de una vez.