¿¡De la salvación eterna, de uno mismo?!

Jesús Millán Muñoz.- Durante siglos, una ocupación y preocupación, en Europa, de cada ser humano era su salvación eterna, la salvación de su alma-espíritu en la eternidad y para la eternidad… 

Dicho de otro modo, que la inmensa mayoría de personas en Europa, creían que existía Dios, que cada uno tenía alma-espíritu inmortal, que existiría un Juicio Particular en el momento de su muerte, y, que existía un Lado Bueno eterno o Paraíso o un Lado Malo o Infierno, y, que ambos duran toda la eternidad –en el catolicismo, se creía, por la mayoría de la población, que existía Purgatorio…-. 

¿Pero qué ha sucedido ahora, quién cree, apenas habla de ello, ni siquiera en las conversaciones privadas, quizás, el que cree, raramente habla de ello consigo mismo, y, desde luego, parece que esta cuestión se ha olvidado en los medios sociales, e, incluso en los sermones, se rozan dichas cuestiones…? 

Hemos pasado, de hablar hasta la saciedad, en el siglo XIX, de los novísimos, siempre o casi siempre con tintes muy negros y rugientes y dolorosos –véase Don Bosco, Cura de Ars, y casi toda la predicación-, a la etapa actual, en la cual, según la pastoral, según la economía de la salvación, se habla de la Infinita Misericordia y Bondad de Dios, por lo cual, todo se ha suavizado(endulzado/diluido… -no soy yo, quién dilucide, cual es la postura correcta…-. 

No soy yo, como individuo, el que va a perfilar o matizar esta cuestión, no tengo saber, ni experiencia, ni conocimiento teóricos y prácticos sobre estas cuestiones, no soy teólogo, ni moralista, ni sabio en estas temáticas. Yo, simplemente, como simple observador de la realidad, de realidades humanas, siento y creo que en un modesto artículo hay que rozar estos temas. Y, que quizás, los que de verdad saben, digan sus matizaciones y concepciones… 

Como en casi todo, existen diversidad de interpretaciones, sobre estas realidades, simplificando mucho, estarían el bloque de las Iglesias Orientales Ortodoxas y la Iglesia Católica –aunque en sentido estricto, el catolicismo, solo habla de una Iglesia-, y, por otro lado, en esta cuestión, con todos los matices, estarían las interpretaciones en estos temas, de las Iglesias Reformadas y Evangélicas… 

De la interpretación de estas cuestiones y estos temas, de la ideología o concepción de una persona, en estas realidades, no solo tendrá ideas o pensamientos diversos o distintos, sino aptitudes y actitudes y actos ante la vida, diversos o diferentes. Interpretarán su vida, de una manera o de otra. Esto es obvio. Puede suceder, como ocurre, que dentro de los cristianismos, se piense, que Dios es Infinitamente Misericordioso y Bondadoso, y, por tanto, nos perdonará todo, como al Buen Ladrón, si somos capaces de arrepentirnos, aunque sea en el Último Momento de nuestro existir. Realidad, que hasta donde llego/conozco/entiendo, todo el mundo teológico admite como verdadera. 

Pero también, otros piensan, que si los santos y santas, muchos de ellos, no todos, que están canonizados en estos momentos, muchos tuvieron al final de sus vidas, grandes tentaciones, grandes luchas contra el Mal, grandes momentos de angustia y pena –se narra, en el proceso de estudio para la canonización, que por ejemplo, Martín de Porres, se movía con unos enormes movimientos en la cama, que crujía la cama, que le salían gotas de sudor enormes, etc., diríamos, lo que en otros tiempos, se indicaba como la gran lucha última, o la gran lucha última contra la última tentación, que es en definitiva, la desesperación, la gran desesperación…-. 

No estoy yo, aquí, en esta columna literaria personal, para asustar a nadie, porque sería asustarme a mi mismo, porque dicho paso o tránsito o realidad, para mí, ya está cercana, puede durar o existir dentro de unos meses, o dentro de unos lustros, o algunas décadas, pero no mucho más, según mi edad vigente actual, en el sistema legal jurídico reconocido. Por lo cual, no estoy hablando de algo, que puede ser muy lejano, aunque eso nunca se sabe, ni algo que afecta, a los otros, cómo de tantas cosas hablamos, sino de uno mismo, de los cercanos a uno mismo, de los medianos cercanos a uno mismo, de los lejanos a uno mismo… 

No soy docto en estas cuestiones, no soy teólogo dogmático, ni teólogo moral, ni teólogo espiritual, solo soy un simple escritor de literatura y de artículos literarios de opinión. Por lo cual, posiblemente, en este tama, y en otros muchos, la mayor parte de mis palabras e ideas y frases e imágenes y conceptos y descripciones, sean erróneas por exceso o/y por defecto, por sistema o/y por contenido. Por tanto, a esto, como en tantas cuestiones, de estos temas, dejo que ustedes consulten a los que saben, a los teólogos y presbíteros del cristianismo. 

Unos, dicen que se salvarán muchos, por las razones de la Infinita Misericordia de Dios, y, por los méritos de la Salvación del Nazareno, otros, hablan, de un camino estrecho… Yo, modestamente, no puedo decir nada sobre esta cuestión. Pero si puede ser y suceder, que si existen todas esas realidades metafísicas y los novísimos, quizás, muchos nos llevemos muchas sorpresas, quizás, nos demos cuenta, que los que pensamos eran los malos y los verdugos, eran las victimas, y, que los que creíamos eran las victimas eran los verdugos, y, que nosotros, contribuimos a darles la razón, a los verdugos e, hicimos de las victimas, más victimas. Y; esto en los ámbitos del trabajo, de las amistades, de los conocidos, de la familia…  

¡Y, no es lo mismo el que ataca o atacó originalmente, que el que se defiende originalmente, ni quién ataca constantemente y el que se defiende, por lo general, mal y tarde, no es lo mismo quien es el verdugo muchas veces, que quién es la victima mucha veces, no es lo mismo el que destroza un matrimonio que quién sufre el destrozo de su propio matrimonio, no es lo mismo el que calumnia, que el calumniado, no es el que hace males enormes y graves, que el que defendiéndose mínimamente, causa un mal menor, no es lo mismo el que roba que el que se defiende del que roba… ¡No es lo mismo conocer como comienza y se desarrolla un pleito o una injusticia, que solo saber de los últimos procesos…! ¡No es lo mismo, ponerse al lado de quién afectivamente estas más unido, y, no ponerte de quien no lo estás, quizás, llevando razón y verdad el segundo, y no el primero, siendo el que parece verdugo la victima, siendo el que parece la victima el verdugo…! 

¡¿Qué quizás entonces, se existe Dios, y si tenemos alma inmortal, y si existe Juicio Particular, y si existe Lado Bueno de la Eternidad y Lado Malo de la eternidad, quizás, entonces, nos llevemos muchas sorpresas, quizás, entonces, tengamos en esos momentos grandes angustias y penas, y grandes desesperaciones, y, que quizás, entonces, no sepamos responder de forma correcta, cuándo de verdad conozcamos, los hechos reales y no cómo creíamos que eran, cuándo de verdad conozcamos sin engaños nuestros corazones, y los corazones de otros, quizás, entonces, se abra ante nosotros la gran duda, la gran injusticia que hemos cometido, ante nosotros, la gran desesperación, porque no esperemos en la Infinita Misericordia de Dios, quizás entonces sea el rechinar de dientes…?! 

¡Quizás, esperando en la Infinita Misericordia de Dios, ya deberíamos empezar, en estos momentos, porque al final, no sabes cuándo te tocará la campana de tu viaje a la eternidad, deberíamos empezar a ser más inteligentes a nivel moral y espiritual, con mejor buena voluntad, porque quizás, estamos tratando a la victima, rellenándola aún más de sufrimiento, y, al verdugo, dándole la razón…! ¡Porque en un juicio, uno es el juez, otro el fiscal, otra es una parte, y, otra es otra…! ¡Y, en todo juicio se deben escuchar todas las partes, y, esto demasiadas veces, ni en los trabajos sucede, ni entre las amistades sucede, ni en las familias, en sentido amplio, sucede…! 

¡Y, si muchos de los santos y santas, canonizados, teniendo fama de santidad en vida, sufrieron enormes tentaciones, no podemos pensar, que a nosotros no nos suceda…! ¡De todas formas, en este tema, me atengo a la Autoridad Ortodoxa del cristianismo, al que ustedes deben consultar y, no a un modesto articulista como es esta pluma…! ¡Paz y bien…! 

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